Escabechina en los 50 metros
Ni opov, mito por excelencia de la prueba, ni Van Hoogenband lograron pasar a las semifinales
Pocas veces se ha asistido a una escabechina semejante en la nataci¨®n. Ocurri¨® por la ma?ana, bajo un sol abrasador. Se disputaban las series de 50 metros libres, algo parecido a una explosi¨®n de adrenalina que se cobr¨® varias v¨ªctimas imprevistas. El holand¨¦s Pieter van den Hoogenband, el ganador de los 100 metros, no se clasific¨®, posiblemente fatigado por tanto esfuerzo. Pero el drama se centr¨® en el ruso Alexander Popov, el mito por excelencia de una prueba que ha dominado durante 12 a?os. Ante el estupor general, tampoco entr¨® en las semifinales. Su fascinante trayectoria, con m¨²ltiples medallas y r¨¦cords, se termin¨® de la forma m¨¢s imprevista: una ma?ana de agosto, en las series matinales, frente a nadadores ante los que nunca tuvo problemas.
Pocas despedidas han producido tanto desaliento entre los aficionados. Popov no ha tenido ning¨²n papel relevante en Atenas. Con 32 a?os, es dif¨ªcil pensar en un futuro de ¨¦xito. Hace ocho se recuper¨® milagrosamente de una cuchillada en los pulmones que casi le cost¨® la vida. Su retorno aument¨® la admiraci¨®n que despertaba desde sus victorias sobre el norteamericano Matt Biondi en los Juegos de Barcelona 92. Lo que no logr¨® la cuchillada de un vendedor de melones lo conseguir¨¢ la erosi¨®n de la edad y la fatiga competitiva. Popov siempre ha dicho que salta a nadar porque se divierte. Su paso por los Juegos ha sido cualquier cosa menos divertido.
Sin Popov ni Van den Hoogenband, la prueba abri¨® un abanico de nuevos favoritos. No es el caso de Gary Hall, que es cualquier cosa menos nuevo. Fue la gran esperanza estadounidense frente al mejor Popov, el que venci¨® en los Juegos de Atlanta 96 en los 50 y los 100 metros. Hall lleva el c¨®digo gen¨¦tico del nadador muy marcado. Es hijo y nieto de grandes campeones. Se ha colgado ocho medallas y es un referente de la nataci¨®n estadounidense.
Hall se lanz¨® con rabia en las series matinales. Durante las ¨²ltimas semanas hab¨ªa criticado la decisi¨®n de colocar a Phelps en el relevo de 4x100 metros libres. Nunca sospech¨® que el eliminado ser¨ªa ¨¦l. Phelps sustituy¨® a Hall en los relevos, en los que los estadounidenses fracasaron como nunca lo hab¨ªan hecho. S¨®lo por no participar, Hall sali¨® reforzado. En las series matinales se aup¨® con el mejor tiempo, lo que habla de su car¨¢cter competitivo. Fue un d¨ªa de respiro para su compatriota Jason Lezak, deprimido despu¨¦s de la derrota estadounidense en los relevos y de su fiasco en los 100 metros, en los que no logr¨® entrar en las semifinales. Lezak se clasific¨® para la final de los 50 metros libres. Eduard Lorente y Javier Noriega no lo lograron.
Su actuaci¨®n respondi¨® milim¨¦tricamente a lo que ha sucedido durante toda la semana. Lorente lleg¨® a Atenas con la cuarta mejor marca del mundo: 22,12s. Ese registro le habr¨ªa servido para clasificarse con el tercer mejor tiempo. Su marca fue de 22,70s. Naturalmente, no entr¨® en las semifinales. Noriega lo consigui¨® con 22,52s, a 36 cent¨¦simas de su mejor marca personal, la quinta del mundo este a?o. Por la tarde, ocup¨® el puesto 13?, con 22,36s. En los Juegos ning¨²n nadador espa?ol ha mejorado su mejor registro de la temporada -el equipo femenino de 4x200 metros s¨ª lo consigui¨®. Los Juegos son el lugar en el que se tiene que alcanzar el pico de forma. No en el caso de los espa?oles.
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