La m¨²sica ya suena en Benic¨¢ssim
Arranque apacible para un festival que se espera multitudinario. Mientras el p¨²blico ocup¨® sus primeras horas en escapar del sol y hacer compras, la m¨²sica electr¨®nica de Pet Shop Boys y Kraftwerk protagoniz¨® la primera noche.
Arranc¨® y la m¨²sica ya inunda el recinto. Tras el aperitivo de la noche del jueves, la X edici¨®n del Festival Internacional de Benic¨¤ssim ya apur¨® su primera jornada completa, iniciada con la apertura de puertas a primeras horas de la tarde del viernes. En espera de las actuaciones estelares del d¨ªa, Pet Shop Boys y Kraftwerk, el p¨²blico fue tomando las medidas a un recinto que se espera acoja a 30.000 personas diarias.
Las primeras horas marcaron una pauta ya cl¨¢sica en el festival: mucho sol y b¨²squeda de sombra por parte de los primeros asistentes. Dada la buena organizaci¨®n y la amplitud de las carpas que acogen los escenarios cubiertos, la empresa no fue dif¨ªcil. Los m¨¢s se dedicaron a visitar la zona de compras, este a?o con un importante despliegue de Intermon en favor del comercio justo. En una de las paradas comentaban la escasa animaci¨®n a esas horas de la tarde, sin duda relacionable con el cansancio de un personal que el jueves ya tuvo una fiesta para abrir boca.
Benic¨¤ssim ha ganado este a?o otro tipo de p¨²blico: los beb¨¦s. Ser¨¢ porque el festival tiene ya diez a?os
Lo m¨¢s llamativo era entonces la coincidencia de dos sonidos. Y es que las chicharras pugnaban por sobreponerse al maquinal percutir de Kraftwerk, que en el escenario principal ultimaban su prueba de sonido. Dos mundos dispares unidos por un festival. Hay m¨¢s mundos en fusi¨®n: por ejemplo, el de Nick Cave y los helados. Un joven que atend¨ªa una parada de polos parec¨ªa reci¨¦n salido del club de fans del australiano, con su circunspecta y sombr¨ªa forma de decir: "Se han acabado los de chocolate". Eso s¨®lo pasa en el FIB.
En ese territorio abrieron fuego Camping con su post-rock de texturas contrastadas. El quinteto catal¨¢n, por cierto, segunda lengua del cat¨¢logo de mano del FIB, comenzaba sus piezas con caricias para acabarlas en tormenta de ara?azos. El pop chispeante de La Casa Azul y la sesi¨®n festiva de Tom¨¢s Fernando Flores marcaron el inicio de una jornada que comenz¨® tranquila y se fue ambientando poco a poco.
Pero el ambiente ya hab¨ªa comenzado la v¨ªspera, la misma noche del jueves. Poco a poco el festival de Benic¨¤ssim est¨¢ convirtiendo la fiesta de presentaci¨®n, otrora mero aperitivo para festivaleros adictos, en la cuarta noche del cartel. De esta manera el FIB se oferta como un marat¨®n de cuatro noches sin desmayo, que para mayor retint¨ªn se convierten en cinco si a?adimos la fiesta de clausura del lunes. Claro, que esa fiesta es m¨¢s bien un paisaje tras la batalla, con cuerpos exang¨¹es y miradas extraviadas que ya perdieron de vista el calendario. Nada que ver con el ambiente del jueves, cuando las energ¨ªas a¨²n est¨¢n frescas, no ha mediado juerga alguna y la alegr¨ªa del reencuentro con Benic¨¤ssim funciona como poderoso estimulante natural. Quiz¨¢s tambi¨¦n por ello la noche del jueves no depara escenas de exceso, abandono o indecoro, ya que qui¨¦n m¨¢s qui¨¦n menos prefiere guardar su acopio de alegr¨ªa para las ocasiones que sin duda se presentar¨¢n las siguientes jornadas.
Y con este ambiente de tranquilidad transcurri¨® la fiesta de bienvenida a los asistentes al festival. S¨®lo la presencia de un hippie que bailaba en solitario al fondo de la explanada situada frente al escenario Verde denotaba que para algunos el festival ya hab¨ªa comenzado con todas las de la ley. S¨®lo le faltaba el perro para que la escena fuese paradigm¨¢tica. Bueno, tambi¨¦n alg¨²n grupo de ingleses parec¨ªa haber ingerido una ingente cantidad de cerveza, pero ya se sabe que los s¨²bditos de su Graciosa Majestad no hacen distingos entre primer y ¨²ltimo d¨ªa: el ocio siempre se exprime con compulsi¨®n. Los dem¨¢s, es decir, la inmensa mayor¨ªa de las 15.000 personas que seg¨²n la organizaci¨®n asistieron a la fiesta, se limitaron a dejarse llevar por la m¨²sica de artistas como Tim Booth, Ash o Fangoria, mirando de soslayo c¨®mo Benic¨¤ssim ha ganado este a?o otro tipo de p¨²blico: los beb¨¦s. Ser¨¢ porque el festival tiene diez a?os, y alguno de sus fieles, edad para asumir responsabilidades de procreaci¨®n. Pero la cuesti¨®n es que entre el p¨²blico se ve¨ªan beb¨¦s que dormitaban en sus sillitas mientras sus progenitores disfrutaban de una actividad que no desean aparcar pese a los hijos. Para estos cr¨ªos Benic¨¤ssim no ser¨¢ un festival indie, sino el festival al que asist¨ªan sus pat¨¦ticos pap¨¢s. El tiempo corre y las cosas cambian.
Para Fangoria no tanto. De hecho, Olvido y Nacho son dos supervivientes con lustre de una generaci¨®n que s¨ª se dijo iba a cambiar el rostro de la m¨²sica espa?ola. Todo lo m¨¢s lo maquill¨® durante un tiempo, y de aquel hervor resta Fangoria. No tuvieron su noche en el FIB, ya que unos notables problemas de sonido dificultaron el engarce de voces y la definici¨®n global de un sonido que no hizo justicia a la trayectoria de la banda. Pese a que conectaron con el sector m¨¢s entregado del p¨²blico, la actuaci¨®n no fue triunfal, todo y que el tecno-pop canalla del d¨²o dio para alegr¨ªas y bailoteos. Queda por saber si s¨®lo se trat¨® de un problema puntual o de que las desmedidas dimensiones de un escenario como el Verde lastran inevitablemente la propuesta del grupo.
Hasta el momento la noche no hab¨ªa dado demasiadas alegr¨ªas. Tim Booth, por ejemplo, ofreci¨® una actuaci¨®n correcta, pero tan consabida y con tan poca chispa, que de no haber actuado nadie hubiese protestado. Estuvo voluntarioso, entre otras cosas, porque ganarse un puesto en la l¨¢nguida escena musical brit¨¢nica no resulta f¨¢cil, menos a¨²n con su pop inane. Se despidi¨® con Monkey god y pas¨® m¨¢s tiempo saludando al p¨²blico de lo que ¨¦ste le hab¨ªa solicitado con sus educados aplausos. Tiene ganas de cari?o Tim. Los chicos de Ash tambi¨¦n, pero ellos no recurren al pop para lograrlo, sino a una rock que, pese a todo, fue incapaz de despertar a los ni?os que dormitaban bajo la tierna mirada de pap¨¢ y mam¨¢. Su tema m¨¢s popular, Kung fu, recuerda a unos Ramones adocenados, y pese a su tes¨®n, no parece que sea una banda llamada a cambiar nada m¨¢s all¨¢ que su cuenta corriente, y no mucho.
M¨¢s tarde la noche enfil¨® su tramo m¨¢s juerguista con Zoot Woman y F¨¦lix Da Housecat, que conclu¨ªa su participaci¨®n con la claridad del d¨ªa anunciando que la fiesta de acogida de la d¨¦cima edici¨®n ye era cosa del ayer.
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