La asombrosa transformaci¨®n de Bruno Ganz en Hitler
El actor dud¨® mucho antes de protagonizar la pel¨ªcula alemana 'El hundimiento', sobre los ¨²ltimos d¨ªas del F¨¹hrer. Su interpretaci¨®n es magistral
Es un papel que en Alemania rara vez se hab¨ªa interpretado, y de ¨¦l se ha hecho cargo un gigante de la interpretaci¨®n: el suizo Bruno Ganz, personificaci¨®n de Adolf Hitler en El hundimiento.
El filme, producido por Bernd Eichinger (Resident evil, El nombre de la rosa) y dirigido por de Oliver Hirschbiegel, describe los ¨²ltimos 12 d¨ªas del dictador, entre el 20 de abril y el 2 de mayo de 1945, fecha de la capitulaci¨®n alemana en la Segunda Guerra Mundial. Seg¨²n todos los que ya lo han visto, el trabajo de Ganz es magistral. "De verdad es Hitler. Da escalofr¨ªos verlo", afirm¨® el historiador Joachim Fest, sobre cuyas investigaciones est¨¢ basada parte de El hundimiento. El filme fue presentado a la prensa el lunes y se estrenar¨¢ en Alemania a mediados de septiembre, pero ya est¨¢ causando pol¨¦mica. "No es la primera vez que Hitler se muestra en pantalla, pero es la primavera vez en la que se intenta dar un toque humano a este monstruo", seg¨²n explic¨® Rolf Fiesen, del Museo del Cine en Berl¨ªn, en una entrevista en la BBC.
?Es un papel de ensue?o el de interpretar a uno de los personajes m¨¢s detestables que ha dado la humanidad? No, al menos no para Ganz, de 63 a?os. Dud¨® mucho en aceptar la oferta. Lo primero que hizo fue encerrarse en su estudio y leer algunos de los muchos libros sobre el Tercer Reich, y repasar tambi¨¦n unos cuantos de los exaltados discursos del F¨¹hrer. Conclusi¨®n: "Hitler es un f¨¦nomeno incomprensible, inaprehensible. Por lo visto, se esforz¨® al m¨¢ximo en esconder su personalidad. Y ahora creo que lo hizo para ocultar el vac¨ªo que reinaba en su interior", seg¨²n afirm¨® Ganz durante el rodaje.
El actor visit¨® varios d¨ªas un centro m¨¦dico en el que se trata el mal de Parkinson. El dictador lo padec¨ªa. Necesitaba familiarizarse con un Hitler distinto al de la maquinaria propagand¨ªstica nazi, con un Hitler profundamente malvado y sumido en la locura, pero humano, al fin y al cabo. "Nunca intentar¨ªa comerme una sopa de manera malvada", explic¨® Ganz. "Hitler pod¨ªa ser incluso amable con su secretaria Traudl Junge. La realidad fue muy diferente de lo que sugiere el t¨®pico del demonio".
?Hasta qu¨¦ punto, entonces, sinti¨® compasi¨®n por ¨¦l? "A m¨ª lo que me sucede es que suelo sentir compasi¨®n hasta por los peores personajes, aunque, claro, nadie alcance su talla. No me averg¨¹en-zo de haber sentido compasi¨®n por Hitler durante unos cuantos segundos. Si no fuese capaz de movilizar estos sentimientos, no hubiera podido interpretar su papel", sugiri¨® Ganz en la presenta-ci¨®n del filme.-
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