Un populista de izquierdas con petr¨®leo
El presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, de 50 a?os, es un militar promotor de gobiernos c¨ªvico-militares, un devoto del libertador Sim¨®n Bol¨ªvar (1783-1830) y de la integraci¨®n latinoamericana, y, fundamentalmente, un populista de izquierdas con dinero para serlo.
La descomposici¨®n del bipartidismo imperante durante 40 a?os le permiti¨® ganar la presidencia tras las legislativas del 6 de diciembre de 1998, as¨ª como los multimillonarios fondos petroleros invertidos en programas sociales, el refer¨¦ndum revocatorio del domingo. El generoso paternalismo de Estado con los compatriotas pobres (cerca del 70% de los 25 millones de venezolanos) fue determinante en su octava victoria electoral.
Ch¨¢vez fue pol¨ªtico, conspirador y catequista bolivariano en las filas castrenses. El 4 de febrero de 1992, el teniente coronel de la Biblia y el crucifijo pas¨® a la acci¨®n: encabez¨® el fallido golpe contra el Gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (1989-1993), dirigente de Acci¨®n Democr¨¢tica, que habr¨ªa de catapultar una entrada en pol¨ªtica. Ch¨¢vez es todav¨ªa popular porque los sectores m¨¢s necesitados se sienten escuchados y, fundamentalmente, atendidos: m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares durante el a?o previo al refer¨¦ndum del domingo en alimentos subsidiados, viviendas, escuelas y medicamentos. La caja de la estatal Petr¨®leos de Venezuela fue la principal herramienta de Ch¨¢vez en la ¨²ltima y eficaz campa?a de "reparto de dividendos entre el pueblo".
La divisa del cuartelazo de 1992, lanzado contra el "salvaje neoliberalismo de P¨¦rez" y "la corrupci¨®n de las oligarqu¨ªas", a¨²n es trilita en este pozo de crudo, enquistado en la creencia de que es muy rico y que la pobreza es consecuencia del sistem¨¢tico robo del crudo por los pol¨ªticos y sus c¨®mplices en el mundo de los negocios. La ret¨®rica caudillista y rompedora de Ch¨¢vez, el rostro amulatado de tribuno de boina colorada, semejante al de la mayor¨ªa de sus electores, la incorporaci¨®n del ataque a George W. Bush en sus arengas, prendieron como una tea en los arrabales venezolanos. "Ser¨¢ populista o lo que usted quiera, pero, por primera vez, el dinero del petr¨®leo va hacia nuestros bolsillos", proclaman los habitantes de los cerros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.