Bush acude a la convenci¨®n republicana con una ligera ventaja sobre Kerry en los sondeos
El presidente pretende ofrecer un mensaje moderado para atraer a los votantes indecisos
En una convenci¨®n protegida por medidas de seguridad "sin precedentes", seg¨²n Tom Ridge, secretario de Seguridad Nacional, el Partido Republicano abre hoy sus cuatro d¨ªas de fiesta pol¨ªtica que culminar¨¢n el jueves por la noche con la proclamaci¨®n de la candidatura de George W. Bush. Por primera vez en seis meses, el presidente encabeza -por la m¨ªnima- los sondeos. Aunque faltan nueve semanas para las elecciones y a¨²n son muchas las personas que creen que EE UU no va en la direcci¨®n adecuada, la convenci¨®n de Nueva York coincide con cierto desplome del candidato dem¨®crata.
En la convenci¨®n, los republicanos van a arropar al presidente cerrando filas, recurriendo a la evocaci¨®n del 11-S en la ciudad que m¨¢s lo sufri¨® -de la mano del ex alcalde Rudy Giuliani- y maquillando los aspectos m¨¢s radicales del Gobierno con un mensaje de moderaci¨®n. Los oradores populistas y moderados y los l¨ªderes intervendr¨¢n en prime time y los m¨¢s ultras se dirigir¨¢n a las gradas vac¨ªas del Madison Square Garden a las cuatro de la tarde.
Mientras tanto, Bush -que desperdici¨® despu¨¦s del 11-S la oleada de apoyo internacional y nacional y su enorme ventaja para encontrarse ahora en situaci¨®n vulnerable y peleando por cada voto- no se concede un minuto de descanso. Y cuando los delegados est¨¦n escuchando a los oradores y divirti¨¦ndose en las fiestas o sorteando las manifestaciones en una ciudad hostil -por abrumadoramente dem¨®-crata-, el presidente seguir¨¢ recorriendo los lugares en los que se juega su futuro. El viernes por la noche estuvo en Florida, el s¨¢bado en Ohio -lleva 22 visitas a este decisivo Estado-, ayer visit¨® Virginia, hoy estar¨¢ en Tennessee y ma?ana volver¨¢ a Iowa y Ohio.
Bush mantiene siempre el mismo gui¨®n: destaca, sin entrar en detalles, lo que considera logros internacionales: echar a los talibanes de Afganist¨¢n y a Sadam Husein de Irak, fortalecer la guerra contra el terrorismo, y nacionales: recortar impuestos, reformar el seguro m¨¦dico de la tercera edad, y pide cuatro a?os m¨¢s "para que EE UU sea m¨¢s seguro y d¨¦ m¨¢s oportunidades a sus ciudadanos". Hace cuatro a?os predic¨® el "conservadurismo compasivo", prometi¨® recortes fiscales para repartir la bonanza del super¨¢vit presupuestario y asegur¨® que evitar¨ªa aventuras militares en el exterior. Pero todo ello ocurri¨® antes del 11-S.
Ahora, por primera vez desde el invierno, Bush se ha puesto por delante de su rival dem¨®crata, John Kerry, en los sondeos, aunque por un margen escaso. ?Por qu¨¦ se han invertido la tendencia? Por la dedicaci¨®n de Bush a la campa?a y por el da?o sufrido por Kerry en el debate sobre su pasado en Vietnam, pero tambi¨¦n porque Bush llega m¨¢s a la gente con un mensaje sencillo y f¨¢cil de entender. Aunque en muchas ocasiones la realidad vaya por otro lado -en la guerra antiterrorista, en Irak, en el empleo- y aunque este presidente causa un enorme rechazo en medio pa¨ªs, el otro medio tiene la percepci¨®n de que es m¨¢s fiable a la hora de luchar contra el terrorismo y de dirigir el pa¨ªs.
Y esa percepci¨®n es importante, porque el nivel de politizaci¨®n en EE UU es bajo: que el cuerpo electoral est¨¦ dividido al 50% no quiere decir que la sociedad est¨¦ ideologizada en uno u otro sentido. Seg¨²n el viejo modelo establecido por el polit¨®logo Philip Converse, s¨®lo el 10% de los norteamericanos se manejan en el territorio de la ideolog¨ªa. El 42% vota por intereses propios, de tipo econ¨®mico o social. Un 25% vota a favor o en contra en funci¨®n de que crea que las cosas van bien o mal, y un 22% del electorado elige al presidente por factores dif¨ªciles de objetivar.
Mili tramposa
A los votantes, seg¨²n el ¨²ltimo estudio del Pew Center, les interesan, por este orden, la econom¨ªa, el terrorismo, el seguro m¨¦dico, Irak y la educaci¨®n. Y en el barullo de la campa?a, Kerry no logra imponer sus propuestas, de forma que da la impresi¨®n de que no las tiene, o que no se diferencian demasiado de las de la Casa Blanca. Bush hizo una mili tramposa y Kerry fue a Vietnam, pero la pol¨¦mica le afecta m¨¢s al dem¨®crata que al presidente, que, en todo caso, prefiere que se hable de aquella guerra y no de la de Irak; Bush va a ser el primer presidente desde hace 70 a?os que no crea empleo, pero Kerry no acaba de enarbolar con fuerza el discurso sobre la econom¨ªa ni sobre los alarmantes d¨¦ficit.
Y el presidente, que ha dividido en lugar de unir -como prometi¨® en el a?o 2000-, ahora impulsa el mensaje de conservadurismo compasivo: asegurada la base m¨¢s r¨ªgida y religiosa -porque no tiene otro sitio donde ir y porque ha recibido una atenci¨®n preferente- el partido ofrecer¨¢ en Nueva York una moneda con dos caras: la de la dureza en la lucha contra el terrorismo y la de la moderaci¨®n, para intentar no perder al sector de los que en tiempos de Reagan se denominaban republicanos de California. ?Todo ello a tiempo de evitar la derrota en noviembre? Quedan dos meses para saberlo.
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