Obiang, al descubierto
La oposici¨®n democr¨¢tica y la ONG Global Witness piden la intervenci¨®n de la justicia estadounidense
"Las cifras del petr¨®leo son un secreto de Estado". ?sta es una de las frases favoritas del presidente de la ex colonia espa?ola de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema. Ahora, gracias al informe del subcomit¨¦ de investigaciones del Senado de EE UU, se sabe algo m¨¢s: que el r¨¦gimen desv¨ªa beneficios p¨²blicos a cuentas privadas extranjeras cuyos titulares son el jefe del Estado y Constanza, su influyente primera esposa (el poder le viene de su madre, Okomo, la gran hechicera del pa¨ªs).
Desde que en 1993 varias compa?¨ªas comenzaron a extraer petr¨®leo en aguas de Guinea, los ingresos acumulados pueden superar los 3.000 millones de d¨®lares (700 en 2003, seg¨²n el FMI). El man¨¢ negro representa el 86% del PIB del pa¨ªs, que en los ¨²ltimos a?os ha experimentado crecimientos superiores al 70% sin que la riqueza macroecon¨®mica revierta en la poblaci¨®n ni aparezca reflejada en los presupuestos del Estado. Seg¨²n el Fondo, este pa¨ªs africano de 22.051 kil¨®metros cuadrados (el tama?o de Extremadura) extrae unos 300.000 barriles diarios, aunque otras fuentes lo elevan a 400.000, casi un barril por habitante. Tampoco este dato es seguro porque no existe un censo fiable de poblaci¨®n; el r¨¦gimen lo infla a su conveniencia para reducir el ingreso medio per c¨¢pita, conservar las ayudas al desarrollo y manipular elecciones (en las de abril, el partido de Obiang obtuvo el 97% de los votos).
Esa riqueza petrolera se palpa en las calles de Malabo: ya funcionan algunos sem¨¢foros, la Mobil Oil asfalt¨® las calles m¨¢s c¨¦ntricas y se ven circular a los ministros en autom¨®viles de gran potencia. Pero el milagro no lleg¨® al extrarradio: a los 10.000 habitantes de Newbili (una iron¨ªa local: es la contracci¨®n de New Building, casa nueva) les han rifado barro, malaria, desperdicios y pobreza a espuertas. No son la excepci¨®n, viven como la mayor¨ªa de los ecuatoguineanos: en la miseria absoluta. ?D¨®nde est¨¢ el dinero del petr¨®leo?, pregunt¨® el periodista en 2002. Un joven sentado en el bar Pent¨¢gono respondi¨®: "Aqu¨ª no ha llegado. Ese dinero debe de buscarlo en el palacio presidencial".
Si los beneficios del crudo no son p¨²blicos, tampoco los contratos firmados con las petroleras (casi todas estadounidenses). Pero s¨ª se sabe que son leoninos: en los primeros, Guinea apenas obtiene el 5% del beneficio, seg¨²n The Economist Intelligence Unit. Los m¨¢s recientes han mejorado ligeramente; la horquilla se sit¨²a ahora entre el 15% y el 20%, muy lejos del 40% que obtienen Nigeria y Angola.
La ONG Global Witness, dedicada a combatir la corrupci¨®n en el Tercer Mundo y las pr¨¢cticas abusivas de algunas multinacionales, cree que el informe del Senado tiene que provocar la intervenci¨®n de la justicia norteamericana y un cambio radical en la transparencia y en el c¨®digo ¨¦tico de las petroleras en el Tercer Mundo.
Pl¨¢cido Mic¨®, secretario general de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS), principal partido de la oposici¨®n interna tambi¨¦n cree el informe debe servir para acabar con la "impunidad" (intervenci¨®n de los tribunales) y provocar un giro en la pol¨ªtica de Espa?a y EE UU respecto a Obiang: "Hay que tomar conciencia de lo que significa ayudar a dictadores que esquilman a su pa¨ªs y guardan el dinero en bancos de pa¨ªses democr¨¢ticos".
Severo Moto, un opositor que vive exiliado desde hace a?os en Espa?a, afirma: "Ahora no hay duda de que nos gobierna un ladr¨®n", y pide una intervenci¨®n exterior para "acabar con la dictadura". "Los guineanos nos merecemos, igual que los iraqu¨ªes, la esperanza de un futuro mejor". Para los partidos democr¨¢ticos guineanos, las redadas y el virtual estado de excepci¨®n que se vive en el pa¨ªs desde hace cuatro meses no se debe al temor de un golpe de Estado ni a los mercenarios, sino "al nerviosismo del dictador" ante la investigaci¨®n del Senado. Mic¨® destaca que las conclusiones del informe demuestran que "las denuncias de corrupci¨®n no eran un invento de la oposici¨®n".
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