Marcha neutralizada

La pol¨ªtica espa?ola avanza hacia septiembre en marcha neutralizada. Ser¨¢ entonces cuando se planteen en el terreno real las cuestiones esenciales del pr¨®ximo curso: la pol¨ªtica de alianzas que garantice la aprobaci¨®n de los Presupuestos, por una parte, y las reformas institucionales, por otra. El portavoz socialista L¨®pez Garrido adelant¨® ayer la intenci¨®n de su partido de establecer a partir de oto?o alianzas estables que garanticen la mayor¨ªa a Zapatero, y su preferencia por hacerlo con IU y ERC. Pero la solidez de esa f¨®rmula se pondr¨¢ a prueba en torno a las reformas auton¨®micas, cuya viabilidad se empezar¨¢ a discutir en la Conferencia de Presidentes Auton¨®micos que prepara el ministro de Administraciones P¨²blicas.

Jordi Sevilla ha remitido un cuestionario a todos los presidentes para que sugieran el formato y agenda de la conferencia. Es evidente la intenci¨®n de evitar proyectar una imagen de dirigismo del Gobierno. Sin embargo, el propio ministro adelant¨® en su comparecencia ante el Senado de junio pasado los temas que podr¨ªan ser objeto de debate en la primera reuni¨®n de esa conferencia, prevista para noviembre: mejora de los mecanismos de cooperaci¨®n, reforma del Senado y financiaci¨®n auton¨®mica.

Lo l¨®gico es que la reuni¨®n se celebre en el Senado, como ha sugerido su presidente, Javier Rojo, y no en La Moncloa. Pero si se trata de una reuni¨®n de los presidentes auton¨®micos con el del Gobierno, Zapatero est¨¢ llamado a jugar un papel a la altura de su responsabilidad. Y se sabe poco sobre su posici¨®n respecto a las cuestiones m¨¢s pol¨¦micas puestas sobre la mesa este verano: incluir en la reforma constitucional una distinci¨®n expresa y nominal entre nacionalidades y regiones, y nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, entre otros. Es l¨®gico que en temas tan delicados se eviten pronunciamientos que puedan hipotecar futuros acuerdos; pero el exceso de indefinici¨®n est¨¢ propiciando que cobren carta de naturaleza posiciones particulares que ser¨¢ dif¨ªcil asumir en su momento.

Sobre la financiaci¨®n auton¨®mica, por ejemplo, parece m¨¢s inteligente un compromiso de libro blanco realizado por expertos que la puesta en circulaci¨®n de datos e informes que se corrigen entre s¨ª y vuelven a alentar el fantasma del agravio; y sobre las reformas estatutarias tambi¨¦n convendr¨ªa establecer unos criterios claros, m¨¢s all¨¢ de los obvios de respeto al marco constitucional y amplio consenso. Ser¨ªa peligroso que la reforma del modelo auton¨®mico, y su estabilidad, dependiera, antes que de demandas sociales constatables, de necesidades coyunturales de apoyos parlamentarios.