Bingo de Phelps
El estadounidense disputa su 16? carrera, gana el oro en los 200m estilos y se clasifica para la final de los 100m mariposa
Michael Phelps camina y nada. Por este orden, sin ayuda de muletas, sin camilleros a su lado, sin un equipo de la UVI que le asista. Sigue igual. El ch¨¢ndal blanco, los pantalones pirata, el gorro bien calado, las gafas y los aparatosos cascos que le transmiten la m¨²sica de Eminem. No se cansa de nadar, ni de Eminem. Debe de ser un tipo obsesivo. Y resistente. Eso ya se sabe. Ayer disput¨® su 16? carrera y puede decirse que Phelps no desfallece. Gan¨® la medalla de oro en los 200 metros estilos y se clasific¨® para la final de los 100 mariposa con la mejor marca.
Dicen los expertos que, por muchas cualidades que adornen a Phelps como nadador, ninguna es m¨¢s importante que su capacidad de recuperaci¨®n. Los m¨¦dicos del equipo estadounidense le miden el ¨¢cido l¨¢ctico despu¨¦s de cada carrera para observar la evoluci¨®n de la fatiga y su poder para recuperarse. Son datos que nadie conoce. Es un misterio que permanecer¨¢ guardado en el equipo norteamericano durante alg¨²n tiempo. Pero datos anteriores, de otros campeonatos, indican que Phelps es un caso extraordinario.
Hoy le espera el gran d¨ªa: se enfrentar¨¢ a Crocker despu¨¦s de hacer la mejor marca
En cualquier caso, es humano. Se le ve m¨¢s cansado y s¨®lo ha batido un r¨¦cord
El pasado a?o, despu¨¦s de batir un r¨¦cord del mundo, la cifra de ¨¢cido l¨¢ctico que segreg¨® su organismo fue de 5 milimoles por litro. El ¨¢cido l¨¢ctico es una especie de veneno que ataca al m¨²sculo por obra del esfuerzo. Cuanto mayor sea la cifra, menor ser¨¢ la respuesta muscular. Los especialistas consideran que las cifras de Phelps est¨¢n muy por debajo de lo normal. Tras un esfuerzo como el desplegado por Phelps, los nadadores estadounidenses han dado valores de entre 10 y 15 milimoles por litro de sangre.
En cualquier caso, Phelps es humano. Se le ve m¨¢s cansado. Hasta ahora s¨®lo ha batido un r¨¦cord mundial, el que consigui¨® en los 400 metros estilos. Era la primera jornada y las reservas de energ¨ªa estaban intactas. Luego, lleg¨® el fragor. Por momentos, parece que Phelps vive instalado en el agua. Ayer disput¨® tres carreras. Una de ellas fue la final de los 200 metros estilos, en los que no tiene rival. Venci¨® con claridad, sin desplegar toda la potencia. Se qued¨® lejos del r¨¦cord mundial, pero dej¨® igual de lejos a sus adversarios, el joven estadounidense Ryan Lochte y el caribe?o George Bovell, h¨¦roe de Trinidad y Tobago. Hay sitio en el medallero para todo el mundo, menos para Espa?a.
Phelps administr¨® la jornada con sabidur¨ªa. Se encontraba en un momento de gran exigencia. Se enfrentaba al desaf¨ªo de los 200 metros estilos -su cuarta medalla de oro- en mitad de los problemas que le acarrean los 100 metros mariposa. Es una carrera que le atormenta desde hace un a?o, cuando perdi¨® en los Mundiales de Barcelona contra su compa?ero Ian Crocker. Desde entonces no ha conseguido derrotarle. Phelps se tom¨® aquella derrota de manera dram¨¢tica. Coloc¨® en la pared de su habitaci¨®n un p¨®ster de Crocker para recordar la afrenta. Pero en los trials estadounidenses Crocker volvi¨® a vencerle. Con suficiencia adem¨¢s. Para Phelps, la pared que supone Crocker le impide pensar con seguridad en dos medallas de oro: la de los 100 metros mariposa y la del relevo de 4x100 metros estilos. Si Crocker le gana en la final de los 100 metros mariposa, el puesto en el equipo de relevos ser¨¢ suyo y no de Phelps.
Por la ma?ana, el astro norteamericano nad¨® casi perezosamente. Consigui¨® el tercer mejor tiempo. Horas despu¨¦s se vio envuelto en el fregado habitual. Gan¨® la final de los 200 metros estilos y apenas media hora despu¨¦s sali¨® a recibir la medalla, escuchar el himno, protagonizar el pase¨ªllo frente al p¨²blico, detenerse para los fot¨®grafos y regresar al vestuario. Ten¨ªa cinco minutos para regresar a la piscina. Le esperaba la temible semifinal de los 100 metros mariposa, con Crocker en la calle adyacente. El momento resultaba muy interesante. Por primera vez se encontraban en la prueba en la que s¨®lo admiten la competencia del ucraniano Serd¨ªnov, c¨®modo vencedor en la primera semifinal.
Crocker viene de una p¨¦sima experiencia en los Juegos de Atenas. Su lamentable registro en la prueba de los 4x100 metros libres hundi¨® al equipo estadounidense. Se dijo que acababa de padecer una faringitis. Tampoco mejor¨® en los 100 metros libres. Se estrell¨® y no alcanz¨® las semifinales. Crocker comenzaba a convertirse en el objetivo de los comentarios m¨¢s da?inos. Sin embargo, en los 100 metros mariposa tiene tantos recursos que puede ganar dormido. Phelps lo sabe y le teme. Se vieron en las semifinales, que siguieron un gui¨®n conocido. Crocker arranca m¨¢s r¨¢pido que nadie y Phelps lo hace m¨¢s lento que casi todos. No es explosivo. Tampoco es un maestro de la salida y de los giros. Crocker pas¨® primero por los 50 metros, como estaba previsto. Phelps era quinto en ese punto. Por supuesto, no le invadi¨® el p¨¢nico. Es de hielo. En el segundo trecho fue intratable. Super¨® a Crocker y consigui¨® el mejor tiempo de todos los finalistas.
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