T¨¦vez, el jorobado de oro
Armado de m¨²sculos tractores, con una espalda medio arqueada bajo el peso de los trapecios y unos cu¨¢driceps de velocista, el chico que quiere que lo llamen Carlitos se mueve por las inmediaciones del ¨¢rea como una criatura ind¨®mita. Mete el culo para proteger la pelota, la pisa, se vuelve, amaga, arranca y frena. Recibe patadas que no lo voltean y la defensa de Paraguay tiene que trabajar a destajo para cerrarle los espacios. Su expresi¨®n es la de un joven ansioso y su f¨ªsico es el de un tipo que espantar¨ªa a los estrategas de mercadotecnia. Es moreno, mide 1,70, tiene una dentadura amenazante, las facciones torvas de una persona mal¨¦vola y la cicatriz de una quemadura bajo la quijada derecha ?Qu¨¦ podr¨ªa anunciar un individuo que recuerda a Quasimodo? Tal vez no exista el producto. Pero ayer, en el estadio Ol¨ªmpico de Atenas, fue ¨¦l, Carlos T¨¦vez, el talento que con su gol consigui¨® para Argentina la primera medalla de oro en unos Juegos desde 1952.
Si T¨¦vez, con sus ocho goles, fue el goleador del torneo, el veterano Kily Gonz¨¢lez fue la inspiraci¨®n de un equipo que ha luchado con denuedo por superar el pozo depresivo. Argentina necesit¨® de los gritos de ¨¢nimo y del humor del Kily para contagiarse de buenas vibraciones. "?Lo que hemos sufrido desde el Mundial de Jap¨®n!", dec¨ªa ayer el Kily, con la medalla de oro en el pecho. "?Las cosas que nos hemos comido! Alguna vez nos ten¨ªa que tocar. Nosotros venimos de muchos palos despu¨¦s de lo del Mundial y ahora hemos logrado esto que para nosotros es ¨²nico. Lo logramos de una manera espectacular, invictos, sin recibir goles, y con un goleador impresionante que es Carlos T¨¦vez. La gente en Argentina tiene que estar contenta porque tiene 20 jugadores de 21, 22 a?os, que si juegan lo que juegan hoy con esta edad, imag¨ªnese lo que jugar¨¢n con 26".
El Kily estaba exultante e inspirado. Al terminar el partido se hab¨ªa abrazado a Marcelo Bielsa, el seleccionador, que es una persona poco dada a expresiones afectivas con los jugadores. "Fue una alegr¨ªa muy grande poder abrazarlo y decirle 'por fin, por fin logramos algo juntos", dijo el Kily, sobre el festejo en la cancha. "Aunque mucha gente no se va a quitar la espina hasta que no ganemos el Mundial. Yo no me quit¨¦ ese peso de encima. Todav¨ªa tengo la mochila en la espalda".
El Mundial de Alemania llegar¨¢ dentro de dos a?os y para entonces T¨¦vez puede que sea un futbolista consolidado, luciendo esa cicatriz que se hizo con agua hirviendo cuando era un cr¨ªo, en su casa del barrio Ej¨¦rcito de Los Andes, conocido como 'Fuerte Apache' por el elevado ¨ªndice de delincuencia. En esos descampados por donde la polic¨ªa prefiere no meterse, T¨¦vez aprendi¨® a jugar al f¨²tbol. M¨¢s tarde aprendi¨® a cantar y a bailar la cumbia, un estilo de m¨²sica de ritmo bailable y letras calenturientas, que ¨¦l mismo compone e interpreta, como bien demostr¨® en el concierto celebrado en La Bombonera para conmemorar el centenario de Boca Juniors. Los hinchas lo adoraron mientras ¨¦l sacud¨ªa su cintura como hace cada vez que marca un gol. Seguramente porque omitieron su talento musical y se quedaron con su genio futbol¨ªstico. La clase de genio que ayer hizo de Argentina un pa¨ªs feliz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.