Hambre y sed de crudo
En mi art¨ªculo de ayer se col¨® dos veces la misma expresi¨®n: "boca agua", precedida por dos formas del verbo haber. No tengo excusa pero s¨ª una explicaci¨®n: me he puesto a dieta para poder irme de vacaciones, y as¨ª dejar de hacer dieta, para volver a ponerme a dieta a mi regreso. Comprender¨¢n que, en semejante trance f¨ªsico, cualquier t¨¦rmino relacionado con la Ingesta (esta palabra me turba; parece el apellido de un militar golpista: Ingesta Cano) se me queda pegado al teclado. Por ejemplo, hoy he le¨ªdo en alguna parte que China tiene "sed de crudo", e inmediatamente me he imaginado sorbiendo un steak tartar desestructurado y batido por Ferran Adri¨¤.
Pero esto, un dr¨¢stico recorte de calor¨ªas e hidratos, es cuanto pienso hacer para reducir las hechuras que se le ponen a una en agosto, de tanto cultivar s¨®lo el cerebro. Nada de quir¨®fano, y eso que voy a pasar mi descanso en Beirut, donde los cirujanos pl¨¢sticos florecen como aqu¨ª las inmobiliarias, y las presentadoras de televisi¨®n del mundo ¨¢rabe llegan en manada, con sus hermanas, para retocarse el cuerpo. Por cierto, creo que al primer ministro de L¨ªbano, el multimillonario Rafik Hariri (citado por la revista Forbes como uno de los caballeros m¨¢s ricos del mundo), que viene pronto a Espa?a, le impondr¨¢n en Barcelona una medalla, por los m¨¦ritos de su fundaci¨®n para la educaci¨®n infantil. Es como si premiaran a Construcciones y Contratas m¨¢s N¨²?ez y Navarro juntos, pero en grandioso: un self-made-man que se made en Arabia Saud¨ª, lo cual es much¨ªsimo hacerse.
Nada de quir¨®fano, y eso que voy a pasar mi descanso en Beirut, donde los cirujanos pl¨¢sticos florecen como aqu¨ª las inmobiliarias
Su empresa (una de las m¨²ltiples teclas que toca el hombre, incluido el Gobierno liban¨¦s, desde donde organiz¨® la reconstrucci¨®n de Beirut tras la guerra) se ha encargado, junto con el Grupo Bin Laden (glubs) de la mayor parte de las carreteras y autopistas de Arabia Saud¨ª. Si yo fuera tan cresa como ¨¦l, no perder¨ªa el tiempo poni¨¦ndome a r¨¦gimen. Directamente alquilar¨ªa a David Copperfield para que sugestionara al mundo en general, para que los hombres (sobre todo el hijo de Carolina de M¨®naco: le tengo ley desde que le he visto tumbado lascivamente en un fuera borda) vieran en m¨ª a Uma Thurman; eso s¨ª, antes de que la devastara el Ancestro Sueco. Mi amigo Mat¨ªas Vall¨¦s, de Diario de Mallorca -que ayer dedic¨® una genial columna a los nacionalismos- me ha mandado un e-milio haci¨¦ndome notar lo mucho que se estropean prematuramente las mujeres de extracci¨®n sueca (recuerden que Greta Garbo e Ingrid Bergman fueron mayores muy pronto). Le he respondido que la soluci¨®n a semejante misterio se encuentra en las novelas de Henning Mankell, que muestran lo depresivo que puede ser el S¨ªndrome de Estocolmo para quienes lo llevan en el Gen.
Que es, sin dudarlo (aplaudan la finura con que sigo en la tem¨¢tica de las transformaciones f¨ªsicas), lo que se hizo implantar Michael Jackson: un Gen de Origen Sueco, y por eso tiene que desplazarse desde la limusina hasta la puerta de la audiencia californiana con un propio que sostiene un paraguas, para protegerse la piel o lo que sea que lleve puesto debajo de la ropa. ?Un paraguas, qu¨¦ ordinariez! Una buena sombrilla de Se?orita Escarlata, con sus volantitos y sus repollitos organiza no me habr¨ªa escandalizado tanto. ?Heavens! A?os y a?os gast¨¢ndose un dinero en volverse l¨ªvido, para acabar caminando bajo un artilugio que, aunque se lo sostuviera otro, resultar¨ªa m¨¢s adecuado para la esclava nodriza, Mamita.
Al verle se me reafirmaron las convicciones anti sistema quir¨²rgico est¨¦tico. Si Michael Jackson, ante la Gran Tentaci¨®n Blanca, hubiera reaccionado con la sensatez que yo vengo demostrando, ahora seguir¨ªa siendo negro de verdad. Y puede que hasta populista (como Ch¨¢vez, con quien las masas venezolanas menos favorecidas se identifican por el color algo oscurito) e inocente (como O. J. Simpson, que gan¨® el juicio gracias a los prejuicios al rev¨¦s).
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