Ir al F¨®rum

Los incidentes producidos por el anti-F¨®rum no me parecen aceptables. Es posible hacer acciones l¨²dicas, pero ¨¦ste no ha sido el caso. Provocar enfrentamientos es una estrategia de un sector del movimiento asambleario y eso lo saben quienes organizaron la excursi¨®n. Lo curioso es que se oponen al F¨®rum porque teorizan sobre su "fascismo posmoderno", entre otras cosas porque ha invadido la ciudad. Creo que han perdido la oportunidad de predicar con el ejemplo y no invadir, a su vez, el recinto.

El "no F¨®rum" no es lo mismo, pero hay un sector que tambi¨¦n sostiene que no se debe ir, lo que es leg¨ªtimo. Pero he o¨ªdo afirmaciones que no surgen del conocimiento, sino de prejuicios sobre el contenido del F¨®rum. Sin duda, esta ciudad se merec¨ªa un modelo adecuado para que los barceloneses pudieran ser anfritriones del evento y no s¨®lo p¨²blico visitante de exposiciones y espect¨¢culos, porque incluso los di¨¢logos en el inicio fueron s¨®lo para los inscritos. La ciudad ha demostrado con creces su capacidad para el debate de ideas y propuestas, el compromiso social y la participaci¨®n. Pero, aun a pesar de esta objeci¨®n de fondo, el grupo del "no F¨®rum" quiz¨¢ se deber¨ªa preguntar ahora si merece la pena ir y contrastar los prejuicios.

Una respuesta la dan las encuestas, que muestran la satisfacci¨®n de los que van, lo que he podido comprobar con las opiniones entusiastas de mis amigos de fuera de la ciudad. Yo tambi¨¦n creo que hay que ir. Hay debates abiertos sobre temas relevantes y progresistas. Las exposiciones son interesantes y los espect¨¢culos divierten. De modo que, por un d¨ªa, aproveche las vacaciones, haga turismo en su ciudad y f¨®rmese su propia opini¨®n sobre el F¨®rum.