La energ¨ªa nuclear no es soluci¨®n
En un mundo cada vez m¨¢s inseguro e inestable, defender la generalizaci¨®n de la energ¨ªa nuclear de fisi¨®n en el planeta para resolver el problema del cambio clim¨¢tico es un dram¨¢tico sarcasmo, cient¨ªficamente insostenible, adem¨¢s de ¨¦tica y pol¨ªticamente impresentable. (V¨¦ase James Lovelock, EL PA?S 20-06-2004).
La energ¨ªa de fisi¨®n que conocemos es no renovable. El Uranio-235 es cada vez m¨¢s escaso y la segunda generaci¨®n de reactores regeneradores, un peligro a¨²n mayor para la proliferaci¨®n de armamento nuclear. Los reactores nucleares representan, crecientemente, objetivos b¨¦licos y terroristas de primer grado. Una central nuclear es una bomba at¨®mica "en tu jard¨ªn" que, aunque no pueda "explotar", no puede ser utilizada directamente contra otros, pero s¨ª pueden utilizarla contra t¨ª para provocar una inconmensurable cat¨¢strofe en la regi¨®n-naci¨®n en que se ubica.
La difusi¨®n masiva de la alternativa nuclear, como propone Lovelock, ser¨ªa econ¨®micamente inviable
El 11-S ha incorporado definitivamente una nueva percepci¨®n de la seguridad-vulnerabilidad
Un accidente fortuito o provocado, fallo t¨¦cnico o humano, sabotaje o terrorismo, en una central nuclear, f¨¢brica de reciclaje, almacenamiento de residuos,... puede significar una inmensa tragedia por generaciones, al menos en aquella regi¨®n-naci¨®n en que se encuentre emplazada.
El terrorismo internacional lo sabe y desde el 11-S esta cuesti¨®n ha alterado fat¨ªdicamente el marco de reflexi¨®n pol¨ªtico y cient¨ªfico que rodea a la fisi¨®n nuclear, afectando tanto al sector militar como al civil.
Es en este contexto en el que hay que analizar la singular soluci¨®n dada a la desesperada por Lovelock para resolver el problema del cambio clim¨¢tico. Lovelock presenta una absurda e irreal huida hacia la total nuclearizaci¨®n del planeta para intentar hacer frente al calentamiento de la Tierra. Este cient¨ªfico, brillante con su hip¨®tesis Gaia, soslaya el an¨¢lisis sist¨¦mico, hol¨ªstico, integral, presente precisamente en la metodolog¨ªa Gaia referente a la Tierra. Su an¨¢lisis, al defender la nuclearizaci¨®n del planeta frente al cambio clim¨¢tico, resulta sorprendentemente reduccionista y simplificador del problema, compartimentalizando unidimensionalmente el an¨¢lisis y soluci¨®n, adem¨¢s de olvidando todos los efectos colaterales, cada vez m¨¢s graves, de una generalizaci¨®n de la energ¨ªa nuclear de fisi¨®n.
El cambio clim¨¢tico tiene mucho que ver con el actual modelo de producci¨®n y consumo de nuestra civilizaci¨®n, con la absurda esquilmaci¨®n de recursos, deforestaci¨®n, modelo energ¨¦tico y de transporte,... Ah¨ª est¨¢ la principal ra¨ªz del problema. Es en la eficiencia energ¨¦tica, en la conservaci¨®n y racionalizaci¨®n de los usos de energ¨ªa y en la firme y decidida apuesta por las energ¨ªas renovables donde est¨¢ la alternativa energ¨¦tica de las pr¨®ximas d¨¦cadas. Por contra, la masiva expansi¨®n de la energ¨ªa nuclear por toda la Tierra multiplicar¨ªa los problemas no resueltos de la energ¨ªa nuclear de manera dram¨¢tica, afectando minimamente al cambio clim¨¢tico, si no va acompa?ada de un profundo cambio en el modelo de producci¨®n y consumo imperante.
Ni se ha resuelto en absoluto el grave problema de los residuos radioactivos, ni se ha clarificado la potencial gravedad de las bajas dosis de radiactividad. Los crecientes costes ocultos de la energ¨ªa de fisi¨®n siguen ausentes en la factura del kw. nuclear.
Siendo una de las razones de la pr¨¢ctica paralizaci¨®n de esta alternativa sus costes crecientes, cada vez est¨¢ m¨¢s presente la demon¨ªaca vinculaci¨®n entre los usos b¨¦licos y los usos "pac¨ªficos" del ¨¢tomo, con el consiguiente riesgo para la proliferaci¨®n de armamento nuclear. A ello hay que a?adir la constancia del secretismo y sistem¨¢tica ocultaci¨®n de incidentes y accidentes nucleares. En Chernobil, con millones de personas afectadas, miles de hect¨¢reas gravemente contaminadas, miles de c¨¢nceres, malformaciones cong¨¦nitas y costes fara¨®nicos que se alargan en el futuro, se sigue sin embargo hablando oficialmente de s¨®lo 45 muertos. Es el estilo del lobby nuclear.
Miles de millones de ciudadanos del Tercer Mundo y de muchos pa¨ªses desarrollados no pueden depender energ¨¦ticamente de una tecnolog¨ªa nuclear sofisticada que controlan unos pocos pa¨ªses desarrollados, lo que agrava la vulnerabilidad de los primeros.
La difusi¨®n masiva de la alternativa nuclear que propone Lovelock ser¨ªa econ¨®micamente inviable, ambientalmente de gran riesgo, energ¨¦ticamente insostenible, ¨¦ticamente aborrecible y geopol¨ªticamente inaceptable por sus implicaciones en la poderosa centralizaci¨®n del poder y control. La gran mayor¨ªa de estos atributos negativos se agudizar¨ªan con la segunda generaci¨®n de reactores regeneradores, al favorecer ¨¦stos la proliferaci¨®n nuclear y los accidentes catastr¨®ficos. La Tierra ser¨ªa un polvor¨ªn, militarizada, obsesionada con la seguridad y muy fr¨¢gil con respecto a las libertades individuales y colectivas que resultar¨ªan coartadas hasta extremos insostenibles.
Parad¨®jicamente, los combustibles f¨®siles no dejar¨ªan de utilizarse, aunque quiz¨¢s a menor ritmo, hasta su total agotamiento, como suceder¨ªa con el uranio. Con este escenario, ?puede afirmarse, razonablemente, que la energ¨ªa nuclear masiva es la soluci¨®n al cambio clim¨¢tico?
Finalmente, voy a tratar el aspecto que, en mi criterio, adquiere hoy mayor gravedad en relaci¨®n con la energ¨ªa nuclear de fisi¨®n: las centrales nucleares, almacenamiento de residuos, plantas de reprocesamiento, etc¨¦tera, como objetivos b¨¦licos y terroristas de gran atractivo.
Aquel d¨ªa fat¨ªdico en EEUU el gran temor estuvo en torno a la seguridad de las centrales nucleares. Inmediatamente organizaron la defensa militar protegiendo las centrales nucleares. Ese coste de seguridad, que hoy permanece, no est¨¢ internalizado en el kw nuclear. Francia, EEUU, Inglaterra y otros pa¨ªses mantienen hoy activado todo un costos¨ªsimo sistema de seguridad en el entorno de sus centrales ante el posible alcance da la amenaza terrorista. El caso del reactor de Dimona, en Israel, resulta paradigm¨¢tico. El 11-S ha incorporado definitivamente una nueva percepci¨®n de la seguridad-vulnerabilidad que sit¨²a a la energ¨ªa nuclear de fisi¨®n en una posici¨®n dram¨¢tica: en primer lugar, facilita y propicia la proliferaci¨®n de armamento nuclear y, en segundo lugar, las centrales nucleares aparecen como objetivos terroristas de primera magnitud.
La aviaci¨®n israel¨ª destruy¨® un centro nuclear que constru¨ªa Irak en 1981. Recientemente Tony Blair insist¨ªa: "Haremos lo que sea necesario para impedir que Iran desarrolle su capacidad nuclear".
Israel, Sur¨¢frica, Pakist¨¢n, han conseguido saltarse la vigilancia de la AIEA, despreciando el Tratado de No Proliferaci¨®n y disponiendo hoy de armamento nuclear gracias a instalaciones "pac¨ªficas" de energ¨ªa de fisi¨®n. ?Qu¨¦ har¨¢ Lovelock cuando Libia, Siria, Egipto, Ir¨¢n,... por centrarnos solo en esa zona, fundamenten su producci¨®n de energ¨ªa en las centrales nucleares y no en los combustibles f¨®siles? ?Se lo permitir¨¢n Israel, EEUU, Inglaterra?
Los expertos militares de EEUU hablan ya de "guerras de cuarta generaci¨®n" y "bombas nucleares sucias", marcando otra nueva dimensi¨®n de la confrontaci¨®n b¨¦lica-terrorista en la que la fisi¨®n nuclear representa una inquietante amenaza.
Hace muy poco, el presidente de la AIEA, M. Baradei, afirmaba: "El terrorismo contra instalaciones at¨®micas es una amenaza real y todos deben de tomar medidas de seguridad especiales para preveerlo; el peligro de acciones terroristas contra centrales nucleares se ha incrementado considerablemente desde los atentados del 11-S".
Cada d¨ªa estamos m¨¢s cerca de un nuevo holocausto nuclear. Cuando se repita un accidente como el de Chernobil su impacto sobre la alternativa energ¨¦tica nuclear puede ser demoledor. Los pa¨ªses fuertemente dependientes de esta energ¨ªa aparecen con una fragilidad estrat¨¦gica muy alta. Si el accidente es de car¨¢cter t¨¦cnico, probablemente todos los reactores de ese tipo deban ser paralizados. El caso de Francia, con fuerte dependencia de la energ¨ªa nuclear es paradigm¨¢tico, pues tras una fortaleza energ¨¦tica aparente vive tras el 11-S al borde de un precipicio en una situaci¨®n de enorme fragilidad.
Si el accidente es consecuencia de un acto de sabotaje o terrorismo, quedar¨¢ fat¨ªdicamente confirmada su vulnerabilidad y peligrosidad, as¨ª como su atractivo como objetivo terrorista. No s¨¦ si Lovelock se ha parado a pensar las consecuencias ambientales, sociales, econ¨®micas y pol¨ªticas de un mundo que sustituya los combustibles f¨®siles por centrales nucleares y otras instalaciones de fisi¨®n.
Jos¨¦ Allende es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la UPV
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