La imagen playera de 'Il Cavaliere'
El pa?uelo en la cabeza exhibido por Berlusconi durante la visita a Cerde?a de los Blair provoca estupor y burlas en Italia
Los italianos se confeccionaron el chiste antes de que lo hicieran otros: "Ya no somos una rep¨²blica bananera, somos una rep¨²blica bandanera". Ayer se hablaba y se re¨ªa del pa?uelo en la cabeza (bandana) de Silvio Berlusconi en todos los rincones de Italia; con verg¨¹enza ajena en muchos casos, con estupor en otros, a veces con un punto de orgullo por la audacia sin l¨ªmites de Il Cavaliere. No es frecuente ver a un presidente de Gobierno de 68 a?os con un pa?uelo en la cabeza, y menos en un d¨ªa en que sus tropas en Irak han sufrido bajas y recibe al primer ministro del Reino Unido, Tony Blair. Berlusconi, en cualquier caso, se hizo con todas las portadas y recuper¨® protagonismo, en un momento en que su popularidad declinaba.
"Ya no somos una rep¨²blica bananera, sino 'bandanera", dice un chiste italiano
La prensa brit¨¢nica asegura que Cherie Blair se sinti¨® "desconcertada"
El golpe publicitario result¨® un tanto excesivo, incluso para un pa¨ªs acostumbrado a las gracias de Berlusconi: la foto en que pon¨ªa los cuernos a Josep Piqu¨¦, entonces ministro de Exteriores de Espa?a, o la de C¨¢ceres en que se sacaba el zapato para demostrar que (al menos aquel d¨ªa) no llevaba alzas, o los 28 d¨ªas de desaparici¨®n en enero para hacerse un lifting, causaron menos impacto que "el disfraz de abuelo del Pirata Negro" o "el atuendo de esposa de notario en jornada playera", seg¨²n las definiciones publicadas por la prensa local. Los portavoces de la Presidencia del Gobierno se apresuraron a dar explicaciones: Berlusconi se hab¨ªa quemado la calva navegando bajo un sol intenso y hab¨ªa optado por la bandana, dijeron, porque la gorra pod¨ªa volar con el viento. La justificaci¨®n oficial no atenu¨® el vendaval de comentarios.
Los aliados pol¨ªticos de Il Cavaliere salieron del paso como pudieron. "Quiz¨¢ se est¨¦ haciendo un tratamiento capilar y en septiembre nos sorprenda con un tup¨¦", aventur¨® Roberto Calderoli, ministro de Reformas y dirigente de la Liga Norte. Daniela Santanch¨¦, de Alianza Nacional, felicit¨® a Berlusconi por su "incre¨ªble coraje". Antonio Tajani, de Forza Italia, le ech¨® entusiasmo al asunto y opin¨® que, "como siempre, la izquierda genera pol¨¦micas inexistentes y ataca sin motivo al presidente, que es libre de vestir como quiera". La oposici¨®n lament¨® la "exhibici¨®n pat¨¦tica", en palabras de Vannino Chiti, de los Dem¨®cratas de Izquierda, especialmente en un d¨ªa en que tres carabinieri italianos hab¨ªan resultado heridos en Irak.
Los medios informativos de Silvio Berlusconi intentaron pasar de puntillas sobre el asunto de la bandana y los ropajes blancos. Rete 4, la m¨¢s berlusconiana de las televisiones de Il Cavaliere, no tuvo est¨®mago para emitir las im¨¢genes del presidente del Gobierno vestido de corsario de discoteca e ilustr¨® las declaraciones sobre el ataque contra los carabinieri con una filmaci¨®n de archivo. Il Giornale, dirigido por el hermano de Berlusconi, llev¨® la pol¨¦mica a p¨¢ginas interiores y la cubri¨® con el discreto ep¨ªgrafe "New Look". Il Foglio, financiado por Berlusconi, admiti¨® en su editorial que el presidente del Gobierno parec¨ªa "una esposa de notario en jornada playera", pero, con una finta, pas¨® a otorgar tintes casi heroicos al asunto: "Berlusconi roza el rid¨ªculo, lo desaf¨ªa y sale vencedor".
El principal diario italiano, el moderado Corriere della Sera, deplor¨® el estilo de Berlusconi, "digno de un vendedor de alfombras en una fiesta de camelleros magreb¨ªes", e indic¨® que reforzaba "todos los prejuicios antiitalianos" en el mundo. El diario La Repubblica, de centro-izquierda, se declar¨® "inquieto, como ocurre cada vez que un hombre poderoso da muestras de desequilibrio", pero hizo notar tambi¨¦n que el pa?uelo en la cabeza constitu¨ªa un s¨ªmbolo populista con el que simpatizar¨ªa parte del electorado natural de Berlusconi.
La principal v¨ªctima del new look berlusconiano, el invitado Tony Blair, no hizo comentarios. La prensa brit¨¢nica afirm¨®, sin embargo, que Cherie Blair, la esposa, se sinti¨® "desconcertada" por el desenfado del hombre m¨¢s poderoso de Italia. The Daily Telegraph defini¨® al presidente del Gobierno italiano como "un ex cantante de crucero con un pa?uelo en la cabeza", y The Times critic¨® "el circo medi¨¢tico en que se convirti¨® una visita anunciada como estrictamente privada".
Silvio Berlusconi depar¨® a los Blair 24 horas trepidantes, quiz¨¢ inolvidables y sin duda agotadoras en Vila Certosa, su inmensa finca de recreo en la costa de Cerde?a.
En cuanto llegaron, a las cinco de la tarde, les subi¨® al barco y les llev¨® rumbo a Porto Cervo, donde se lo pens¨® mejor y, sin desembarcar, les traslad¨® a Poltu Quatu. All¨ª les hizo dar un paseo, les devolvi¨® en coche a Porto Cervo, les meti¨® en la presentaci¨®n de un libro, les acompa?¨® a hacer compras entre la multitud, les invit¨® a cenar, les ofreci¨® fuegos artificiales a media noche con un remate luminoso que dec¨ªa "W Tony" y les tuvo cantando melod¨ªas napolitanas hasta las 2.30.
A la ma?ana siguiente, les acompa?¨® a corretear por las 50 hect¨¢reas de Vila Certosa y volvi¨® a embarcarles, pero fall¨® el motor del barco y, como alternativa, Berlusconi organiz¨® un partidillo de f¨²tbol con los escoltas en su campo privado. Blair marc¨® un gol.
Luego, como despedida, sirvi¨® un banquete largo y ancho con cochinillo, berenjenas rellenas, ravioli, cordero y dulces de miel. Tony y Cherie Blair se fueron con los postres en la boca, un poco antes de lo previsto. "Los Blair se lo pasaron de maravilla y dieron a entender que volver¨ªan el a?o pr¨®ximo", asegur¨® un portavoz oficial italiano.
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