Relevos 'made in Villava'

Despu¨¦s de que hasta los m¨¢s esc¨¦pticos den ya por seguro que Lance Armstrong ganar¨¢ el domingo su sexto Tour consecutivo -un r¨¦cord-, despu¨¦s de que Richard Virenque, el eterno, se asegurara ayer su s¨¦ptimo reinado de la monta?a -otro r¨¦cord, deshaciendo el empate a seis con Federico Bahamontes y Lucien van Impe-, el pr¨®ximo maillot distintivo que encontrar¨¢ due?o ser¨¢ el blanco de mejor joven y ser¨¢ seguramente en la contrarreloj de ma?ana donde Vladimir Karpets lo consiga -tras la etapa de ayer marchaba segundo de la clasificaci¨®n, a 45s del incre¨ªble franc¨¦s Thomas Voeckler, quien despu¨¦s de agarrarse al maillot amarillo hasta la extenuaci¨®n parece dispuesto a morir sobre las carreteras del Tour vestido de blanco-, con lo que suceder¨ªa en el historial a su compatriota, compa?ero de equipo y conciudadano pamplon¨¦s Denis Menchov. Con la de Paco Mancebo en 2000, ser¨ªa, para el equipo de Ech¨¢varri y Unzue la tercera victoria en los ¨²ltimos cinco Tour.

Y como los otros dos, como Mancebo, que va m¨¢s all¨¢ de sus posibilidades cotidianamente para volver a terminar -por cuarta vez en seis Tour- entre los 10 primeros, y como Menchov, a quien la ca¨ªda de Waterloo le arrastr¨® a la retirada prematura, Vladimir Karpets, gigante de Leningrado, blanqu¨ªsimo, impenetrable tras sus gafas de sol, 23 a?os, lleva camino de convertirse en un s¨®lido Tour. O eso creen sus directores.

"Alucin¨¦ en la contrarreloj por equipos", dice Eusebio Unzue. "Daba unos relevos de un nivel que s¨®lo le he visto a Indurain. Eran relevos made in Villava". Y a Unzue, permanentemente esperando el advenimiento de un segundo Indurain se le iluminan los ojillos. Habla de Karpets, que disputa su segundo Tour, la ¨²nica carrera de tres semanas que conoce, de c¨®mo pese a medir 1,93 metros y pesar 74 kilos, c¨®mo a pesar de su juventud es capaz de defenderse m¨¢s que bien en la alta monta?a, de c¨®mo ha sido este a?o capaz de ganar la Vuelta a Rioja, de rozar el triunfo en la Volta a Catalunya, del Tour de aprendizaje. "Est¨¢ abriendo los ojos", dice, "est¨¢ aprendiendo desde abajo, haciendo trabajo de equipo". Y pese a ello, pese a quedarse esperando a Menchov en Waterloo -perdi¨® casi 4 minutos- es el 17? en la general.

La vida de Karpets contada por ¨¦l mismo en su escaso castellano -y eso que lleva seis a?os en Espa?a- cabe en cuatro l¨ªneas. "Nac¨ª en San Petersburgo cuando se llamaba Leningrado", dice, "donde mis padres tienen una tienda de coches. A los dos a?os entr¨¦ interno en una escuela deportiva. Siempre he estudiado para ser ciclista. A los 17 a?os vine a Tortosa, donde el entrenador Kuznetsov, el mismo que descubri¨® a Ekimov, tiene una residencia. Con ¨¦l me entrenaba mucho, hac¨ªa 40.000 kil¨®metros al a?o. Ahora hago 25.000. Estoy casado con Dania, morena y delgadita, y vivo en Pamplona, m¨¢s grande que Tortosa y m¨¢s divertida. Apenas voy a Rusia, apenas veo a mi familia y me gustar¨ªa dejar de ser ruso y lograr la nacionalidad espa?ola".