?Hay vida despu¨¦s de Aznar?
Algo aturdido todav¨ªa por el inesperado y traum¨¢tico desalojo del Gobierno y por la brusca estigmatizaci¨®n de sus siglas en el dram¨¢tico contexto electoral del 14-M, el Partido Popular se prepara para oficializar en el congreso extraordinario de primeros de octubre su nueva etapa posaznarista. La confianza en su poder¨ªo organizativo y la creencia, voluntarista o no, de que su vuelta al poder se producir¨¢ m¨¢s pronto que tarde, puede que incluso antes de que finalice la actual legislatura, contribuyen a confortarles en estos momentos de desolaci¨®n. Aunque la derrota ha sido cruenta -la luminaria de Aznar se ha eclipsado cuando alcanzaba su cenit- y ha dejado en la calle a un ej¨¦rcito de damnificados -varios miles de militantes y amigos se han quedado sin empleo-, no parece que los viejos demonios familiares de la derecha espa?ola vayan a escaparse de la aherrojada botella org¨¢nica en la que les encerr¨® el propio Aznar, hace una d¨¦cada, cuando refund¨® el partido. La "dulce derrota" en los comicios europeos del 13 de junio est¨¢ ayudando a conjurar esas tentaciones conspirativas dom¨¦sticas, al tiempo que alivia la pesada digesti¨®n, todav¨ªa en curso, del doloroso 14 de marzo.
El PP conjur¨® el peligro de que una derrota rotunda en las europeas debilitase el liderazgo de Mariano Rajoy y abriese el caj¨®n de las incertidumbres
La actitud de Aznar de cuestionar la legitimidad de la victoria socialista comienza a chirriar incluso en los o¨ªdos de los propios aznaristas
"No se puede ir por ah¨ª perdonando la vida a los dem¨¢s y luego proclamarse centrista. Hay dirigentes, no s¨®lo Aznar, con actitudes de la derecha dura"
Se da por supuesto que Rajoy crear¨¢ una Ejecutiva integradora con una ponencia pol¨ªtica adaptable a los movimientos del Gobierno socialista
Cort¨¦s: "El gran m¨¦rito de Aznar ha sido ocupar todo el campo pol¨ªtico, impidiendo la existencia de extremismos y movimientos antisistema"
Es as¨ª, hasta el punto de que algunos dirigentes sostienen que el resultado de las europeas: el 41,30% del voto emitido, s¨®lo dos puntos menos que el PSOE, ha sido el mejor de los posibles. Ciertamente, el PP ha soslayado el peligro de que esos comicios actuaran como una segunda vuelta de las generales y acentuaran el castigo y los estragos. Un mal resultado habr¨ªa debilitado el nuevo liderazgo reservado a Mariano Rajoy y destapado, quiz¨¢, el arc¨®n de las incertidumbres. Pero si el resultado es calificado de ¨®ptimo es porque algunos dirigentes creen que un triunfo del PP sobre el PSOE, tres meses despu¨¦s del 14-M, habr¨ªa vuelto a "aznarizar" el partido; restablecido la dependencia org¨¢nica respecto a la personalidad y el estilo del "gran ausente"; asentado la idea, para algunos perniciosa, de que el "aznarismo sin Aznar en primera fila" deber¨ªa seguir vigente. Demasiado para un partido marcado por el legado org¨¢nico y el sello personal de Aznar. que tiene que armarse como alternativa opositora.
Ausencia de Aznar
Y es que la ausencia de Aznar es relevante para el nuevo camino del PP. Abre una realidad nueva, pese a que la estructura organizativa y los presupuestos ideol¨®gicos heredados aseguren en gran medida la continuidad. Hoy por hoy, Rajoy da a entender que se distancia de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de su grupo de leales, presentes en la Fundaci¨®n FAES o identificados con el denominado "clan de Valladolid", que apostaron igualmente por ¨¦l frente a las candidaturas de Rato y Mayor Oreja. Los "hombres del anterior presidente", habr¨ªa que decir, como ?ngel Acebes -"el mejor clon de Aznar", dicen de ¨¦l-, Carlos Aragon¨¦s, Miguel ?ngel Cort¨¦s, Eduardo Zaplana..., ocupan, de hecho, puestos de confianza en la estructura dirigente de un Mariano Rajoy que cuenta con la colaboraci¨®n incondicional de Francisco Villar, su jefe de gabinete, y de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, ex presidente del PP catal¨¢n.
A medio plazo, la inc¨®gnita es hasta qu¨¦ punto el posaznarismo va a hacerse con Aznar, sin Aznar o contra Aznar. Contra Aznar, porque la actitud del ex presidente de cuestionar la legitimidad moral del triunfo del PSOE empieza a chirriar tambi¨¦n en los o¨ªdos de los propios aznaristas. "Nuestro problema es que, aunque tenemos un programa de centro, algunos de nuestros dirigentes, no s¨®lo Aznar, adoptan actitudes y discursos m¨¢s propios de la derecha dura. No se puede ir por ah¨ª perdonando la vida a los dem¨¢s y luego reclamarse centrista", indica una diputada, defensora a ultranza, por lo dem¨¢s, de la val¨ªa personal de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
"Adem¨¢s de un cheque en blanco para Rajoy, las elecciones europeas han sido como el crimen perfecto", apunta un parlamentario. "Hemos perdido por poco, lo suficiente, en todo caso, para que no se le pueda echar de menos a Aznar. Creo que se abre un periodo de estabilidad, pero es bueno que el congreso se celebre pronto para poder asentar el nuevo liderazgo de Rajoy y hacer el corte con la etapa anterior", indica este diputado.
El congreso del PP consolidar¨¢, seguramente, la trayectoria del grupo de "mujeres emergentes" compuesto por la candidata a lehendakari, Mar¨ªa San Gil; la vicepresidenta del Gobierno balear, Rosa Estar¨¢s; la diputada Dolors Nadal; la balear Mar¨ªa Salom; Beatriz Elorriaga; Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, estrecha colaboradora de Rajoy, as¨ª como la alcaldesa de Jerez, Mar¨ªa Jos¨¦ Pelayo. E, igualmente, debe incorporar al aparato del partido a los j¨®venes valores ascendentes formados en las Nuevas Generaciones: Jorge Moragas, secretario de relaciones internacionales del PP; Gustavo de Ar¨ªstegui, experto en cuestiones internacionales; Jos¨¦ Antonio Berm¨²dez de Castro, secretario de formaci¨®n, y el canario Pablo Matos. El ex vicepresidente segundo y tres veces ministro, Javier Arenas, tiene encomendada la complicada misi¨®n, toda una prueba, de convertir al PP andaluz en una alternativa a la hegemon¨ªa socialista. Y Eduardo Zaplana, ahora portavoz parlamentario, aparece, a su vez, debilitado por las agrias disputas en el PP valenciano y por los negocios familiares en el parque tem¨¢tico de Terra M¨ªtica.
"El PP ha aguantado el terrible trauma de la derrota sin caer en las divisiones est¨¦riles", analiza Javier Zarzalejos, antiguo secretario general de la Presidencia y elemento destacado del colectivo intelectual que dirige la Fundaci¨®n FAES. "El liderazgo personal de Aznar ha convertido al PP en una organizaci¨®n muy s¨®lida que abarca todo el espectro del centro-derecha, sin dejar resquicios. No hay nada fuera del PP. El segundo elemento a considerar es que el PP est¨¢ en condiciones de impedir que el PSOE entre en un ciclo de 12 a?os de victorias. No vemos un verdadero cambio de hegemon¨ªas porque no ha habido un derrumbe del PP. Si el PSOE gan¨® el 14 de marzo", explica, "fue porque se aprovech¨® de una movilizaci¨®n singular, surgida de las emociones causadas por los atentados; pero muchas de estas personas", a?ade Javier Zarzalejos, "son gentes situadas en la periferia del sistema que fueron a votar en esa ocasi¨®n, pero que no repetir¨¢n f¨¢cilmente. Adem¨¢s, el PSOE est¨¢ presionado por unos pactos y unos socios dif¨ªciles de satisfacer". La opini¨®n m¨¢s extendida es que el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero puede caer antes, incluso, de que termine la legislatura, y que, en todo caso, en un sistema que parece encaminarse resueltamente hacia el bipartidismo, los ciclos pol¨ªticos venideros van a ser cortos.
El caso es que el prefigurado gui¨®n de la historia que a estas alturas situaba a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en el retiro de su glorioso olimpo, complaci¨¦ndose en las andanzas triunfantes de su partido, ha sido sustituido por el relato amargo de c¨®mo un l¨ªder obcecado en el error termina por arrastrar a sus huestes a la derrota. De hecho, es as¨ª como lo ven no pocos representantes del PP. "Jaime Ignacio del Burgo, Rodrigo Rato y Gustavo de Ar¨ªstegui, entre otros, le aconsejaron expresamente que no enviara tropas a Irak" (...). "No quiso tener en cuenta que la sociedad espa?ola detesta las guerras (...). Se meti¨® una sobredosis atlantista innecesaria porque hab¨ªa otras opciones (...). Nos dec¨ªan que Francia y Alemania tambi¨¦n iban a entrar en la guerra, y que si se mostraban diletantes era sencillamente porque estaban poniendo su precio (...). Nos aseguraban que el rechazo a la guerra de la sociedad espa?ola cambiar¨ªa inmediatamente en cuanto acabara la campa?a b¨¦lica (...). No necesitaba hacerse la foto de las Azores (...). El hiperliderazgo le ha conducido al aislamiento, a creer que s¨®lo deb¨ªa rendir cuentas ante s¨ª mismo". Son algunas de las opiniones recogidas entre dirigentes y parlamentarios del PP. Pero el gran reproche, el que alcanza igualmente a los m¨¢s fervorosos aznaristas, es que la participaci¨®n en la guerra de Irak nunca ha sido explicada dentro del Partido Popular, pese a los desgarros que suscitaba.
"En el caso del PP, la empresa es claramente m¨¢s importante que sus hombres", indica el diputado popular Rogelio Ba¨®n, autor del libro Historia del Partido Popular. "La estructura territorial es un mallazo que no se puede romper f¨¢cilmente. Por ejemplo", explica, "los t¨¦cnicos del partido en las regiones dependen econ¨®micamente de Madrid, aunque est¨¦n al servicio de los presidentes locales. No se permite recaudar donaciones de forma aut¨®noma. Todas las listas tienen que tener el refrendo del Comit¨¦ Nacional, y hay un comit¨¦ de disciplina interno. Ya dicen los te¨®ricos", a?ade Ba¨®n, "que la estructura organizativa de un partido tiene que mantener un equilibrio entre la fuerza y la democracia". La idea de un partido fuerte muy cohesionado es defendida con el argumento de que en una Espa?a tan descentralizada como la actual son los grandes partidos nacionales los que tienen que asumir la vertebraci¨®n del pa¨ªs. "Nosotros no debemos reproducir en nuestro seno las baron¨ªas que se dan en el PSOE", advierten algunos dirigentes.
Creaci¨®n de FAES
Aznar refundi¨® todas los grupos de pensamiento del centro-derecha: los clubes liberales; la Fundaci¨®n C¨¢novas, creada en la ¨®rbita de la Alianza Popular de Manuel Fraga y de Mariano Rajoy, y la democristiana Humanismo y Democracia, que era financiada por la fundaci¨®n alemana Adenauer. Todas convergieron en FAES (Fundaci¨®n para el An¨¢lisis y los Estudios Sociales), un potente laboratorio de ideas, un think tank al estilo anglosaj¨®n, y tambi¨¦n la escuela de pol¨ªtica y oratoria, el almac¨¦n de ideas y proyectos. Es el cerebro que gu¨ªa los pasos del PP, un equipo de personas enormemente influyentes, del que formaron parte en sus or¨ªgenes Miguel ?ngel Cort¨¦s -el primer secretario de la fundaci¨®n, Alfredo Timermans, Gabriel Elorriaga, Baudilio Tom¨¦, Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez, P¨ªo Cabanillas, Jos¨¦ Mar¨ªa Michavilla, Eugenio Nasarre. Alejo Vidal Cuadras y Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca-.
M¨¢s tarde se les unir¨ªa Carlos Aragon¨¦s, un personaje casi desconocido fuera del partido, que, a la sombra de Aznar y fuera de los focos de la atenci¨®n p¨²blica, ha ejercido un enorme poder en las dos legislaturas populares desde su cargo de jefe de gabinete del presidente. Integrado por pol¨ªticos liberales preocupados por las ideas, este grupo -al que hay que sumar a Pilar del Castillo, Mercedes de la Merced y al equipo econ¨®mico de Rodrigo Rato: Crist¨®bal Montoro, Luis de Guindos y Elvira Rodr¨ªguez- constituye el n¨²cleo pensante que ha orientado las decisiones de Aznar. No es por casualidad que, en su retirada del primer plano de la escena, el anterior presidente del Gobierno se haya reservado la presidencia de FAES.
Desde el poder, Aznar cumpli¨® con el programa liberal (las privatizaciones de las grandes empresas estatales no estuvieron exentas de pol¨¦micas), pero sin cuestionar ni romper el consenso sobre la Seguridad Social, las pensiones, los elementos b¨¢sicos del Estado de bienestar. A falta de grandes definiciones doctrinarias, el PP maneja una ideolog¨ªa muy d¨²ctil, pragm¨¢tica, que enfatiza lo que une y silencia lo que separa. "No hay debate sobre el aborto, la biolog¨ªa molecular, la Iglesia, las uniones de homosexuales, la guerra de Irak. Es que ni siquiera se plantean", confirman varios dirigentes. A cambio, el PP se expresa ideol¨®gicamente en torno a una serie de ideas fuerza que constituyen sus mejores se?as de identidad p¨²blicas.
La idea de Espa?a es, por supuesto, el primero de estos pilares b¨¢sicos, y eso que la evoluci¨®n de la derecha en este terreno ha sido notable. Del rechazo inicial a la Constituci¨®n, manifestado por la Alianza Popular de Manuel Fraga, la derecha espa?ola ha pasado a aceptar el modelo del Estado de las Autonom¨ªas e, incluso, a reclamar, como elemento identitario el "patriotismo constitucional", un concepto de Habermas asumido con anterioridad por el pensamiento de la izquierda. "Es posible, s¨ª, que la reivindicaci¨®n de ese concepto por el PP entra?e el riesgo de que sea interpretado como una apropiaci¨®n partidaria de la Constituci¨®n", reconoce Eugenio Nasarre, "pero significa un gran avance para el centro-derecha espa?ol porque supone identificar el ideal de la patria con la Espa?a plural, garante de los derechos y libertades, con la Espa?a constitucional democr¨¢tica".
Aunque el PP no piensa modificar el concepto federalizante de la igualdad de las autonom¨ªas, es posible que ahora acepte participar en la reforma constitucional, que Aznar hab¨ªa rechazado sistem¨¢ticamente con el conocido sonsonete de: "Ahora no toca". Es una de las cosas que pueden cambiar en la etapa posaznarista. Como contrapeso a la aceptaci¨®n del modelo auton¨®mico, el PP ha hecho del fortalecimiento de la conciencia del ser nacional un elemento esencial de su ideolog¨ªa.
"El gran m¨¦rito de Aznar ha sido el de ocupar todo el campo pol¨ªtico impidiendo la existencia de extremismos y de movimientos antisistema", dice Miguel ?ngel Cort¨¦s. "Conviene tener en cuenta que Espa?a y el Reino Unido son los ¨²nicos pa¨ªses europeos que no tienen una extrema derecha organizada". A los representantes del PP les subleva que parte de la izquierda y de los nacionalismos les tachen de fachas, como les subleva el argumento reprobatorio de que si no existe la extrema derecha en Espa?a es porque est¨¢ en el PP. "Precisamente, lo que hemos hecho ha sido deglutir a la extrema derecha, la hemos reducido a la m¨ªnima expresi¨®n, pero no porque seamos un partido derechista, sino porque hemos ampliado la base de la correcci¨®n pol¨ªtica", apunta el diputado vasco Gustavo de Ar¨ªstegui.
Movimientos antisistema
"Los movimientos antisistema", apunta, a su vez, Miguel ?ngel Cortes, "aparecen con m¨¢s facilidad en pa¨ªses en los que la ¨²nica posibilidad de oponerse al Gobierno es sali¨¦ndose del sistema. Por eso, lo interesante del caso de Espa?a", a?ade, "es que hay un gran equilibrio entre el consenso y el disenso entre los dos grandes partidos. Hay consenso entre los grandes temas de Estado, pero los descontentos tienen la posibilidad de convertirse en alternativa dentro del sistema". A juicio de Javier Zarzalejos, el ¨¦xito de una expresi¨®n tan ofensiva como la de facha, referida al PP, es producto de la influencia ideol¨®gica que los nacionalismos radicales ejercen en una parte de la izquierda, incapaz de superar los anacronismos. De igual manera, niegan que la ideolog¨ªa del PP est¨¦ impregnada del nacionalcatolicismo. "Sabemos que la mayor¨ªa de los cat¨®licos votan a nuestro partido, y es cierto que los valores procedentes del cristianismo est¨¢n presentes en nuestra ideolog¨ªa, pero se exagera mucho sobre esto porque somos un partido laico y aut¨®nomo, aunque en ese terreno reaccionemos ocasionalmente contra el PSOE", asegura Eugenio Nasarre.
Al calor del ¨¦xito que se le reconoce generalmente en la lucha contra ETA, el antiterrorismo se ha convertido en otra de las ideas fuerzas de la ideolog¨ªa del PP y en un poderoso elemento de cohesi¨®n interna. La firme decisi¨®n de vencer a ETA, la actuaci¨®n resuelta contra las estructuras c¨®mplices y la atribuci¨®n de un papel pol¨ªtico a las v¨ªctimas constituyen un activo valioso para el primer partido de la oposici¨®n. Mar¨ªa San Gil, candidata a lehendakari del PP vasco, dice que, aunque s¨®lo fuera por eso, ella tiene que sentirse devota de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de Jaime Mayor. "Nos han devuelto el orgullo de ser populares vascos", dice. San Gil habla de un PP vasco integrado por gentes muy humildes y valientes que se han metido en la pol¨ªtica no para medrar o sacar alg¨²n beneficio, sino por esp¨ªritu de rebeld¨ªa, por la defensa de la libertad. Nada que ver con los conocidos como PP pijos, ni?os bonitos de la derecha espa?ola, algunos de apellidos ilustres, a los que se atribuye tanta ambici¨®n personal como falta de ideas y convicciones. "Militar aqu¨ª", dice Mar¨ªa San Gil, "es optar por el partido de los d¨¦biles, porque los empresarios y los grandes profesionales liberales est¨¢n en el PNV, que es donde est¨¢ la seguridad".
Con todo, no faltan quienes tambi¨¦n dentro del PP admiten que el partido y al anterior Gobierno han abusado ret¨®ricamente de la lucha antiterrorista, adjudic¨¢ndose un protagonismo partidista excesivo y atribuy¨¦ndose m¨¦ritos que corresponden igualmente a los jueces y a otros colectivos sociales y pol¨ªticos. "Es posible, s¨ª, que incluso en las cosas que hemos hecho bien hayamos dado una vuelta de rosca de m¨¢s, enfatizado, reiterado y exagerado m¨¢s de lo debido. Pero me parece que esa actitud de capitalizar a toda costa la han adoptado m¨¢s algunos aznaristas fervientes del anterior Gobierno que el propio Aznar", comenta un diputado. Compartir la condici¨®n de victima ("PP-PSOE, fatxas", escriben en las paredes los amigos de ETA) ha hecho que la relaci¨®n entre socialistas y populares vascos no est¨¦ tan impregnada del sectarismo y del instinto cainita que abundan en otros lares.
Precisamente, el futuro congreso del PP deber¨¢ decidir qu¨¦ grado de colaboraci¨®n con el Gobierno del PSOE va a mantener en los asuntos de Estado. Mientras, los dirigentes de ideolog¨ªa m¨¢s centrista se inclinan por facilitar esos acuerdos en terrenos como el de la lucha antiterrorista, la pol¨ªtica internacional, las reformas auton¨®micas, la fiscalidad..., siempre que los socialistas se atengan al marco constitucional y a la b¨²squeda de consenso, algunos conservadores rechazan toda colaboraci¨®n con el PSOE y dejan abierta la posibilidad de un acuerdo con los nacionalistas moderados, CiU, preferentemente, acuerdo del que se excluye, eso s¨ª, al PNV. Son los que, previsiblemente, pugnar¨¢n por colocar el list¨®n de las condiciones tan elevado que haga imposible el consenso.
Ejecutiva integradora
A tres meses del congreso se da por supuesto que Mariano Rajoy formar¨¢ una ejecutiva integradora y que la ponencia pol¨ªtica se asentar¨¢ sobre una estrategia modulable en funci¨®n de los movimientos del Gobierno socialista. "Eso nos permitir¨ªa cargarnos de argumentos y presentarnos como alternativa en el caso de que el PSOE se desv¨ªe a causa de sus pactos y contradicciones internas", explica Eugenio Nasarre. "Pero si el PSOE no incurre en esos errores, entonces", apunta, "no deber¨ªamos tener problemas para recomponer las relaciones".
El ¨²ltimo gran pilar ideol¨®gico del PP es la ambici¨®n de colocar a Espa?a en el grupo de cabeza de las grandes naciones, en el G-8, en el Consejo de Seguridad de la ONU, dotarla de una proyecci¨®n y un protagonismo exterior, sacarla del aislacionismo y el neutralismo, del grupo de naciones que juegan un papel secundario internacional. Ha sido una de las grandes obsesiones de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en su ¨²ltima etapa. "Efectivamente, Aznar es muy cr¨ªtico con esa Espa?a que, como dijo Aza?a, se quedaba a la orilla del camino de los dem¨¢s", afirma Miguel ?ngel Cort¨¦s. "Piensa que el sitio de Espa?a est¨¢ en Europa, pero tambi¨¦n en EE UU, no s¨®lo porque es la primera naci¨®n libre del mundo y la que tiene un modelo m¨¢s competitivo, sino tambi¨¦n porque hay all¨ª 40 millones de hispanos y ¨¦ste es un dato que desde todos los puntos de vista, econ¨®mico, pol¨ªtico y cultural, debemos considerar", indica el diputado de Valladolid.
"Con el porcentaje de votos que hemos mantenido en las europeas y nuestra implantaci¨®n territorial en las comunidades aut¨®nomas, lo nuestro es m¨¢s bien una retirada a los cuarteles de invierno, a la espera de que el PSOE caiga por su propio peso", vaticinan Rogelio Ba¨®n y otros diputados populares. Pero no faltan quienes advierten: "Cuidado con minusvalorar al adversario e incurrir en planteamientos cortoplacistas. Pese al resultado de las elecciones europeas, el poder fortalece generalmente a quien lo detenta y debilita a quien lo pierde".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.