Kirchner destituye al jefe de la polic¨ªa por no "cumplir ¨®rdenes"
El presidente de Argentina pierde popularidad por no reprimir a los 'piqueteros'
El presidente argentino, N¨¦stor Kirchner, relev¨® al jefe de la Polic¨ªa Federal antes de viajar a Bolivia y Venezuela y se dispone a descabezar el Ministerio de Justicia, del que depende la Secretar¨ªa de Seguridad Interior. "Se van porque no cumplieron mis ordenes", anunci¨®. El jefe de Estado les considera responsables de no prevenir los incidentes violentos del d¨ªa 16, cuando un reducido grupo de manifestantes atac¨® la sede de la Legislatura de Buenos Aires para impedir que se aprobara el C¨®digo de Convivencia.
La polic¨ªa tard¨® casi tres horas en intervenir. Kirchner participaba de un acto en el sur del pa¨ªs y los funcionarios de la ciudad y del Gobierno nacional se atribuyeron mutuamente la responsabilidad. El jueves, cuando los piqueteros -grupos de choque de los movimientos que representan a los desocupados- ten¨ªan previsto marchar nuevamente hacia el Parlamento municipal, cercano a la Plaza de Mayo y a la Casa Rosada, sede del Gobierno nacional, Kirchner orden¨®, por escrito, un operativo de seguridad con tres l¨ªneas de agentes -femeninos, masculinos y tropas de la guardia de infanter¨ªa- sin armas de fuego.
El hasta entonces jefe de la polic¨ªa, el comisario Eduardo Prados, pretend¨ªa que "al menos en la tercera barrera hubiera hombres armados". El presidente ratific¨® su orden y Prados, que hab¨ªa asumido el cargo a comienzos del pasado octubre y sobrevivi¨® a la purga de mayo, cuando pasaron a retiro a m¨¢s de 100 oficiales de la Polic¨ªa Federal, finalmente entendi¨® que deb¨ªa presentar su renuncia. Seg¨²n un portavoz del Ejecutivo, "Prados no present¨® la renuncia, el presidente se la pidi¨®". El jueves, los piqueteros volvieron a manifestarse en el mismo lugar de la capital argentina, pero el despliegue de casi un millar de agentes policiales abort¨® los incidentes.
Las organizaciones piqueteras, controladas por dirigentes y activistas de extrema izquierda necesitados de protagonismo, mantienen bajo acoso continuo los accesos, las carreteras y las calles de Buenos Aires. Cada d¨ªa montan una marcha que interrumpe el tr¨¢nsito de coches, impiden la salida de trenes, ocupan comercios, atacan sedes de empresas extranjeras, extorsionan a hipermercados para conseguir bolsas de alimentos que en algunos casos luego revenden y amenazan con una escalada de acciones directas.
La decisi¨®n de que la polic¨ªa no intervenga ni reprima para evitar muertos o heridos y "criminalizar la protesta social", por instrucciones expresas del jefe del Ejecutivo, no cuenta con el apoyo de la mayor¨ªa de los ciudadanos. Seg¨²n los sondeos, el 70% cree que esa pol¨ªtica "no sirve" o "fracas¨®" y que hace falta "poner l¨ªmites". La alta popularidad y la imagen del presidente, que se mantuvo en el primer a?o de gesti¨®n como consecuencia del crecimiento de la econom¨ªa y de otros avances pol¨ªticos, cay¨® al 63%.
El presidente le teme al "gatillo f¨¢cil" de las fuerzas de seguridad. Las continuas purgas de las c¨²pulas en la polic¨ªa de la provincia de Buenos Aires y en la Federal, que controla la capital, han dejado en situaci¨®n de "disponibilidad" a cientos de altos cargos sospechosos de recaudar fondos ilegales de la prostituci¨®n, el juego y delitos diversos. Entre ellos hay acusados de muertes violentas y cr¨ªmenes nunca aclarados. Parte de esa mano de obra desocupada de la polic¨ªa participa activamente en bandas dedicadas a secuestros y robos.
El ministro de Justicia, Gustavo B¨¦liz, ex ministro del Interior en el Gobierno de Carlos Menem, jefe pol¨ªtico de la Secretar¨ªa de Seguridad Interior, todav¨ªa a cargo del fiscal Norberto Quantin, asegura que en los ¨²ltimos incidentes violentos "actuaron servicios de inteligencia, polic¨ªas retirados y barras bravas", miembros de los grupos de fan¨¢ticos de clubes de f¨²tbol.
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