"Han traficado con nosotros"
Un grupo de desalojados se asienta en el Charco de la Pava
Entre el Charco de la Pava y el puente de San Juan, en Sevilla, 16 matrimonios conviven juntos a la espera de encontrar una casa en los pr¨®ximos d¨ªas. Cuentan que vienen de Los Bermejales y que el dinero que les dio el Ayuntamiento, 42.000 euros, para que se fuesen del asentamiento chabolista no les llega para comprar un piso en la capital andaluza ni en los pueblos de los alrededores. "Nos dieron el dinero en bolsas de pl¨¢stico, firmamos porque quisimos, aunque luego no hemos encontrado nada". Ana Mar¨ªa J, de 18 a?os, agarra a su hijo en brazos y relata que llevaba "un mont¨®n de tiempo" viviendo en Los Bermejales y que ahora no sabe cu¨¢ndo va a abandonar la vida que lleva en el descampado por una casa. Todos las personas que se encuentran en el Charco de la Pava, 16 matrimonios con hijos, piden m¨¢s dinero al Ayuntamiento sevillano o por lo menos "agua y pa?ales" mientras prosiguen la b¨²squeda.
Diego Ruiz Campos cuenta que lleva cinco d¨ªas mirando pisos y que de los "10-15 millones no bajan". Esta ¨²ltima cifra es la que piden los desalojados, que aunque se?alan que la salida del asentamiento se produjo sin violencia y con su consentimiento, han visto que no les es tan f¨¢cil comprarse un piso. "Fue a las siete de la ma?ana, hab¨ªa mucha polic¨ªa, creo que tambi¨¦n gente de Urbanismo y, despu¨¦s de firmar, nos fuimos. Lo hicimos porque quisimos".
Uno de los desalojados, que prefiere no dar su nombre cuenta que le pareci¨® "bien pero ligero" recibir 42.000 euros, aunque ahora no sabe d¨®nde ir. ?l y todas las familias que est¨¢n en el descampado se sienten un poco estafadas. "Han traficado con nosotros", dice la abuela de este hombre, que confiesa que pese al escaso dinero que, seg¨²n dice, ha recibido, est¨¢ "contenta por haber salido de ese lugar lleno de ratas".
Cerca de ese grupo, Rosa Campos Vera cuenta que ella s¨ª tiene piso, pero sus hijos no. Vive en San Juan y su familia ha querido comprarse una vivienda cerca, pero los "siete millones no les han alcanzado, valen por lo menos 12".
Otro de los problemas que ven en su reubicaci¨®n es que los desalojados prefieren no separarse, aunque saben que el Ayuntamiento s¨®lo permite que se agrupen cuatro familias por zona. Y tampoco se conforman con cualquier lugar. "Las Tres Mil no las queremos ni regaladas", afirma Rosa. Todos cuentan que no se van a mover del descampado y que no tienen ninguna esperanza de encontrar una casa pronto. Tambi¨¦n relatan que los pisos que les consiguieron a sus familiares antes del desalojo costaban m¨¢s de 42.000 euros y no abandonan la idea de volver a Los Bermejales. Las quejas no cesan y aprovechan para pedir tambi¨¦n casas para otros que, aunque no estuvieran casados, llevaban tiempo juntos. A su alrededor, una decena de ni?os juega dando patadas a un bal¨®n.
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