Bienvenidos a la era de la incompetencia
Existen dos supuestos diametralmente opuestos respecto a lo que los tipos de inter¨¦s reales har¨¢n en la pr¨®xima generaci¨®n. Los que predicen que los tipos de inter¨¦s reales ser¨¢n bajos, anuncian un crecimiento r¨¢pido de la productividad y de la producci¨®n potencial de la econom¨ªa mundial, y afirman que el problema al que se enfrentar¨¢n los bancos centrales no ser¨¢ limitar la demanda sino impulsarla. Los principales bancos centrales del mundo pr¨¢cticamente han eliminado de los tipos de inter¨¦s la prima por riesgo de inflaci¨®n. Con una ¨¢gil competencia en toda la econom¨ªa, podemos esperar una generaci¨®n en la que los precios de los activos tiendan a mantenerse relativamente elevados y los tipos de inter¨¦s reales -en todo el mundo- relativamente bajos.
Los tipos reales ser¨¢n elevados a lo largo de la pr¨®xima generaci¨®n y los precios actuales de los bonos (y del sector inmobiliario) no son sostenibles
Por el contrario, los que predicen que los tipos de inter¨¦s reales ser¨¢n en general elevados a lo largo de la siguiente generaci¨®n hacen hincapi¨¦ en las bajas tasas de ahorro en Estados Unidos, el elevado gasto provocado por las cargas demogr¨¢ficas en Europa y los gobiernos d¨¦biles que arrastran un d¨¦ficit cr¨®nico y llevan a cabo una pol¨ªtica fiscal insostenible. Tambi¨¦n opinan que si China e India mantienen su actual trayectoria, el peso relativo de su econom¨ªa en el mundo se duplicar¨¢ en una d¨¦cada m¨¢s o menos. Antes o despu¨¦s, las oportunidades de inversi¨®n en estos mercados nuevos superar¨¢n a los deseos de sus bancos centrales de mantener unos tipos de inter¨¦s bajos para fomentar las exportaciones y al deseo de sus ciudadanos ricos de guardar su dinero en el Banco de Am¨¦rica.
Entonces, ?qu¨¦ debe hacer un economista? Una alternativa es recordar al difunto Rudi Dornbusch, que ense?aba que el economista que predice la evoluci¨®n de los tipos de inter¨¦s bas¨¢ndose en fundamentos es tonto, porque los fundamentos son complejos e inestables, y cambian de manera repentina y sustancial. Adem¨¢s, advert¨ªa Dornbusch, el que un economista interprete correctamente los fundamentos, no quiere decir que los mercados lo hagan. Al predecir la evoluci¨®n de los tipos de inter¨¦s uno no se dedica a examinar los fundamentos, sino a predecir cu¨¢l espera la opini¨®n media del mercado que sea la opini¨®n media del mercado sobre los fundamentos.
Pero Rudi nunca sigui¨® su propio consejo. As¨ª que perm¨ªtanme presentar mi apuesta y decir que imagino que los tipos de inter¨¦s reales ser¨¢n elevados a lo largo de la pr¨®xima generaci¨®n, y que los precios actuales de los bonos (y del sector inmobiliario) no son sostenibles. Cuatro caracter¨ªsticas de la pol¨ªtica moderna en el n¨²cleo posindustrial del mundo me han hecho llegar a esta conclusi¨®n:
- En Estados Unidos, el extraordinario fracaso de los congresistas partidarios del conservadurismo fiscal para establecer una oposici¨®n eficaz contra la renovada desestabilizaci¨®n de las finanzas p¨²blicas estadounidenses por parte del gobierno de Bush. La org¨ªa deficitaria del gobierno de Reagan parece cada vez m¨¢s un rasgo estructural de la forma de gobernar republicana.
- Actitudes fiscales igualmente irresponsables en la rama ejecutiva de la administraci¨®n p¨²blica estadounidense bajo el gobierno republicano.
- La incapacidad de los gobiernos de Europa Occidental para solucionar la crisis presupuestaria de la seguridad social que se avecina a causa del envejecimiento de la poblaci¨®n.
- La incapacidad de los gobiernos de Europa Occidental para aprobar reformas liberalizadoras suficientemente audaces como para hacer que el pleno empleo sea una posibilidad, junto con la incapacidad de la pol¨ªtica monetaria de Europa Occidental para ser lo suficientemente estimulante como para hacer que el pleno empleo sea una realidad.
Los argumentos a favor de mantener unos tipos de inter¨¦s bajos exigen un grado improbable de competencia gubernativa. Espero sorprenderme; espero ver que los gobiernos de Europa Occidental y Estados Unidos asumen sus responsabilidades y establecen pol¨ªticas fiscales sostenibles y sensatas. Pero ¨¦sa es mi esperanza, no mi previsi¨®n.
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