El hallazgo de un ave ingenua

Piding es un ave que no puede volar. Del tama?o de un cuervo, tiene las plumas oscuras y el pico y las patas de color naranja. Emite un graznido ¨¢spero, de trompeta. Para los habitantes de la isla de Calaya, en el archipi¨¦lago filipino de las Babuy¨¢n, es un viejo conocido que a veces cae por accidente en sus cepos. Una ornit¨®loga, miembro de una expedici¨®n de cient¨ªficos filipinos e ingleses, la encontr¨® el 11 de mayo en un bosque de la isla. Era un ave sin catalogar para la ciencia. Entonces, el tradicional piding fue bautizado como rasc¨®n de Calaya o Gallirallus calayaensis. ?sta ha sido la primera expedici¨®n ornitol¨®gica en Calaya desde 1903, seg¨²n la revista inglesa Forktail.

El rasc¨®n de Calaya pertenece a la familia de la focha y de la polla de agua y tiene los m¨²sculos de las alas poco desarrollados. Por eso s¨®lo "revolotea hasta los ¨¢rboles donde se posa", seg¨²n explica Richard Thomas, de la asociaci¨®n para la protecci¨®n de las aves Birdlife International. Los cient¨ªficos calculan que en la isla, de 186 km cuadrados y 8.500 habitantes, habr¨¢ unas 100 o 200 parejas de esta especie reci¨¦n catalogada. Genevieve Broad, una de las bi¨®logas de la expedici¨®n, explica que el aislamiento ha protegido a los rascones, pero a la vez les ha convertido en "ecol¨®gicamente ing¨¦nuos", ya que no saben reconocer el peligro de otros depredadores. Se estima que 20 especies o subespecies de rasc¨®n se han extinguido desde el siglo XVII. El 90% de ellas eran no voladoras. As¨ª ocurri¨® en Isla Mauricio con el dodo, un ave ya extinguida. Cuando los humanos llegaron a Mauricio, con ellos aparecieron depredadores como el perro, el gato o las ratas, que acabaron con el dodo.

Los conservacionistas temen que esto vuelva a ocurrir. En torno a Calaya se est¨¢n construyendo carreteras, y en los nuevos asentamientos proliferan depredadores dom¨¦sticos que podr¨ªan amenazar a esta especie aut¨®ctona.