Injerencias eclesi¨¢sticas

?ltimamente vienen produci¨¦ndose con demasiada frecuencia intolerables injerencias de la jerarqu¨ªa cat¨®lica en ¨¢mbitos que, por pertenecer exclusivamente al ¨¢mbito de lo civil, de lo legal o de lo judicial, exceden por completo sus atribuciones religiosas. Pero el colmo ya insoportable se dio el domingo en la catedral de Santiago con su majestad el Rey y el presidente del Gobierno sentados como parvulitos en la escuela, aguantando estoicamente la "rega?ina" con que el obispo de turno quiso "obsequiarles" por ser "ni?os malos" (?especialmente el presidente, claro!). El hecho ser¨ªa c¨®mico y esperp¨¦ntico -por lo rid¨ªculo- si no fuera, en realidad, ?tr¨¢gico! Que a estas alturas del siglo XXI, y en un Estado no confesional, un jerarca de una religi¨®n se permita amonestar en p¨²blico a un presidente del Gobierno de la naci¨®n, ?no admite ya calificativos!

?Estamos en un pa¨ªs europeo o vivimos en una teocracia como Ir¨¢n, bajo el poder de los ayatol¨¢s? Pues... no est¨¢ muy claro si tenemos en cuenta que esa Iglesia que quiere que se la respete, pero que se permite perder el respeto hacia la sociedad civil y sus instituciones, se sostiene gracias a nuestro dinero, ?mucho dinero!, ?de los creyentes y el de los no creyentes! Y goza de una enorme cantidad de muy discutibles derechos bien acogidos bajo un Concordato de otros tiempos, que adem¨¢s sale reforzado en el Proyecto de Constituci¨®n Europea (v¨¦ase el art¨ªculo 51). Ante todo ello, s¨®lo cabe preguntarse: ?para cu¨¢ndo un Estado realmente laico y aconfesional?