Reverdecer glorias pasadas

Con el debido respeto al favorito, el estadounidense Lance Amstrong, algo se revuelve dentro del pelot¨®n ciclista, donde la mayor¨ªa de los gestos se toman como un ¨®rdago directo a quien, de ganar esta ronda, ascender¨ªa en solitario al caj¨®n de los ganadores de seis Tour, por encima de Anquetil, Hinault, Merckx e Indur¨¢in. Sin embargo, un rival estar¨¢ especialmente vigilado por las huestes del norteamericano. Se llama Iban Mayo y llega desde Igorre (Vizcaya) dispuesto a rematar el acoso con el que, el a?o pasado ¨¦l, y su equipo, el Euskaltel Euskadi, hicieron tambalear el quinto Tour consecutivo de Amstrong.

Sobre los hombros del vizca¨ªno recae la dif¨ªcil tarea de devolver al ciclismo vasco a las cotas de ¨¦xito logradas a lo largo de m¨¢s de un siglo de competici¨®n. Y es que la influencia que ha ejercido la bicicleta en el Pa¨ªs Vasco admite pocas comparaciones, tal vez con la excepci¨®n de B¨¦lgica y el norte de Italia.

Los corredores vascos abundaron desde finales de los a?os 20, aunque antes de los laureles conocieron la tragedia. En 1935, el descenso del Galibier se cobr¨® la primera v¨ªctima mortal del Tour: Francisco Cepeda. Al a?o siguiento, los primeros ¨¦xitos llegaron de la mano de Federico Ezquerra, que se alz¨® con una victoria de etapa en 1936.

Tras varios a?os de sequ¨ªa, Jes¨²s Loro?o y Dalmacio Langarica hicieron vibrar a la afici¨®n vasca en la ronda del a?o 1953. Con sendas victorias de etapa, Loro?o, El le¨®n de Larrabetzu, tambi¨¦n logr¨® el maillot de puntos rojos.

El amarillo, el que viste el l¨ªder, tard¨® en llegar hasta 1967 cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Errandonea sorprendi¨® en el pr¨®logo a Poulidor, aunque una ca¨ªda le impidi¨® mantener el liderato. Pese a que el jersey amarillo hubiese tardado tanto en llegar, los vascos ya hab¨ªan demostrado su poder¨ªo gracias al equipo Kas, que arras¨® en el ciclismo europeo de la ¨¦poca, con dos victorias generales por equipos, que repetir¨ªa en los a?os 70. Eran tiempos de Gonzalo Aja o Domingo Perurena, entre otros.

En los 80, las alegr¨ªas vinieron, entre otros, de la mano de Fede Etxabe o Marino Lejarreta, vencedores de etapas. Sin embargo, fueron los a?os 90 cuando el ciclismo vasco volvi¨® a los titulares de la mano de Miguel Indur¨¢in. Con cinco victorias en la general, se convirti¨® en el ejemplo de perfecto corredor. El navarro tuvo su ep¨ªgono en Abraham Olano, quien nunca pudo subir a lo m¨¢s alto del podio. En la pasada d¨¦cada tambi¨¦n se vivi¨® el nacimiento del equipo Euskadi (ahora Euskaltel Euskadi) que apost¨® por la cantera con excelentes resultados, que este a?o podr¨ªan ser refrendados por Iban Mayo.