El gran baobab y los panes de los monos en la casa de Barcel¨®
El pintor publicar¨¢ en septiembre sus 'Cuadernos de ?frica', de los que ofrecemos algunos de sus bocetos y reflexiones sobre la vida cotidiana en diversos pa¨ªses del continente.
- Estoy en Gao y tengo una casa sobre el r¨ªo.
Hay moscas grandes como palomas, ni?os con el vientre hinchado como culos de mujer y mujeres con m¨¢s de quince agujeros.
Hay que pintar de espaldas al viento, si no los ojos se llenan de arena. Empiezo algunos lienzos, pero la pintura se cubre inmediatamente de arena y no se ve nada. Adem¨¢s, el viento es tan seco que en el trayecto del bote a la tela la pintura ya se ha secado en el pincel. (Gao, marzo 1988).
- Una mujer cuesta cinco vacas; una vaca cuesta diez cabras; una cabra, 5.000 francos CFA, es decir, unos 125 francos. Pero por el momento estoy soltero. (Gao, marzo 1988).
- Escribo porque no tengo nada que leer. Es una buena raz¨®n. Podr¨ªa dibujar, claro, pero he dibujado demasiado: cerca de tres mil hojas en algunos meses, treinta o cincuenta al d¨ªa. Lo he puesto todo en un gran ba¨²l que tengo delante, muy lleno, las hojas muy apretadas, todo bien cerrado. Me lo voy a llevar, pero ?qu¨¦ hacer con tres mil dibujos? (Gao, mayo 1988).
- Algunas cosas esenciales: el amor, la muerte, el aburrimiento, la comida. ?Y el Arte? En alg¨²n lugar entre ellas. Entre el amor y el aburrimiento, tal vez. Entre la comida y la muerte est¨¢ la mierda, eso seguro.
Algunas citas, mal transcritas y amputadas. Qu¨¦ quieren, es mediod¨ªa en Gao y no tengo biblioteca. S¨®lo tengo la memoria y los cigarrillos.
"La vida que he llevado me impide suicidarme": Cendrars.
"Hay que hacer cosas importantes": congreso de locos en una pel¨ªcula de Tarkovsky. (Gao, mayo 1988).
- En este cuaderno que empieza a aparecer una colecci¨®n de listas, deber¨ªa hacer la lista de los proyectos nunca realizados, como el minigolf org¨¢nico, el cementerio de artistas, la pintura submarina, el libro ilustrado para ciegos. He pasado muchas horas mirando manchas de aceite sobre el mar sin pesta?ear. Como en la pintura, como en el mar, las im¨¢genes se hacen y se deshacen con colores viv¨ªsimos. A menudo, la ¨²ltima de todas, antes de cerrar los ojos llenos de sal, es la imagen de la coliflor, laberinto. CEREBRO. (T¨¢nger, 7 noviembre 1990). -
E Cada tarde, al ponerse el sol en el mar, una vendedora de pi?as se ba?a desnuda en la playa, siempre delante de m¨ª. Si me pongo 200 metros m¨¢s abajo, se ba?a 200 metros m¨¢s abajo. Le compro pi?as. Debe de tener doce o trece a?os, y unos pechos como limones negros. (Abiy¨¢n, 1990-1991).
- Una cinta de Bach, por la noche. A lo lejos se oyen los tambores de una boda. Recuerdo un d¨ªa del a?o pasado en que, desde la terraza de casa, o¨ªa Beethoven en la radio de onda corta de un vendedor de pollos. Gran efecto, como la primera cerveza tras muchos meses de abstinencia. (Segu, 1992).
- Me he instalado a leer y a escribir en una cueva del acantilado, un poco lejos de casa. De vez en cuando, Somin¨¦ viene con un t¨¦ o una garrafa de cuatro litros de cerveza dolo. Hace viento y los panes de mono de los baobabs caen con gran estruendo.
Esta ma?ana cay¨® a mi lado uno, del gran baobab de mi patio. Todo el mundo ri¨®, y yo les dije que si me hubiera ca¨ªdo en la cabeza estar¨ªa muerto. Que va, dijeron, los dogones tienen la cabeza dura. (Gogol¨ª, 1992).
- Hip¨®crates, inventor de la medicina, al final de su vida resum¨ªa su saber en tres consejos:
1) dormir blando
2) de vez en cuando, lavarse con agua caliente
3) follar lo m¨¢s posible.
Si es as¨ª, vivir¨¦ cien a?os.
(Mal¨ª, 4 de enero de 1995).
- No tengo ninguna de las supuestas virtudes germ¨¢nicas ni calvinistas. Soy sucio y ruidoso; o no tengo pudor alguno o tengo enfados salvajes... Nunca he trabajado y no lo har¨¦ jam¨¢s. Si por un instante percibiera lo que hago como un trabajo, lo dejar¨ªa para siempre. Tengo todos los vicios de los viejos monjes. Un santo que sucumbe a todas sus tentaciones. (Mal¨ª, 1994-1995).
- Como es Nochebuena, les he contado a los dogones la vida de Cristo; luego, las de Caravaggio, Frankenstein y Billy the Kid. Las he mezclado un poco todas. Les ha causado una gran impresi¨®n. (Mal¨ª, 24 diciembre de 1994).
Fragmentos del libro Cuadernos de ?frica, de Miquel Barcel¨®, que publicar¨¢ en septiembre Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores..
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