Ex combatientes enemigos
M¨¢s de 150 presos han quedado en libertad sin haber sido inculpados despu¨¦s de largos meses de cautiverio
"S¨®lo me dijeron: 'Eres inocente', pero nadie me pidi¨® disculpas", relat¨® Mohamed Sanghir al diario Le Monde cuando regres¨®, en noviembre de 2002, a su pueblo de Pakist¨¢n despu¨¦s de pasar 10 meses encarcelado en la base norteamericana de Guant¨¢namo (Cuba). Despu¨¦s de Sanghir, Estados Unidos ha ido entregando, con cuentagotas, a 155 presos de la base cubana a sus pa¨ªses de origen. Todos fueron detenidos como "combatientes enemigos" -un invento jur¨ªdico de la Administraci¨®n estadounidense- sin derecho a abogado, juicio o acusaci¨®n formal. "En el momento de su detenci¨®n representaban una amenaza para Estados Unidos", se justifica el Pent¨¢gono. Hasta que, un buen d¨ªa, como en el caso de Sanghir, Washington decidi¨® que ya no eran peligrosos y "no ten¨ªan m¨¢s valor para los servicios de inteligencia", y les mand¨® de vuelta a casa. Las supuestas "amenazas" recobraron la libertad sin haber sido inculpados, y sin cobrar indemnizaci¨®n alguna por los meses, o incluso a?os, de c¨¢rcel.
Del campo de alta seguridad salieron nacionales de Marruecos, Francia, Arabia Saud¨ª, Suecia, Afganist¨¢n, Turqu¨ªa, Tayikist¨¢n, Sud¨¢n, Irak, Jordania, Yemen, Pakist¨¢n, Reino Unido, Rusia, Dinamarca y Espa?a. Entre los 156 elegidos, 22 fueron entregados a sus Gobiernos para seguir detenidos. Pero, en la mayor¨ªa de los casos, los jueces no encontraron nada de que acusarles y tuvieron que soltarlos. El espa?ol de Guant¨¢namo, el ceut¨ª Hamed Abderrahaman, fue entregado a las autoridades espa?olas el pasado 13 de febrero y puesto en libertad unos meses despu¨¦s por el juez Baltasar Garz¨®n a la espera de cerrar la investigaci¨®n. En Reino Unido, Scotland Yard tuvo que liberar al poco tiempo a los cinco presos que le devolvi¨® Estados Unidos en marzo. Una decisi¨®n visiblemente embarazosa para el Gobierno de Tony Blair, fiel aliado de Washington. "El hecho de que la polic¨ªa y la fiscal¨ªa hayan decidido que no hab¨ªa suficientes pruebas para perseguirles ante la justicia brit¨¢nica no significa que su detenci¨®n en Guant¨¢namo no fuera justificada", dijo Jack Straw, el ministro de Exteriores.
A la salida del ¨²nico sueco de Guant¨¢namo, la ministra de Exteriores, Laila Freivalds, explic¨® que no hab¨ªa sido f¨¢cil convencer a los norteamericanos de "la necesidad de respetar los principios jur¨ªdicos fundamentales". "Pero conseguimos hacerles entender que no se puede mantener a la gente presa de forma indefinida sin acusarla". Hasta Rusia, no precisamente el mejor alumno en lo que se refiere al respeto de los derechos humanos, tuvo que recordar a la Administraci¨®n estadounidense algunos principios. Los siete talibanes rusos de Guant¨¢namo, que hab¨ªan expresado su deseo de seguir en manos de Estados Unidos por temor a ser torturados en las c¨¢rceles rusas, fueron finalmente entregados a Mosc¨² a finales de febrero y, para sorpresa general, liberados en junio. "?En virtud de qu¨¦ principio podemos detenerlos? ?Bajo qu¨¦ pretexto son peligrosos?", dijo el portavoz de la fiscal¨ªa general de Rusia.
Hasta ahora, cuatro saud¨ªes, cuatro franceses y cinco marroqu¨ªes siguen en la c¨¢rcel en sus respectivos pa¨ªses. Ninguno ha sido juzgado. Mientras, las demandas se acumulan contra Estados Unidos. Tres de los brit¨¢nicos liberados han publicado un informe en el que denuncian las torturas de las que fueron v¨ªctimas durante su cautiverio. El espa?ol asegura que, una vez cerrada la investigaci¨®n del juez Garz¨®n, piensa presentar una denuncia contra el Gobierno de Bush. Lo mismo ha anunciado el sueco, Mehdi Ghezali.
En su defensa, el Pent¨¢gono hace un uso discrecional del Derecho Internacional. "Las leyes de la guerra [la Convenci¨®n de Ginebra] permiten la detenci¨®n de combatientes enemigos para el tiempo del conflicto", asegura un portavoz militar de Washington. Es decir, seg¨²n el Gobierno de Bush, Estados Unidos est¨¢ librando una guerra y, por tanto, puede detener hasta el fin de las hostilidades a los combatientes del bando rival. Mientras, en Guant¨¢namo, siguen "aproximadamente" 585 presos, seg¨²n el comunicado oficial de Defensa.
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