Kenji se queda sin el bronce
El mayor de los Uematsu pierde una guerra contra el 'estilo lucha libre' del Asia Central
El yudo, uno de los deportes que prometen ¨¦xitos espa?oles en los Juegos, roz¨® la medalla ayer en el pabell¨®n de Ano Liossia, construido entre olivos y donde algunas ovejas a¨²n se comen la poca hierba que queda en este agosto t¨®rrido bajo un sol de justicia. Paisaje buc¨®lico fuera y guerra con armas desiguales dentro. Kenji, el mayor de los hermanos Uematsu, de padre japon¨¦s y madre espa?ola, peque?o guerrero en la categor¨ªa de los 60 kilos, con escuela depurada y cl¨¢sica entre las primeras ense?anzas de su padre y las posteriores con los t¨¦cnicos espa?oles, se fue ayer a una guerra t¨¦cnicamente injusta contra rivales que practican un yudo como la lucha libre o sus modalidades tradicionales. Perdi¨® la primera batalla, pero se fue arriba con mucho m¨¦rito hasta ganar las tres siguientes de la repesca, aunque cay¨® en la decisiva y con las mismas balas. Y para m¨¢s dolor, en la muerte s¨²bita, en la pr¨®rroga, tras acabar igualados los cinco minutos del combate con el mongol Tsaganaabaatar. A lo m¨¢s alto del podio y de la historia s¨ª subieron los japoneses. Nomura, el primero en sumar tres oros ol¨ªmpicos consecutivos, y Ryoko Tani, antes Tamura, el segundo tras sus seis mundiales.
La desilusi¨®n se apoder¨® de toda la delegaci¨®n espa?ola a primera hora de la ma?ana cuando los peores presagios se cumplieron. Kenji tem¨ªa las entradas de Kherbani, que luego ser¨ªa plata, y a falta de 1m 19s fue cazado por la pierna izquierda. El ippon se consum¨®. Ayhami Ruano, el peso pesado del equipo coment¨®: "Eso que hace ni es kata-guruma ni nada". En realidad, se podr¨ªa denominar te-guruma, una t¨¦cnica de la lucha libre, que a diferencia de la grecorromana, permite el agarre a las piernas. Los yudokas del Este, desparramados desde todas las rep¨²blicas sovi¨¦ticas, no s¨®lo han tra¨ªdo un tipo de yudo muy agresivo, sino muy parecido a esa lucha ol¨ªmpica y a otras suyas nacionales. Pelean muy agachados en busca del desequilibrio y el esp¨ªritu aut¨¦ntico del yudo, con t¨¦cnicas de cadera, hombro y piernas, queda en entredicho. La federaci¨®n internacional ha intentado ponerle coto, pero es muy dif¨ªcil al tratarse de muchos pa¨ªses contra los grandes cl¨¢sicos, Francia y Jap¨®n, a los que m¨¢s se parece el yudo espa?ol.
Kenji, de todas formas, sac¨® el coraje -pese a tener un hombro y una rodilla doloridos- y tambi¨¦n las fuerzas e hizo una repesca espl¨¦ndida contra m¨¢s georgianos. El kazajo Donbay, el ruso Stanev y, sobre todo, el griego Zintiridis, de nombre Revazi, lo que delata su real origen georgiano. Era el final de la repesca ante un p¨²blico enloquecido y Kenji sac¨® su calidad para aprovechar uno de los tremendos ataques de su rival, que le llevaba ventaja, para contraatacarle con un koshi-guruma, la t¨¦cnica que hace rodar el cuerpo. Con ello adquir¨ªa el derecho a disputar una de las medallas de bronce contra uno de los perdedores de las semifinales. Naturalmente, era otro georgiano, el mongol de apellido imposible. Pero el espa?ol estaba crecido y pod¨ªa decir ya que no hay tres sin cuatro. De hecho, resisti¨® sus ataques abajo y no le dieron como v¨¢lida una t¨¦cnica al considerarla fuera. Fue el canto del cisne, porque inmediatamente despu¨¦s fue arrollado por el libreluchador de la estepa. Uematsu, muy decepcionado, no habl¨®. Su entrenador, Quino Ruiz, ex visceral campe¨®n europeo, no disimul¨® su disgusto con la decisi¨®n arbitral: "Kenji hab¨ªa marcado claramente dentro, pero el juez de esquina dio fuera. Me parece injusto. Pero ha competido extraordinariamente".
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