Dos horitas cortas sin anestesia
La horita corta es lo que se aconseja en los partos, tratando de aliviar el dolor. Dos horitas cortas fue la duraci¨®n de un festejo aburrido que tuvo la virtud de la brevedad.
Finito de C¨®rdoba lleva 13 a?os de matador de toros con alg¨²n par¨¦ntesis y son incontables las veces que, en ese tiempo, ha logrado decepcionar a tirios y troyanos. Lo bueno es que solamente puede decepcionar aquel de quien se espera, de quien se sabe que tiene posibilidades, que puede cambiar la moneda. La verdad es que la embestida del cuarto sonaba a descompuesta, sin peligro especial y tal vez con tan pocos deseos de lucha como el matador mismo. ?Y el primero? Pues con bastante soser¨ªa, sin garant¨ªa, enfrentado a un torero en bat¨ªn y babuchas que se estir¨® en alguno de pecho y pare usted de contar. Bueno, apunt¨® a la ver¨®nica y se alivi¨® al matar. Lo m¨¢s destacable fue un gran par de Curro Molina al primero, as¨ª como la brega del cuarto.
Cuvillo / Finito, Cid, Vega
Cinco toros de N¨²?ez del Cuvillo y el 6?, de la Ganader¨ªa de Benjumea, desiguales de presentaci¨®n y mansos. Finito de C¨®rdoba: estocada honda ca¨ªda atravesada (ovaci¨®n); pinchazo y estocada (silencio). El Cid: dos pinchazos y estocada ca¨ªda (ovaci¨®n); estocada atravesada que sale, dos pinchazos y dos descabellos (silencio). Salvador Vega: gran estocada (oreja); pinchazo y media (silencio). Plaza de La Malagueta, 18 de agosto. 7? de feria. Dos tercios de entrada.
A El Cid le correspondieron uno bueno y otro malo: puso el despertador de la tarde con unos buenos muletazos a lo largo de un par de series, para rematar con una tanda de pinchazos malos, pel¨ªcula de reestreno de escaso ¨¦xito. El quinto, poco picado y sin fijeza, ten¨ªa un pit¨®n izquierdo muy comprometedor, por el que El Cid inici¨® su faena pensando, tal vez, que era el menos malo, pues parec¨ªa que el toro acusaba un defecto visual en el ojo derecho. La situaci¨®n daba para fajarse y ver qu¨¦ ocurr¨ªa, pero El Cid cort¨® por lo insano y, cuando parec¨ªa que hab¨ªa enterrado el estoque, ¨¦ste, delator, sac¨® la punta por el costillar y tampoco mat¨® bien al malo.
Salvador Vega se encontr¨® frente a un toro que no val¨ªa nada, que rehus¨® la pelea de salida y se cay¨® varias veces. Juan Jos¨¦ Trujillo puso dos espl¨¦ndidos pares, que prologaron unos esfuerzos de Vega que no dieron fruto, dado el material. El toro le punteaba los enga?os, poni¨¦ndole dif¨ªcil solventar las dificultades. La respuesta de Vega fue la firmeza y as¨ª pudo cuajar una ¨²ltima serie muy buena con la derecha, alg¨²n adorno y una magn¨ªfica estocada, que fue lo mejor de la tarde.
El sexto parec¨ªa que s¨ª, que no, que a veces y que a la vuelta lo venden tinto, veleidoso e incierto. La prueba dio positiva por el pint¨®n derecho y le permiti¨® una buena serie. La segunda, desde fuera, result¨® vald¨ªa. Y ya no hubo nada.
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