Recital de aplomo
Las j¨®venes espa?olas repiten el quinto puesto de Sidney en una prueba ganada por Rumania
La gimnasia femenina espa?ola repiti¨® el gran quinto puesto por equipos que consigui¨® hace cuatro a?os en los Juegos de Sydney, su mejor clasificaci¨®n de la historia. Luciendo como lucen el oro rumano, la plata estadounidense y el bronce ruso, la actuaci¨®n del equipo espa?ol dej¨® un magn¨ªfico sabor. Las rumanas resistieron el acoso de Estados Unidos para revalidar tambi¨¦n su oro de 2000, y s¨®lo las chinas, bronce en Sidney, se fueron hasta un humillante s¨¦ptimo puesto. Espa?a, pese a haber renovado casi todo el equipo, tuvo una sangre fr¨ªa asombrosa. Se recuper¨® as¨ª sobradamente del varapalo del primer d¨ªa cuando s¨®lo fue s¨¦ptima y, lo peor, perdi¨® la ¨²nica opci¨®n de medalla, Elena G¨®mez, al no entrar en la final de suelo.
Precisamente Espa?a empez¨® mal en este aparato, pero iba a ser su ¨²nico error. M¨®nica Mesalles se pas¨® de vueltas en una diagonal por querer hacerlo demasiado bien, pero pudieron salvar los muebles sus dos compa?eras especialistas. Patricia Moreno, otra ni?a de 16 a?os, que s¨ª logr¨® meterse en la final individual y volvi¨® a mostrar su desparpajo, y Elena G¨®mez, que mejor¨®, aunque volvi¨® a desequilibrarse en la ca¨ªda de la segunda diagonal. La primera batalla hacia el quinto puesto no tuvo demasiadas bajas. Pero en salto pareci¨® que se perd¨ªa el tren. Tania Gener estuvo algo mejor, pero ni Elena ni M¨®nica saltaron siquiera como el s¨¢bado. Las ucranias, que estaban apenas a 1,5 d¨¦cimas, no s¨®lo se fueron hasta casi un punto, sino que Francia volvi¨® a estar por delante. Espa?a regres¨® al s¨¦ptimo puesto, que no peligr¨® nunca y que daba ya la sensaci¨®n de estar predestinado para la nueva hornada, que anuncia los mejores frutos para el futuro.
Pero la recuperaci¨®n del que no tiene nada que perder vino en las paralelas asim¨¦tricas. Tuvo que ser la veterana Sara Moro, la ¨²nica superviviente de Sidney, la que diera moral en uno de sus dos mejores aparatos. Abri¨® el fuego, que aviv¨® a¨²n m¨¢s Tania y lo mantuvo Elena. Fue suficiente. Dos francesas, Marien Debauve y Soraya Chaouch, se cayeron al fallar en los agarres y dejaron ya el sexto puesto libre para Espa?a, que segu¨ªa sin errores graves.
Pero cuando el quinto lugar ya parec¨ªa un imposible, porque Ucrania se hab¨ªa mantenido en las mismas asim¨¦tricas de la mano de la reciente campeona de Europa, Alina Kozich, lleg¨® el milagro. Todo iba a quedar a expensas de la siempre peligrosa barra de equilibrios, porque en la misma rotaci¨®n que Espa?a hac¨ªa paralelas, China se ca¨ªa de la barra. La medalla de bronce en Sydney llegaba a su ¨²ltimo aparato de suelo en sexto lugar, por detr¨¢s de Espa?a. Y aun caer¨ªa m¨¢s, por detr¨¢s de Francia, al s¨¦ptimo.
Y la ¨²ltima batalla se vivi¨® a la vez y pronto se decant¨® del lado espa?ol. Mientras M¨®nica Mesalles cumpl¨ªa sobradamente en la barra, la primera china, Tiantian Wang, se ca¨ªa en el tapiz. Y tambi¨¦n la segunda, Nan Zang, en la primera diagonal, mientras Sara Moro ejerc¨ªa de veterana con otro gran ejercicio. Entre las dos hab¨ªan sacado d¨¦cima y media m¨¢s de ventaja que aseguraban el quinto puesto. Con que Elena no se cayera de la barra era suficiente. Y no se cay¨®.
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