La ¨²ltima oportunidad de El Gerruj
El marroqu¨ª necesita su primer t¨ªtulo ol¨ªmpico para completar una carrera maravillosa y sentarse en el pante¨®n de los mejores
Hicham El Guerruj necesita el oro esta noche. Lo necesita para completar una carrera maravillosa, con toda clase de t¨ªtulos, r¨¦cords y reconocimientos. Y, sobre todo, lo necesita para que interiormente se siente junto a los m¨¢s grandes del mediofondo, todos aquellos que fueron El Guerruj de su tiempo y que lograron el t¨ªtulo ol¨ªmpico. En ese pante¨®n, donde figuran el australiano Herb Elliott, los neozelandeses Peter Snell y John Walter, el brit¨¢nico Sebasti¨¢n Coe y el argelino Morceli, pretende ingresar El Guerruj. S¨®lo le queda una oportunidad. Ser¨¢ en Atenas, ocho a?os despu¨¦s de su aparici¨®n en la escena. Se cay¨® en la final de Atlanta 96, se angusti¨® y perdi¨® en Sidney 2000. S¨®lo le queda Atenas. Dentro de cuatro a?os ser¨¢ m¨¢s que improbable verle en el 1.500. Hoy es el d¨ªa de una de las finales m¨¢s interesantes de los Juegos.
Hace todav¨ªa un a?o, El Guerruj habr¨ªa llegado a esta final como favorito, sin nadie capaz de hacerle sombra. Se equivoc¨® en Sidney, pero s¨®lo fue un error. Continu¨® ganando carreras con la facilidad de costumbre. Pero esta temporada El Guerruj no es el atleta invencible de otros a?os. El mejor, s¨ª, pero no invulnerable. Los primeros signos del declive se han observado en un momento cr¨ªtico de su vida. El Guerruj ha permanecido en el 1.500 porque quiere la esquiva medalla de oro. El desaf¨ªo se le presenta cuando no se siente tan seguro de sus fuerzas, cuando el margen con sus rivales ha decrecido, cuando nadie descarta la posibilidad de la derrota. Todas estas circunstancias elevan la carrera de hoy al rango de excepcional.
Las series no han dicho nada relevante. Los mejores han cumplido con su trabajo sin revelar su estado verdadero. La ¨²nica decepci¨®n ha sido Rashid Ramzi, el hombre que acab¨® en Roma con los cuatro a?os triunfales de El Guerruj. Los dem¨¢s estar¨¢n en la final: Est¨¦vez, Lagat, Hesko, Rui Silva. Aparecen, en definitiva, los habituales de los ¨²ltimos a?os, y lo hacen en plan depredador. Saben que El Guerruj ya no domina la prueba como antes. Queda por saber el plan de cada uno. Ninguna carrera resulta m¨¢s permeable a las t¨¢cticas, a la versatilidad de caracteres. Hasta la final todos oficiaron de buenos profesionales. Les bast¨® con clasificarse. Est¨¦vez, que ven¨ªa de a?os dif¨ªciles, ingres¨® nuevamente en la cofrad¨ªa de los mejores. Lo consigui¨® en dos carreras: se movi¨® con poder¨ªo y con inteligencia. No gast¨® un gramo de energ¨ªa. Esa fue una caracter¨ªstica com¨²n. El Guerruj tampoco mostr¨® nada relevante. Podr¨ªa interpretarse como un gesto de miedo. En el 1.500 todo est¨¢ sujeto al an¨¢lisis. Si el marroqu¨ª se hubiera comportado con alguna insolencia, los dem¨¢s lo habr¨ªan interiorizado como el deseo de ocultar su debilidad. As¨ª que el El Guerruj se ajust¨® al perfil m¨¢s plano posible. Se clasific¨® y nada m¨¢s.
Lo duro se le viene hoy. Mientras los dem¨¢s corren por la gloria ol¨ªmpica, El Guerruj corre contra los mitos que lograron lo que ¨¦l no ha conseguido. Su trabajo ser¨¢ angustioso. Sus adversarios vigilar¨¢n durante toda la carrera el estado nervioso del gran atleta marroqu¨ª, que tendr¨¢ a su favor la presencia de un viejo pretoriano: Adil Kaouch. En los Mundiales de Sevilla 99, Kaouch destroz¨® cualquier resistencia a El Guerruj con un ritmo infernal. No parece tan claro que El Guerruj pueda seguir un paso tan r¨¢pido en Atenas. Como a cada atleta le conviene una carrera, Est¨¦vez prefiere una r¨¢pida, pero sin excesos; una limpia, pero tambi¨¦n sin excesos. Donde mejor se mueve ahora es entre 3,31 y 3,33 minutos. El problema es que Est¨¦vez quiere una cosa y El Guerruj otra. Y lo mismo ocurre con el keniano Lagat, que prefiera una prueba supers¨®nica, o el ucranio Hesko, partidario de algo parecido a 3,32 minutos, o Rui Silva, que predica el 3,35 y mucho l¨ªo. El misterio se desvelar¨¢ esta tarde. La vieja liturgia del 1.500 alcanza de nuevo todo su esplendor.
Ivan Heshko
T¨ªpico atleta en el que no reparan los aficionados, pero que es temido por los atletas. Implacable cuando las carreras se mueven alrededor de 3,32s. Cuando eso ocurre, saca su rapidez y su dureza a relucir. Aparentemente no est¨¢ destinado a la victoria. Pero oficia de tapado, algo que le beneficiar¨¢ en una final de enorme tensi¨®n.
Rui Sillva
Nadie le ve como ganador, pues se encontrar¨¢ con atletas demasiado buenos. Ser¨¢ un peligro para quien pretenda el segundo o tercer puesto, sobre todo si la carrera no es r¨¢pida. Es un mago para colarse en los ¨²ltimos metros entre una nube de rivales. Esperar¨¢ su oportunidad sin aparecer por la cabeza durante toda la carrera.
Reyes Est¨¦vez
Fue tercero en los Mundiales de Atenas 97 cuando s¨®lo contaba 20 a?os. Volvi¨® a ocupar el tercer puesto en Sevilla 99. Desde entonces no ha conseguido dar el salto previsto. Pol¨¦micas, conflictos con la federaci¨®n, su trayectoria no ha sido feliz en los ¨²ltimos a?os. Parece m¨¢s afilado que nunca, como si viera por fin su gran oportunidad.
Bernard Lagat
Uno de los pocos kenianos que se ha asentado en el 1.500. Prefiere las carreras limpias y r¨¢pidas a las abruptas. No es un maestro de la t¨¢ctica, pero en velocidad punta est¨¢ a la altura de El Guerruj. Acaba de correr en 3,27m, una marca que s¨®lo est¨¢ al alcance del marroqu¨ª. El problema es que no se correr¨¢ tan r¨¢pido en Atenas.
Hicham El Guerruj
Dos veces derrotado esta temporada, despu¨¦s de cuatro a?os de victorias, no impiden pensar en el marroqu¨ª como favorito. Es uno de los mejores fondistas de todos los tiempos. Quiz¨¢ el mejor. Pero le falta el t¨ªtulo ol¨ªmpico y eso le atormenta. Su dilema es angustioso. Tendr¨¢ que sacar su vieja calidad para vencer.
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