Las m¨²ltiples caras del dinero

Las m¨¢scaras del dinero no es un libro de econom¨ªa propiamente dicho, aunque la materia prima del texto sea la quintaesencia de la econom¨ªa. En realidad es un libro de filosof¨ªa, modalidad ensayo anal¨ªtico, cuyo objetivo es recordar al lector el origen del dinero, su esencia y naturaleza. Como tal ensayo, apoyado por consideraciones hist¨®ricas, quiz¨¢ no atraiga demasiado a los lectores m¨¢s pragm¨¢ticos. Pero sin duda gustar¨¢ a quienes ven en la econom¨ªa algo m¨¢s que una relaci¨®n mejor o peor ordenada de fuerzas estrictamente productivas impulsadas por el margen de beneficio y sometidas a las leyes de la oferta y la demanda o a la presi¨®n de los costes laborales.

S¨¢nchez Capdequ¨ª orienta r¨¢pidamente su an¨¢lisis hacia los or¨ªgenes religiosos del dinero. Se significa casi de inmediato que la "elecci¨®n del animal sacrificial es el primer acto del pensamiento econ¨®mico". Este origen se prolonga en la l¨ªnea inevitable de la intermediaci¨®n sacerdotal: los sacerdotes atesoran bienes (se supone que santos) que se ven obligados a intercambiar por otros bienes que los feligreses no les suministran. Bien, ya est¨¢ descrito el origen del trueque. El dinero (moneda) aparece cuando se busca la igualaci¨®n, la equivalencia. Resulta que los bienes, sean animales, vegetales o minerales, son distintos en s¨ª mismos. Cada buey, cerdo o cabra que se intercambia es distinto de otro. El dinero -y el peso, habr¨ªa que a?adir- es el gran instrumento nivelador. Siguiendo el argumento, bien podr¨ªa concluirse algo opuesto a la tesis de S¨¢nchez: que el primer acto de pensamiento econ¨®mico nace cuando los intercambios de bienes se igualan y se hacen as¨¦pticos a trav¨¦s del dinero. Porque hasta ese momento no hay t¨¦rmino de comparaci¨®n que lleve al individuo a pensar m¨¢s all¨¢ del trueque.

El libro discurre bajo el manto protector de los an¨¢lisis del dinero, muy relevantes por cierto, que elaboraron fil¨®sofos y soci¨®logos de reputada profundidad. Werner Sombart, Max Weber, Thorstein Veblen o Georg Simmel han dedicado p¨¢ginas impagables a los rostros de la riqueza y el dinero, su valor m¨ªtico, simb¨®lico y antropol¨®gico, su cerrado dominio de los comportamientos humanos y su preeminencia ic¨®nica sobre cualquier otro referente social.

No deja de resultar llamativo el dominio de los referentes sagrados y lit¨²rgicos para explicar el dinero, sobre todo como s¨ªmbolo. Esta abrumadora presencia de lo religioso es un inconveniente del texto, f¨¢cilmente subsanable si se hubiera ampliado las contadas referencias a Adam Smith, Karl Marx o a Joseph Schumpeter.

Acompa?ado de referencias hist¨®ricas precisas -Mediterr¨¢neo, Grecia- y ejercicios de comprensi¨®n del fen¨®meno en ¨¦pocas tan lejanas del mito sagrado original como la actualidad, la aportaci¨®n b¨¢sica del texto es la inquietud que suscita su lectura sobre las amenazas de fondo que el dineo plantea a la sociedad democr¨¢tica. Tales inquietudes est¨¢n s¨®lo esbozadas, pero son muy n¨ªtidas incluso en el recuerdo de los cl¨¢sicos. Frente a la exploraci¨®n claramente descriptiva y moderadamente optimista de Weber (el dinero ayuda a calcular y a disponer), otras visiones insisten en la cu?a que abre el dinero en la sociedad. "El individuo econ¨®mico es el peor enemigo del ciudadano", sostuvo y desarroll¨® Alexis de Tocqueville. Para Veblen, el dinero es el regulador de las reglas de exclusi¨®n e inclusi¨®n social. Ya no estamos ante m¨¢scaras sagradas, sino ante descarnadas consecuencias sociales.

La ¨²ltima consecuencia de esta dial¨¦ctica ser¨ªa la imposici¨®n de una racionalidad primitiva de lo rentable, en t¨¦rminos de gastos menos ingresos, a las reglas del juego pol¨ªtico. La democracia ?es cara o es barata? ?Puede ser sustituida por ¨®rdenes pol¨ªticos m¨¢s baratos? La l¨®gica espesa del mundillo de los neocon anglosajones, presuntamente dem¨®cratas, se aproxima irremisiblemente a este tipo de desatinos. Del mito sacrificial a las tinieblas.