Los dem¨®cratas se rinden a Teresa Heinz
La esposa de John Kerry pide un presidente "que nos devuelva la fe en Am¨¦rica"
?Resistir¨ªa EE UU tener una primera dama extranjera, que habla ingl¨¦s con el suave acento portugu¨¦s de su Mozambique natal y que tiene un notable inter¨¦s por el medio ambiente y el feminismo? Si el pa¨ªs fuera como la Convenci¨®n dem¨®crata de Boston, la respuesta ser¨ªa afirmativa. Adem¨¢s de rendirse a Teresa Heinz Kerry, la esposa del candidato, los delegados recorrieron unidos el martes el t¨²nel pol¨ªtico que va del pasado (Ted Kennedy) al futuro del partido (Barack Obama) con sorprendentes visitas, como la del hijo de Ronald Reagan.
Teresa, la millonaria viuda de un senador republicano (estrellado en una avioneta hace 13 a?os y que se cas¨® con John Kerry en 1995), fascin¨® a los delegados al hablar de su marido como "un luchador que gan¨® sus medallas a la antigua, arriesgando la vida por su pa¨ªs". La mujer que rompe moldes salud¨® en las otras lenguas que domina -portugu¨¦s, espa?ol, italiano y franc¨¦s- e hizo un canto a la capacidad de asimilaci¨®n de EE UU, al hablar de c¨®mo la hija de un m¨¦dico portugu¨¦s en Mozambique puede acabar en la Convenci¨®n de Boston y, quiz¨¢, en la Casa Blanca. Teresa Kerry puso el acento en el futuro y abog¨® por un presidente "que proteja nuestra seguridad sin sacrificar nuestras libertades", capaz de "crear nuevos empleos sin destruir el medio ambiente", que "nos devuelva la fe en Am¨¦rica y en nosotros mismos". "Creo que he encontrado el tipo adecuado; me cas¨¦ con ¨¦l".
La esposa de Kerry dice que su marido gan¨® sus medallas arriesgando la vida por su pa¨ªs
Pero el mejor discurso no fue el suyo, ni el de Howard Dean ni el del viejo le¨®n del Senado, Ted Kennedy. El mejor, hasta ahora, ha sido el del Barack Obama, abogado por Harvard de 42 a?os, hijo de un inmigrante de Kenia y una americana de Kansas, que aspira a ganar un esca?o en el Senado. Seguramente lo lograr¨¢ -y ser¨¢ el ¨²nico negro en la C¨¢mara alta-, pero el martes se gan¨® un hueco en el futuro del partido, no s¨®lo porque su historia es la del sue?o americano de las oportunidades y la integraci¨®n, sino porque su mensaje es lo que necesita el Partido Dem¨®crata (renovaci¨®n) y el pa¨ªs (menos polarizaci¨®n), un mensaje de unidad, presentado con el populismo y la fuerza propios de Bill Clinton: "?No hay una Am¨¦rica liberal y otra conservadora, hay Estados Unidos de Am¨¦rica! ?No hay una Am¨¦rica negra y otra blanca y otra latina y otra asi¨¢tica, hay Estados Unidos de Am¨¦rica!".
Sin nombrarle, Obama lanz¨® as¨ª una fuerte carga contra Bush, que se present¨® hace cuatro a?os como un hombre de uni¨®n. Pero tambi¨¦n ten¨ªa un mensaje para los tertulianos "a los que tanto les gusta repartir el pa¨ªs en Estados republicanos o dem¨®cratas (...) Rezamos a un Dios maravilloso en los Estados dem¨®cratas y no nos gusta que haya funcionarios del Gobierno husmeando en nuestras bibliotecas p¨²blicas en los Estados republicanos; nuestros hijos juegan al b¨¦isbol en Estados dem¨®cratas y tenemos amigos gays en los Estados republicanos. Hay patriotas contrarios a la guerra en Irak y patriotas que apoyaron la guerra. ?Somos un pueblo; todos hemos jurado fidelidad a las barras y las estrellas; todos defendemos a Estados Unidos de Am¨¦rica!".
Los aplausos ante la fuerza del discurso de Obama dejaron en un plano secundario a Ted Kennedy y a Howard Dean. El primero es el pasado, incluso f¨ªsicamente (despu¨¦s de haber adelgazado y con las gafas que usa, recuerda al jefe del clan, Joseph). El senador no decepcion¨® al denunciar a Bush por Irak y compararle con los brit¨¢nicos de 1773 -Kerry, naturalmente, encarna a los patriotas americanos del t¨¦ de Boston, la rebeli¨®n que encendi¨® la mecha de la independencia-, ni al hablar de "los excesos de Enron" y "los abusos de Halliburton". Pero los aplausos fueron m¨¢s de reconocimiento y respeto al icono del liberalismo dem¨®crata que representa. A Dean le ocurri¨® algo similar: agradecimiento por haber despertado al partido cuando dorm¨ªa, pero pocos planes de futuro para ¨¦l.
El colof¨®n lleg¨® a cargo de Ron Reagan, que defendi¨® la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre -limitada por el Gobierno de Bush- y, sin mencionar ni a su padre ni al actual presidente ni a Kerry, pidi¨® que en noviembre se elija "entre el futuro y el pasado; entre la raz¨®n y la ignorancia, entre la aut¨¦ntica compasi¨®n y la mera ideolog¨ªa". Significativamente, Nancy, la viuda de Ronald Reagan, embarcada tambi¨¦n en la lucha por el uso cient¨ªfico de las c¨¦lulas madre, no estar¨¢ en la convenci¨®n republicana de Nueva York dentro de un mes.
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