"Hoy las buenas acciones son las el¨¦ctricas"
Consulta del doctor Pedro Caba, calle Padilla de Madrid. Un calor insoportable, la luz a medias, los periodistas se sientan y ¨¦l dispara.
Pregunta. Hago yo las preguntas.
Respuesta. Usted manda, doctor.
P. ?Es una entrevista t¨®pica o at¨ªpica?
R. Es... Metralleta. Se supone.
P. Ah, es que me han hecho muchas t¨®picas y son aburrid¨ªsimas. Me molestan mucho esas entrevistas sin pudor, llenas de autobombo y egocentrismo. Esa pedanter¨ªa del poder y el ¨¦xito cuando todo es azar... Sobre todo, los pol¨ªticos: la pol¨ªtica es el ¨²nico sitio donde no se exigen conocimientos previos para ejercer. Es como un milagro: ?pasan de la nada al todo!
Los entrevistadores recuperan la batuta de las preguntas.
P. El curr¨ªculo no importa. Se ve que de medicina no quiere hablar.
R. S¨ª, prefiero hablar de este pa¨ªs sin Ilustraci¨®n en el que los ilustrados fueron encarcelados o desterrados por tratar de traducir ciencia o hacerla. Jovellanos, Olavide... En este pa¨ªs, si una persona culta habla de Cela o Quevedo; bueno, pero si intenta hablar de las supercuerdas o de la vida sexual de los ofidios, le desprecian.
P. Ya se sabe, los cient¨ªficos son gente especial, y se fugan...
R. A m¨ª me llam¨® un gran banco para hacer algo bonito de ciencia, con relieve, becas, publicaciones, me mandaron gente de 30 o 40 editoriales y al final no se public¨® ni una l¨ªnea de ciencia. [Mira sus notas de reojo]. Y otra cosa que me preocupa mucho es el cambio de la sem¨¢ntica. Cuando era ni?o, las buenas acciones eran ayudar a cruzar a los ciegos. Ahora las buenas acciones son las el¨¦ctricas. Antes hab¨ªa valores, ahora los valores son la productividad; antes el mercado era un sitio maravilloso, la gente en Valencia contaba en quincets, en reales, daba gusto ir; hoy el mercado es un ente sobrehumano que impone condiciones; antes se dec¨ªa Ministerio de la Guerra; hoy, de Defensa. ?Si todos fueran de Defensa no habr¨ªa guerras, co?o!
P. S¨ª, est¨¢ bien visto, pero...
R. ... Hoy he dormido mal por el calor y he estado viendo etimolog¨ªas. Carisma viene del griego: hacer favores o seducir enga?ando. Talante es distinto: modo o manera de hacer las cosas de manera normal. ?Habr¨ªa que prohibir los pol¨ªticos con carisma! Si para ser camionero se pasa un test, ?por qu¨¦ no para ser presidente del Gobierno, Rey o ministro? [Mira otra vez sus notas de reojo.]
P. Claro, visto as¨ª...
R. ... Y luego est¨¢ el tema de la Rep¨²blica.
P. S¨ª, es un te...
R. La Rep¨²blica suma, la gente se concentra en algo com¨²n. ?Es gen¨¦ticamente aceptable que una guerra o un golpe impusiera hace 400 a?os a un tipo en el poder y, a ra¨ªz de eso, todo seguido? Tenemos una monarqu¨ªa que impuso Franco y el Rey ni ha jurado la Constituci¨®n. La Rep¨²blica ser¨¢ un clamor, y este rey cachazudo... Habr¨¢ que plantearlo, sin violencia, por supuesto, pero habr¨¢ que hablar del origen de esta monarqu¨ªa... Un presidente de la Rep¨²blica ser¨ªa adem¨¢s m¨¢s centr¨ªfugo...
P. ?Y si no le hacen el test?
R. Claro, eso s¨ª, yo he tenido muchos a?os un cargo en la OMS, por azar, desde luego...
P. ?Mon¨¢rquico?
R. No, no, a m¨ª Garc¨ªa Vargas me ofreci¨® entrar en pol¨ªtica, pero mi mujer dijo "cuidao", y me salv¨® de la peste y despu¨¦s me fui de representante espa?ol al comit¨¦ ejecutivo de la OMS, y me di cuenta de una cosa sorprendente: las ideas cambian y los hombres permanecen. Un yugoslavo me dijo: "Hagamos un lobby de izquierdas", pero yo me resist¨ª y el caso es que un a?o despu¨¦s el tipo ya no era de izquierdas, sino liberal, y no era yugoslavo, sino bosnio. All¨ª conoc¨ª la miseria humana del poder: cuando estall¨® la primera guerra del Golfo, ten¨ªamos en Ginebra una reuni¨®n de infecciones respiratorias y yo propuse mandar apoyo sanitario enseguida, pero un ingl¨¦s cursi con un tup¨¦ rid¨ªculo dijo que era precipitado, que Exteriores le hab¨ªa dicho que ser¨ªa una guerra limpia, y casi todos los dem¨¢s consultaron y dijeron lo mismo, que no habr¨ªa efectos colaterales... ?C¨®mo se puede ser tan miserable?
P. ?Privatizar¨¢n la OMS?
R. ??sa es la palabra! El capital va primero y el mejor negocio del mundo despu¨¦s del de las armas es la industria de farmacia que se centra en las ¨¢reas rentables. ?Que cu¨¢les son esas ¨¢reas? Hemorroides, gripe... Toda la investigaci¨®n est¨¢ determinada por la demanda del mercado de los pa¨ªses ricos, y entretanto todav¨ªa no hay una vacuna contra el paludismo, y mueren cuatro millones de personas al a?o... Es una barbaridad... No digo que sea una maldad preparada, pero ?qui¨¦n paga la vacuna?, ?qui¨¦n crea la red de fr¨ªo para llevarla?
P. ?La UE? ?La OMS?
R. La UE me produce fuertes reparos: ?es para los parlamentarios o para los trapicheos entre Gobiernos? Pero preguntad lo que quer¨¢is, por favor...
P. Pues... Dice Manuel Vicent que fue usted el m¨¦dico de la progres¨ªa y que...
R. ?Exagera, es una creaci¨®n literaria suya y ya dudo que sea verdad! M¨¢s bien me parece que vivo tratando de adaptarme a ese personaje, que por otro lado me hace un favor... Algunas cosas son verdad: soy el due?o de Villa Valeria y particip¨¦ en la lucha antifranquista. Con m¨¢s voluntad que eficacia, porque me detuvieron tres veces. Pero ten¨¦is que subir a comer a casa un d¨ªa y os lo cuento todo...
An¨¢lisis y vendaval
Pedro Caba (Valencia, 1934) es todo un personaje, literario y vital. No se equivoc¨® Manuel Vicent al describirlo en su novela Jard¨ªn de Villa Valeria como un hombre de impulsos que decidi¨® la compra de ese chal¨¦ m¨ªtico de la sierra y la progres¨ªa madrile?a mientras palpaba las hemorroides a un paciente. El Caba real es un vendaval anal¨ªtico, una m¨¢quina de comunicar ideas, un agitador agitado y con mucho car¨¢cter: ¨¦l solo se hace la entrevista. Cuando la acaba, define a aquel grupo de j¨®venes conspiradores antifranquistas que casi fundaron la utop¨ªa burguesa en Camorritos como "una banda de okupas avant la lettre que tom¨® un islote de la alta burgues¨ªa", y explica que ¨¦l hered¨® la conspiraci¨®n de su abuelo: "Yo no abdico de nada", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.