Objeci¨®n fiscal en el mundo
El 8 de julio se inici¨® en Bruselas la D¨¦cima Conferencia Internacional de Campa?as de Objeci¨®n Fiscal e Impuestos por la Paz. Durante cuatro d¨ªas nos reunimos all¨ª gente procedente de doce pa¨ªses, casi todos del Norte, pero tres tambi¨¦n del Sur. Todos compart¨ªamos una misma idea: no hay derecho a que con el dinero de nuestros impuestos se pague la preparaci¨®n y ejecuci¨®n de las guerras.
La econom¨ªa se ha globalizado, tambi¨¦n la violencia. Quienes mandan deciden hacer la guerra y la guerra se hace. Y aunque se oigan cr¨ªticas, los gastos militares crecen en todas partes. Las armas causan una doble destrucci¨®n. Cuando act¨²an, es evidente. Inactivas, la desviaci¨®n de semejantes cantidades de dinero que ya no pueden destinarse a las verdaderas necesidades sociales que hay en todo el planeta supone el sufrimiento cotidiano de miles de millones de personas.
Frente a la globalizaci¨®n impuesta se oyen las voces de quienes apuestan por otra globalizaci¨®n. Otro mundo es posible, decimos. ?Posible? Mejor ser¨ªa decir necesario. As¨ª no se puede mantener. Las guerras est¨¢n suponiendo en muchos pa¨ªses la destrucci¨®n de las pocas estructuras sociales que hab¨ªan logrado. Una gran parte de la humanidad resulta as¨ª condenada a vivir en la pobreza y en la desesperanza. Por eso lo reafirm¨¢bamos en Bruselas: No hay tiempo que perder. Hoy m¨¢s que nunca se hace necesaria la resistencia civil a los gastos militares mediante las campa?as de objeci¨®n fiscal e impuestos por la paz.
Los insumisos nos demostraron que la resistencia que supuso su desobediencia civil al Estado es una herramienta eficaz para el progreso de la sociedad. La objeci¨®n fiscal supone otra forma de acci¨®n no violenta ante la militarizaci¨®n. Poco a poco vamos siendo cada vez m¨¢s y en muchos puntos del planeta quienes compartimos la idea y las estrategias. Esta conferencia internacional lo ha demostrado. Y el resultado de la misma no deja lugar a dudas. Hay que seguir trabajando por el reconocimiento pleno del derecho a la objeci¨®n de conciencia, tambi¨¦n en su vertiente fiscal.
Hay que detener este derrochede un dinero que es imprescindible para devolver la dignidad humana a todas las personas de la Tierra.
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