Cosecha incompleta

El medallero espa?ol admite lecturas dispares, como si de una botella medio llena o medio vac¨ªa se tratara. La cantidad de metales recogidos en Atenas, 19, es aceptable si se compara con sus propios referentes: 22 en Barcelona, 17 en Atlanta y 11 en Sidney. En Atenas se ha invertido la tendencia negativa de los ¨²ltimos ocho a?os, cierto. Pero Espa?a contin¨²a por detr¨¢s de pa¨ªses a los que, por potencial econ¨®mico y por poblaci¨®n, debiera superar, caso de Ucrania, Hungr¨ªa, Holanda, Cuba o Corea del Sur y est¨¢ muy lejos todav¨ªa de sus vecinos: Francia (33) e Italia (31).

La escasez de medallas de oro retrasa al vig¨¦simo lugar del medallero a la delegaci¨®n espa?ola. Los tres t¨ªtulos obtenidos por el gimnasta Deferr en salto, los regatistas Iker Mart¨ªnez y Xabier Fern¨¢ndez en la clase 49er y el palista David Cal en C-1 1.000 metros, son superados por pa¨ªses que no han subido tantas veces al podio. Pero Suecia y Brasil han logrado 4 medallas de oro, Noruega 5, Grecia 6 o Hungr¨ªa 8. Eso les sit¨²a por delante seg¨²n el primer criterio del COI para establecer la jerarqu¨ªa, a pesar de que, seg¨²n el segundo criterio, el n¨²mero total de medallas, Espa?a estar¨ªa, por delante de esos pa¨ªses, en el puesto decimocuarto.

El problema m¨¢s evidente para el deporte espa?ol es que no es capaz de sacar cabeza en los deportes ol¨ªmpicos por excelencia, especialmente en nataci¨®n, donde s¨®lo han dado se?ales de vida Erika Villa¨¦cija y el equipo femenino de relevos. Tampoco ha estado a la altura que se esperaba en atletismo, a pesar de las medallas obtenidas por Paquillo Fern¨¢ndez en los 20 kil¨®metros marcha y el cubano nacionalizado espa?ol Joan Lino Mart¨ªnez en salto de longitud. En gimnasia, cuanto menos, se ha progresado. Al t¨ªtulo de Deferr hay que a?adir el bronce de Patricia Moreno, de 16 a?os, en la final de suelo, el hist¨®rico quinto puesto de Rafael Mart¨ªnez en el concurso m¨²ltiple individual, los puestos de finalistas de V¨ªctor Cano y Elena G¨®mez y la quinta plaza del equipo femenino.

El voleibol y el f¨²tbol son dos de los deportes en los que Espa?a ni siquiera estuvo representada en Atenas. En el resto, promet¨ªa grandes noticias que, una por una, fueron desvaneci¨¦ndose. En baloncesto y en balonmano, tanto en hombres como en mujeres, cay¨® el d¨ªa m¨¢s decisivo, el de cuartos de final. Al menos ilusion¨®, se mostr¨® m¨ªnimamente competitiva y mostr¨® signos esperanzadores con deportistas de alt¨ªsimo nivel como Gasol, Amaya Valdemoro, Barrufet o Cristina G¨®mez o la nueva ola del equipo de hockey hierba masculino. El waterpolo contin¨²a en declive despu¨¦s de la excelente generaci¨®n que obtuvo plata en Barcelona y oro en Atlanta. Por unas u otras causas, ning¨²n equipo consigui¨® medalla. Eso no suced¨ªa desde 1988 en Se¨²l. Un dato similar al de los deportes de contacto como el taekwondo o el yudo. Tambi¨¦n se echaron de menos medallas en las pruebas de ciclismo en carretera, nataci¨®n sincronizada, gimnasia r¨ªtmica y tenis.

La vela volvi¨® a ser una mina, el ciclismo en pista la imit¨®, la gimnasia, el atletismo, la h¨ªpica, el voley-playa, el doble femenino de tenis, el tiro y David Cal en pirag¨¹ismo, completaron el cuadro de medallas. Los 19 metales surgieron de s¨®lo nueve de los 29 deportes que conforman el programa ol¨ªmpico. Un dato que ilustra las lagunas del deporte espa?ol.