Marbury aniquila a Espa?a
El base de los Knicks, con 31 puntos, 18 de ellos en triples, da a Estados Unidos la victoria en un duelo intenso
Stephon Marbury sali¨® de una profunda crisis de juego para atormentar a Espa?a con una espectacular serie de triples, todos determinantes porque el encuentro fue magn¨ªfico, con cortas ventajas de Estados Unidos, que s¨®lo se estir¨® en los ¨²ltimos dos minutos. Marbury, base de los Knicks, leyenda de las calles de Nueva York desde que era un cr¨ªo, anot¨® 31 puntos, 18 de ellos en triples, con un porcentaje tan alto de acierto (67%) que cabe preguntarse si no habr¨ªa sido necesario un ant¨ªdoto. Espa?a no utiliz¨® nunca la caja y uno para detener al francotirador que acribillaba su canasta. Fue curioso ver c¨®mo el baloncesto despliega extra?os misterios. Marbury lleg¨® al partido entre cr¨ªticas, muy razonables a la vista de sus estad¨ªsticas en los encuentros anteriores: 4,2 puntos de promedio, 20% de acierto en los tiros, 13% en los triples. Cifras rid¨ªculas que no anunciaban su demoledor partido frente a Espa?a. Pero a Marbury, que no es el m¨¢s consistente de los jugadores, le sali¨® uno de esos d¨ªas que le convierten en un base temible. Con Marbury a la cabeza, Estados Unidos gan¨® el partido donde menos se esperaba. Este equipo de tiradores bajo sospecha o, simplemente, sin tiradores puros, se impuso en el juego exterior: 36 puntos en triples (55% de acierto) dicen todo lo que ocurri¨® en un duelo intenso, muy bien jugado por Espa?a con un irresistible Gasol.
ESPA?A 94 - ESTADOS UNIDOS 102
Espa?a: Calder¨®n (19), Navarro (17), Jim¨¦nez (3), Gasol (29), Garbajosa (12) -cinco inicial-; De la Fuente (2), Reyes (2), Rudy Fern¨¢ndez (6), Due?as (2) y Comas (2).
Estados Unidos: Marbury (31), Iverson (16), Jefferson (6), Odom (11), Duncan (9) -cinco inicial-; Boozer (12), Marion (8), Wade (4), James (0), Anthony (3) y Stoudemire (2).
?rbitros: Aylen (Australia) y Reyes Ronfini (M¨¦xico). Excluyeron por personales a Odom (m. 35) y Jim¨¦nez (m. 40).
Pabell¨®n OAKA. Unos 19.000 espectadores.
4? CUARTO
3? CUARTO
2? CUARTO
1? CUARTO
25-25
18-19
24-30
27-28
El equipo de Pesquera s¨®lo merece el elogio. Ha devuelto el entusiasmo a los aficionados
Del car¨¢cter de Gasol habla su actuaci¨®n en un partido que sac¨® lo mejor de ¨¦l. Fue imparable en el primer tiempo (18 puntos), con movimientos poderosos y r¨¢pidos en el poste alto y en el bajo, donde Lamar Odom y Amare Stoudemire se vieron superados constantemente por los reversos de Gasol, que atac¨® el aro con virulencia. Anot¨®, sac¨® faltas personales a todo el mundo y tuvo el aire dominante de los grandes jugadores. Gasol fue el referente del equipo en el primer tiempo, muy discutido por dos equipos que jugaron un excelente baloncesto. Estados Unidos ofreci¨® su mejor actuaci¨®n en los Juegos. Abandon¨® sus tendencias ca¨®ticas y funcion¨® de manera colectiva: movi¨® el bal¨®n con paciencia, encontr¨® las manos adecuadas y nunca cay¨® en ingenuidades. S¨®lo cometi¨® ocho p¨¦rdidas de bal¨®n. Sus chicos m¨¢s j¨®venes, LeBron James y Carmelo Anthony, apenas fueron espectadores en el banquillo, aunque Anthony tuvo algo que ver en la derrota espa?ola. S¨®lo sali¨® dos minutos, pero su triple en el ¨²ltimo instante del tercer cuarto fue una cuchillada para Espa?a. Cuatro puntos de desventaja (67-71) se convirtieron en siete.
Excepto las graves dificultades para detener a Marbury, el plan de Espa?a funcion¨® perfectamente durante todo el encuentro. Es cierto que Gasol dio s¨ªntomas de fatiga en un par de acciones sencillas que no pudo convertir y que Mario Pesquera debi¨® valorar la necesidad de darle un descanso. Pero su importancia en el equipo era demasiado grande para prescindir de ¨¦l. A su poder¨ªo anotador (29 puntos) a?adi¨® un factor que desestabiliz¨® a los estadounidenses durante todo el encuentro. Meti¨® en problemas de faltas a Tim Duncan, Lamar Odom y Carlos Boozer, los tres hombres que se ocuparon de Gasol. Garbajosa utiliz¨® su habilidad para jugar de fuera a dentro y a?adir m¨¢s problemas a la defensa de Estados Unidos. Aunque Carlos Jim¨¦nez y Felipe Reyes dieran algunas se?ales de nerviosismo, el juego interior espa?ol fue irreprochable.
El equilibrio del primer tiempo (43-44) vino determinado por la actuaci¨®n de Marbury y Gasol. Cada uno, en lo suyo, operaba como factor decisivo. En otras cuestiones, Espa?a solucionaba con eficacia algunos viejos problemas. Por una vez funcionaba el rebote defensivo, carencia que hab¨ªa puesto en peligro al equipo en encuentros anteriores. Tuvo m¨¦rito que la mejor¨ªa se produjera ante los atl¨¦ticos jugadores estadounidenses, unas fieras para limpiar los tableros. Ayud¨® la ausencia de Duncan. Cometi¨® dos faltas en el arranque del partido y s¨®lo pudo intervenir a pleno gas en el segundo tiempo. Por una vez dej¨® el protagonismo a otros actores: Marbury y Allen Iverson, que calent¨® motores en el tercer cuarto y acab¨® haciendo mucho da?o al equipo espa?ol con sus tiros y penetraciones. Gasol encontr¨® la colaboraci¨®n de Garbajosa y Calder¨®n, cuya actuaci¨®n en los Juegos le ha convertido en el respetado base que necesitaba la selecci¨®n. Incansable, valiente, con un sentido competitivo muy agudo, Calder¨®n siempre estuvo donde se le necesit¨®. Su breve ausencia en el final del tercer periodo y el comienzo del cuarto gener¨® un estado evidente de irregularidad en el juego. Lo aprovech¨® Estados Unidos, que subi¨® el margen de ventaja de cuatro a ocho puntos. Fue entonces cuando la selecci¨®n entr¨® en crisis. No tanto por que cometiera errores conceptuales, sino por su incapacidad para solucionar jugadas sencillas. Gasol no encest¨® a un metro del aro y perdi¨® el bal¨®n al cruzar un mal pase. Se le notaba un punto de fatiga. Navarro, que jug¨® un partido de picos y bajos, mezcl¨® los convenientes triples del primer tiempo con varios lanzamientos desperdiciados en los momentos decisivos. En el otro lado, Marbury era un martillo. Espa?a comenz¨® a asumir que su situaci¨®n era cr¨ªtica. A dos minutos del final, su desventaja era de ocho puntos. El partido ten¨ªa el aire roto que favorec¨ªa el juego r¨¢pido y contragolpeador de los norteamericanos. La derrota fue irremediable en un gran partido, uno que requiri¨® la mejor y m¨¢s ortodoxa versi¨®n de los estadounidenses y la espl¨¦ndida actuaci¨®n de Espa?a, cuyo torneo s¨®lo merece el elogio. Este equipo ha devuelto la vibraci¨®n al baloncesto y el entusiasmo a los aficionados.
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