Los nuevos h¨¦roes
La selecci¨®n de Irak se ha convertido en un asidero moral para su pueblo y aspira hoy a proclamarse finalista a costa de la paraguaya
Abdul Wahab Abu al Hail se desliza con los ojos p¨ªcaros de los 8 de ¨¦poca por el hotel de Tesal¨®nica en el que se haya concentrado con su selecci¨®n, la de Irak, en medio de un despliegue tal de polic¨ªas y soldados armados que el lugar, m¨¢s que una residencia de lujo, parece un cuartel de la OTAN. Es el l¨ªder de un equipo que s¨®lo cuenta con siete jugadores en Ligas competitivas, repartidos entre Egipto, Qatar, Ir¨¢n, Emiratos ?rabes Unidos y Siria. Cuando se le pregunta por el secreto del ¨¦xito en los Juegos, se dirige hacia un compa?ero, le toca la calva y exclama: "?Tenemos a Roberto Carlos!".
En efecto. El sue?o de Bassim Abbas es conseguir una camiseta firmada por Roberto Carlos. Tiene 22 a?os, una cara y una tez que recuerdan al brasile?o y se ha afeitado la cabeza. Quiere que las c¨¢maras inspiren comparaciones cundo le filmen corriendo por la banda, incorpor¨¢ndose al ataque con su zurda potente, llena de m¨²sculos. Juega en el Al Talaba, uno de los mejores clubes de su pa¨ªs. Cobra 1.000 euros al mes y es el lateral zurdo de la selecci¨®n iraqu¨ª que ha irrumpido en los Juegos dejando boquiabiertos a Portugal (4-2), Costa Rica (2-0) y Australia (1-0).
"Jugamos para apoyar a nuestra gente. Queremos que se sienta orgullosa y feliz"
"En Irak", dice Bassin; "nos siguen 20 millones de personas". Hoy todo Irak estar¨¢ pendiente del televisor para ver a su selecci¨®n jugarse el pase a la final contra Paraguay. En el pa¨ªs mesopot¨¢mico son multitud los que se saben al dedillo los entresijos de un equipo cuyas victorias se cuentan por fiestas populares y tiros al aire. Para Irak, el cuadro ol¨ªmpico de f¨²tbol representa a los nuevos h¨¦roes de un pa¨ªs necesitado de un asidero moral. Para el resto del mundo es un misterio. Anoche, su juego era desconocido hasta por el seleccionador paraguayo, Carlos Jara.
"S¨®lo vi el gol que le hicieron a Australia", dice Jara; "lleg¨® el extremo por la izquierda. Centr¨®. El delantero remat¨®. Rechaz¨® el portero. Apareci¨® un centrocampista, burl¨® a un defensa y pas¨® atr¨¢s... Y ah¨ª remat¨® de chilena el otro delantero. Jugaron con mucha habilidad, r¨¢pido, y llegaron al ¨¢rea rival hasta con cinco jugadores. Eso, en el minuto 70, es se?al de que est¨¢n muy bien f¨ªsicamente".
Irak no participaba de unos Juegos desde los de Se¨²l 88 y su ¨²nica actuaci¨®n en una Copa del Mundo se remonta a la de M¨¦xico 86, en la que perdieron los tres partidos de la primera fase y recibieron ocho goles. Su ¨¦xito en los Juegos es un acontecimiento hist¨®rico que el presidente estadounidense, George W. Bush, incluso ha utilizado para hacer campa?a. Los jugadores, que son ingenuos pero est¨¢n cargados de rencor, han recibido la noticia como un insulto. "La ¨²nica soluci¨®n a los problemas de mi pa¨ªs", dice Bassim; "pasa por que los estadounidenses se vayan. Es lo que pensamos los jugadores y es lo que seguramente piensa todo el pueblo de Irak y toda la gente libre que hay en el mundo".
El seleccionador iraqu¨ª, Adnan Hamad Majeed, dirigi¨® al equipo en la ¨¦poca en que Uday Hussain, hijo de Sadam, era el responsable de la cartera de Deportes del pa¨ªs. Uday ha sido se?alado por los estadounidenses y desde sectores del reci¨¦n reconstruido Comit¨¦ Ol¨ªmpico Iraqu¨ª como el instigador de las torturas a los futbolistas de la selecci¨®n. Patear balones de cemento y ser confinados en c¨¢rceles con la cara cubierta por m¨¢scaras de acero eran, seg¨²n los portavoces, castigos empleados contra ellos cuando perd¨ªan. Majeed hace un matiz: "Uday castigaba a los jugadores. Pero nunca lleg¨® a hacer muchas de las cosas que se dicen por ah¨ª".
"Los estadounidenses son unos mentirosos", masculla Majeed; "dicen que nos han liberado, pero t¨² sales a la calle en Bagdad y no sabes lo que te va a pasar. Mandas a tus hijos al colegio y no sabes si los vas a volver a ver. Aqu¨ª estamos muy preocupados por nuestra gente. Han destruido nuestro pa¨ªs y no veo que tenga arreglo".
A Majeed no le gusta que digan que su equipo es el producto de un Irak libre. A sus jugadores, tampoco. "Llamamos todo el tiempo a casa", dice Bassim; "porque estamos preocupados por nuestros amigos y familiares. Jugamos para apoyar a nuestra gente. Queremos que se sienta orgullosa y feliz".
Bassin, nacido y criado en Bagdad, asegura que desde que est¨¢ en los Juegos le han llegado ofertas de Alemania, Egipto y Qatar. "En Irak seguimos mucho la Liga espa?ola, la rivalidad entre el Bar?a y el Madrid. Pero yo adoro a Roberto Carlos. Se parece a m¨ª y le pega con la zurda. Vi¨¦ndole por la tele he intentado imitarle", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.