F¨¢rmacos contra el colesterol para frenar el sida
Un ensayo espa?ol descubre que las estatinas son tan eficaces como los c¨®cteles de antivirales
El equipo del actual presidente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), Carlos Mart¨ªnez, lleva cinco a?os estudiando c¨®mo entra el virus del sida (VIH) en las c¨¦lulas humanas (en los linfocitos, que destruye, pero tambi¨¦n en otras, como c¨¦lulas epiteliales o neuronas, donde se esconde). Sus ¨²ltimos datos han revelado que las puertas de entrada son unas regiones de la superficie celular (rafts, o balsas) caracterizadas por un alto nivel de colesterol. En vista de ello, y en colaboraci¨®n con los hospitales Pr¨ªncipe de Asturias (Alcal¨¢ de Henares, Madrid) y La Paz (Madrid), los investigadores han demostrado que las estatinas, los f¨¢rmacos que actualmente se usan contra el colesterol, inhiben la replicaci¨®n del VIH en las c¨¦lulas humanas. En un peque?o ensayo con seis pacientes durante un mes, el tratamiento con estatinas redujo la carga viral en cantidades comparables a los actuales c¨®cteles triples (HAART), las combinaciones de tres medicamentos contra el sida que se emplean para tratar la infecci¨®n.
El descubrimiento abre la v¨ªa a la b¨²squeda de una nueva generaci¨®n de f¨¢rmacos antisida
Las estatinas son mucho m¨¢s baratas, menos t¨®xicas y m¨¢s f¨¢ciles de administrar
Si los resultados se confirman en ensayos de mayor escala, las estatinas se pueden convertir en un nuevo f¨¢rmaco contra el VIH. Todo nuevo medicamento antisida es valioso, ya que los actuales, que pertenecen todos ellos a tres familias, generan, despu¨¦s de un tiempo, virus resistentes en algunos pacientes.
Las estatinas tienen tres ventajas sobre los f¨¢rmacos actuales. En primer lugar, son mucho m¨¢s baratas (un c¨®ctel cuesta alrededor de 7.000 euros por paciente y a?o en Espa?a); en segundo, menos t¨®xicas (los antivirales tienen importantes efectos secundarios); y, en tercero, son m¨¢s f¨¢ciles de administrar (la triple terapia tiene complicadas y estrictas pautas de administraci¨®n). Adem¨¢s, como son f¨¢rmacos ya en uso (millones de personas las toman en el mundo para reducir su colesterol), la mayor parte de la experimentaci¨®n cl¨ªnica (la que se refiere a seguridad y dosis) est¨¢ ya hecha y aprobada en todos los pa¨ªses.
Las multinacionales farmac¨¦uticas desarrollan nuevas estatinas continuamente. El trabajo espa?ol est¨¢ financiado en parte por Pfizer, que a¨²n tiene algunas estatinas protegidas por una patente. Pero lo m¨¢s interesante es que algunas estatinas ya tienen la patente expirada, y ya hay gen¨¦ricos (f¨¢rmacos equivalentes pero de mucho menor precio) en el mercado. Esto puede convertir las estatinas en una herramienta de inmenso valor en el Tercer Mundo, donde el acceso a los c¨®cteles antivirales es ¨ªnfimo (apenas llegan al 4% de los seis millones de personas que los necesitan).
El trabajo, que se publica hoy en The Journal of Experimental Medicine, es producto de una colaboraci¨®n entre el laboratorio de Mart¨ªnez, en el Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa (CSIC), con la Universidad de Barcelona y los hospitales madrile?os Pr¨ªncipe de Asturias y La Paz.
Melchor ?lvarez de Mon y Manuel Rodr¨ªguez Zapata, del hospital Pr¨ªncipe de Asturias, han dirigido el miniensayo cl¨ªnico. Han reclutado a seis pacientes seropositivos (infectados por el VIH, pero a¨²n sin s¨ªntomas de sida) que nunca hab¨ªan recibido el c¨®ctel de f¨¢rmacos antivirales (HAART), y los han tratado durante un mes con estatinas, a las dosis habituales en la medicina cardiovascular (una p¨ªldora de 50 miligramos una vez al d¨ªa).
"Los resultados fueron llamativos", dice Carlos Mart¨ªnez. "Los seis pacientes mostraron una reducci¨®n de la carga viral en sangre similar a la que induce el HAART, entre uno y dos ¨®rdenes de magnitud [el equivalente a dividir la concentraci¨®n de virus en sangre por diez o por cien]. En otras palabras, las estatinas detienen la progresi¨®n de la infecci¨®n".
Con millones de usuarios en todo el mundo, es obvio que muchos pacientes seropositivos habr¨¢n tomado ya estatinas, aunque s¨®lo sea porque tambi¨¦n tienen un riesgo cardiaco. Adem¨¢s, las estatinas se recetan a algunos pacientes para paliar dos de los efectos secundarios de los c¨®cteles antivirales, la hiperlipidemia (exceso de grasas en la sangre) y la lipodistrofia (acumulaci¨®n en grasa en lugares an¨®malos del cuerpo). Pero si las estatinas contribuyeron a reducir la carga viral en esos pacientes, que tambi¨¦n tomaban los c¨®cteles, nadie se dio cuenta. Nadie estaba buscando ese efecto.
Pese a que la decisi¨®n de ensayar las estatinas se bas¨® en argumentos biol¨®gicos muy s¨®lidos, el descubrimiento ha tenido tambi¨¦n un ¨¢ngulo inesperado. La principal raz¨®n de que las estatinas frenen al VIH no es que reduzcan el colesterol, sino que tambi¨¦n bloquean a una prote¨ªna (Rho) reguladora del citoesqueleto, o sistema de andamios de la c¨¦lula. El virus necesita reconfigurar esos andamios para entrar a la c¨¦lula, y tambi¨¦n para salir de ella una vez que se ha reproducido. Y no puede hacerlo sin Rho. Este hecho, por cierto, abre la v¨ªa para buscar una nueva generaci¨®n de f¨¢rmacos antisida, los reguladores del citoesqueleto, que podr¨ªan unirse a los que act¨²an sobre las prote¨ªnas que regulan la multiplicaci¨®n del virus (inhibidores de la proteasa y de la transcritasa inversa) o su entrada en la c¨¦lula (inhibidores de la fusi¨®n).
Mart¨ªnez reconoce que es posible que, si el tratamiento del sida con estatinas se llega a aplicar, haya una posibilidad de que los virus se hagan resistentes a estos f¨¢rmacos, como ya ha ocurrido con los c¨®cteles, que generan resistencias en un 15%-20% de los pacientes. Pero, a diferencia de los antivirales actuales, las estatinas no atacan a componentes del virus, sino de la c¨¦lula humana, y eso deja al VIH sin su principal arma para hacerse resistente: mutar sus genes a toda velocidad para que el f¨¢rmaco ya no los reconozca.
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