Cortar madera en luna menguante

Tan importante como elegir la madera adecuada para cada caso, es cortarla en el momento preciso. "Lo ideal es talar en la luna menguante en enero o febrero. Para esas fechas, el fr¨ªo y la poca luz de la noche contraen la savia del ¨¢rbol. As¨ª, el secado ser¨¢ mucho m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s uniforme y con menor probabilidad de que se doble o arquee al secarse", admite.

El momento m¨¢s delicado de la labor de la fabricaci¨®n del instrumento llega con el secado: "Sobre todo para la caja del instrumento". Rafael trabaja con maderas que tienen hasta 15 a?os de secado al aire libre. "Cuando la madera ya ha estado unos cuantos a?os a la intemperie, la introduzco en el taller, pero no comienzo a utilizarla hasta que han pasado dos o tres a?os m¨¢s", asevera.

Una vez que la materia prima est¨¢ lista, comienza una labor de carpinter¨ªa. "Eso s¨ª, de precisi¨®n. La madera no es uniforme, tiene distinta densidad en unas zonas que en otras. Dos mil¨ªmetros de grosor en una parte del tablero no son iguales que en otra. Es entonces cuando hay que aplicar la intuici¨®n, el estudio y la experiencia para poder repartir todas las masas por igual", a?ade.

Con los tablones listos, hay que cortar, medir, marcar, cepillar, serrar, ensamblar...

"As¨ª, hasta que tienes la caja y pones la tapa de resonancia. Es entonces cuando das el salto y comienzas a trabajar como organ¨®logo o constructor de instrumentos. Luego hay que poner los ra¨ªles, el puente y los clavijeros sobre los que, finalmente, ir¨¢n las cuerdas", se?ala.

El luthier ha acabado su instrumento. Ya s¨®lo queda introducir una primitiva maquinaria consistente en martinetes y un teclado con los registros y aplicar el sentado de la clavija, esto es, afinar el instrumento. "Es hacer que la clavija se quede en el sitio donde t¨² quieres que se quede, porque son tantos los kilos de tensi¨®n que tiene una sola clavija, que requiere una t¨¦cnica concreta de girarla y despu¨¦s, digamos, asentarla", concluye el maestro de Torrelaguna.