El desalojo del 'arca de No¨¦'
Unos setenta vecinos de Alcorc¨®n detienen el derribo de sus casas ilegales repletas de animales de granja
Unos setenta vecinos que tienen edificaciones ilegales en el camino de Carrolomillo, en Alcorc¨®n, consiguieron detener ayer a la gr¨²a que iba a demoler, por orden del Ayuntamiento, sus viviendas. Los residentes se pusieron delante de la m¨¢quina para impedirle el paso, y algunos se enfrentaron a la polic¨ªa. "El desalojo ha sido pospuesto por problemas de seguridad. No hab¨ªa polic¨ªas nacionales suficientes", explicaron fuentes del Ayuntamiento, gobernado por el PSOE. Estos vecinos, a los que ayer apoyaron en sus reivindicaciones j¨®venes del movimiento okupa, levantaron de manera ilegal hace 30 a?os sus viviendas en los terrenos, que en su momento pertenecieron al Ministerio de Defensa. En 1998, los terrenos fueron vendidos a una empresa privada, que ahora quiere construir en ellos un pol¨ªgono industrial.
El poblado est¨¢ formado por 70 edificaciones. "Tengo 5 caballos, 82 gallinas, 361 palomas, 22 perros, 70 conejos, 5 pavos y una cabra. No s¨¦ d¨®nde voy a meterlos", explic¨® Juan Antonio Mart¨ªnez, un taxista que ha transformado una de las edificaciones en un peculiar zoo. "Llegu¨¦ aqu¨ª hace 17 a?os, limpi¨¦ la maleza y me instal¨¦", relat¨®, para justificar los motivos de la ocupaci¨®n ilegal del terreno."No nos iremos sin luchar, las tierras son nuestras", reza uno de los letreros que colgaban ayer de la valla que rodea a los terrenos. Ante la imposibilidad de realizar el desalojo, la gr¨²a y los agentes de la Polic¨ªa Nacional y Municipal abandonaron el lugar hacia la una de la tarde. Los vecinos estuvieron haciendo guardia durante todo el d¨ªa frente a sus viviendas. "Los residentes han levantado las edificaciones sobre unos terrenos que no les pertenecen y no tienen derecho a estar all¨ª", se?alaron fuentes del Ayuntamiento de Alcorc¨®n.
La basura rodea las edificaciones. Las altas temperaturas que se registran estos d¨ªas mezcladas con los restos de comida, los animales que viven en los terrenos y la suciedad de las viviendas han convertido el aire en irrespirable.
Jos¨¦, el Gallego, vive en una de las edificaciones desde hace siete a?os. Recibe una ayuda social de 300 euros al mes y trabaja vendiendo la chatarra que se acumula en su vivienda. "Tengo un pu?ao de gatos y de conejos", cuenta, mientras coloca un esqueleto de juguete que cuelga de la verja de entrada. Los conejos est¨¢n metidos en una estancia oscura y por donde apenas corre el aire. Est¨¢n dentro de jaulas y Jos¨¦ los agarra del pescuezo para sacarlos. "Los tengo como capricho, pero cuando el hambre aprieta...", relata.
Su amigo Juan Gonz¨¢lez, de 52 a?os, se queja: "Yo tambi¨¦n vivo aqu¨ª y no trabajo. Si me echan me hacen la pascua, tendr¨¦ que irme a dormir al campo". Juan, Jos¨¦ y el resto de residentes son conscientes de que los terrenos donde se asientan no son suyos. "Pero las construcciones s¨ª, y eso nos da derecho a algo, ?no?", piden.
La concejal de Urbanismo de Alcorc¨®n, Asunci¨®n Romero, explic¨® ayer en rueda de prensa que los vecinos van a ser indemnizados por el desalojo de los terrenos. "Los propietarios del suelo sobre el que se han levantado los asentamientos ilegales crearon en el a?o 2002 un fondo de garant¨ªa para hacer frente a posibles indemnizaciones de estas personas", aclar¨® la edil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.