El Museo de Navarra exhibe el trabajo de Alfonso con obras in¨¦ditas del fot¨®grafo
La exposici¨®n se acompa?a de un libro con m¨¢s de 350 fotograf¨ªas de S¨¢nchez Garc¨ªa
La firma Alfonso apareci¨® por vez primera en la prensa en 1904, cuando Julio Burell llam¨® a Alfonso S¨¢nchez Garc¨ªa para dirigir la secci¨®n de fotograf¨ªa del diario El Gr¨¢fico. Desde entonces, la celebridad del reportero gr¨¢fico espa?ol m¨¢s importante de su generaci¨®n no hizo m¨¢s que crecer. El Museo de Navarra exhibe hasta el 12 de septiembre una selecci¨®n de 88 fotograf¨ªas de Alfonso, muchas de ellas in¨¦ditas, en un privilegiado compendio del trabajo del testigo de una ¨¦poca irrepetible.La exposici¨®n se acompa?a de un libro-cat¨¢logo de Publio L¨®pez.
El Gobierno de Navarra y la Caja Navarra han editado con motivo de la magna exposici¨®n comisariada por Publio L¨®pez Mondejar (Casasimarro, 1946) un libro-cat¨¢logo con m¨¢s de 350 fotograf¨ªas de S¨¢nchez Garc¨ªa (1880-1953), de las que m¨¢s de 300 no hab¨ªan sido nunca antes publicadas. L¨®pez Mond¨¦jar, que ya se acerc¨® a la obra de Alfonso en 1984 en su libro Memoria de Madrid, investig¨® en el monumental archivo fotogr¨¢fico del autor, consult¨® el fondo de negativos, copias de ¨¦poca y documentos del Archivo General, con m¨¢s de 200.000 negativos, as¨ª como cientos de originales en papel de los arruinados archivos de Prensa Gr¨¢fica, incautados por el Estado en 1939, y el material procedente de los archivos familiares, fondos privados y el Museo Reina Sof¨ªa.
Los resultados de esa laboriosa b¨²squeda selectiva son la muestra que el museo navarro exhibe, un documento de fotoperiodismo excepcional de m¨¢s de cincuenta a?os de la historia de la Espa?a desde finales del siglo XIX y primera mitad del XX, y el libro-cat¨¢logo m¨¢s completo publicado hasta ahora sobre el autor, obra de Lunwerg Editores.
Adem¨¢s de algunos de sus mejores retratos, que forman parte de la memoria visual de todo un pa¨ªs (P¨¦rez Galdos, Garc¨ªa Lorca, P¨ªo Baroja, Antonio Machado, G¨®mez de la Serna...) la exposici¨®n incluye obras completamente nuevas en su exhibici¨®n ante el p¨²blico como la fotograf¨ªa de Alfonso XIII durante la lectura ante las Cortes del discurso de la Corona (1916), la capilla ardiente del legendario torero Joselito (1912), la estampa trist¨ªsima de Juli¨¢n Zugazagoitia y Largo Caballero tras las rejas de la c¨¢rcel Modelo de Madrid (1934) o las estremecedoras im¨¢genes del fusilamiento del general Fanjul, tras la sublevaci¨®n del Cuartel de la Monta?a (1936).
Alfonso fue un fot¨®grafo excepcionalmente dotado para estar en los lugares donde se gestaba la historia pol¨ªtica, militar, social, sindical y cultural de Espa?a en cada momento. Sus reportajes de la revoluci¨®n portuguesa (1909), la guerra de Marruecos (1909-1921) o el juicio y ejecuci¨®n del tristemente c¨¦lebre capit¨¢n S¨¢nchez (1913) forjaron su renombre y cuando en 1923 Primo de Rivera dej¨® en suspenso la Constituci¨®n, todas las publicaciones se disputaban su trabajo, pese a su vinculaci¨®n con La Libertad, El Sol y otros diarios republicanos y democr¨¢ticos de la ¨¦poca.
"Su prestigio como reportero nunca empa?¨® su gran popularidad como retratista", se?ala Publio L¨®pez, el fotohistoriador espa?ol m¨¢s prestigioso. Daba igual que sus c¨¢maras captaran a Ram¨®n y Cajal en una clase de disecci¨®n o a Raquel Meller enferma en el Hospital de la Princesa. Alfonso estaba all¨ª.
Tras la guerra civil, el concurrido estudio de Fuencarral fue trasladado a la Gran V¨ªa. Llegaron a trabajar en ellos un total de veinte personas. El franquismo le conden¨® a una afrentosa inhabilitaci¨®n profesional, aunque su cr¨¦dito y el de la prestigiosa saga de reporteros, continuada por sus hijos Alfonso, Luis y Pepe S¨¢nchez Portela, logr¨® vencer los estragos del silencio impuesto por las plurales censuras de la dictadura. El peri¨®dico ABC lleg¨® a publicar en su portada del 1 de octubre de 1949 un retrato del general Francisco Franco tomada por Alfonso.
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