Milosevic acusa a Occidente de haberse confabulado para destruir Yugoslavia
El ex presidente serbio, acusado de genocidio y cr¨ªmenes de guerra, comienza su defensa
El ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic compareci¨® ayer como el abogado de su propia causa ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) y acus¨® a Estados Unidos, la Uni¨®n Europea y el Vaticano de haberse confabulado para destruir su pa¨ªs. Seg¨²n su versi¨®n de las guerras de los Balcanes, la comunidad internacional brind¨® armas a terroristas, grupos isl¨¢micos radicales y neonazis para que aniquilaran a los serbios. Todo lo dem¨¢s son "mentiras repugnantes" arrojadas sobre su pueblo. Acusado de genocidio y cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad en el conflicto, Milosevic dispone de 150 d¨ªas para demostrar que los cargos en su contra son falsos.
Sereno, con buen aspecto y su eterna corbata con los colores de la bandera yugoslava anudada al cuello, Milosevic tom¨® ayer las riendas de su caso con mano firme. Los jueces del TPIY y la acusaci¨®n estaban preparados para escuchar una calificaci¨®n de los hechos transformada en soflama pol¨ªtica, pero el procesado se super¨® a s¨ª mismo.
Primero dijo que cuatro horas no eran suficientes para la presentaci¨®n y pidi¨® el mismo trato que la acusaci¨®n, que dispuso de tres d¨ªas hace dos a?os. La sala le otorg¨® 90 minutos m¨¢s para que concluya hoy con su intervenci¨®n preliminar. A las quejas siguieron las acusaciones. Abogado de profesi¨®n antes de convertirse en l¨ªder serbio, Milosevic es poco dado a la s¨ªntesis y se remont¨® a la historia de Serbia, y en especial a la Segunda Guerra Mundial. Una vez situado en dicho periodo, compar¨® el conflicto de los Balcanes con "el genocidio de los serbios a manos de croatas fascistas en 1941".
Sigui¨® por ese camino hasta que Patrick Robinson, presidente de la sala, le amonest¨® por no abordar el pasado reciente: "La mayor parte de lo que ha dicho no sirve como prueba. Pueden darse algunas pinceladas hist¨®ricas, pero cont¨¦ngase. Sobre todo si pretende que consideremos su petici¨®n de concederle alg¨²n tiempo adicional para que termine su presentaci¨®n".
Poco dispuesto a ser interrumpido de nuevo, Milosevic aceler¨® entonces el paso y desemboc¨® en Croacia en 1991, al principio de las guerras de los Balcanes. "Miles de serbios fueron asesinados o expulsados de sus hogares en Croacia antes de que el Ej¨¦rcito yugoslavo actuara. Pero durante a?os se ha presentado al p¨²blico internacional una imagen distorsionada y falsa de lo que pas¨® en Yugoslavia", afirm¨®. Una maniobra orquestada, en su opini¨®n, por Alemania y el Vaticano, con ayuda de Estados Unidos y la Uni¨®n Europea. Seg¨²n esta teor¨ªa, los verdaderos conjurados contra su pueblo fueron el papa Juan Pablo II y dos antiguos ministros de Exteriores alemanes, Hans-Dietrich Genscher y Klaus Kinkel, "por razones geoestrat¨¦gicas e hist¨®ricas". El resultado no pudo ser m¨¢s concreto: la aniquilaci¨®n de los serbios de Croacia, Bosnia y Kosovo.
Despu¨¦s de haber parafraseado con este argumento la limpieza ¨¦tnica del resto de las etnias de la antigua Yugoslavia -crimen del que se le acusa- hasta convertirla en martirio de los serbios a manos del resto del mundo, Milosevic alab¨® el valor de su pueblo. "Mi pa¨ªs fue aislado y excluido de la ONU s¨®lo porque no acept¨® su propia destrucci¨®n", asegur¨®. Luego le llegar¨ªa el turno al TPIY, cuya autoridad sigue sin reconocer. "Esta Corte es la forma m¨¢s grave de discriminaci¨®n contra mi pa¨ªs. ?Por qu¨¦ no se ha creado una igual para todas las guerras?", pregunt¨®. Seg¨²n ¨¦l, es una transgresi¨®n flagrante del Derecho Internacional que los jueces que le procesan puedan decidir sobre su propia legitimidad. Por eso pidi¨®, una vez m¨¢s, que el Tribunal Internacional de Justicia, tambi¨¦n con sede en La Haya, se pronuncie sobre la validez jur¨ªdica del Tribunal para Yugoslavia.
Seg¨²n sus asesores legales, un equipo que no aparece en la sala pero que est¨¢ siempre a su lado, Milosevic quiere dejar bien claro en La Haya que fue el pacificador de los Balcanes, el hombre que trat¨® de evitar la desaparici¨®n de Yugoslavia, "un pa¨ªs europeo y multicultural". Para apoyar esta tesis, el ex presidente serbio espera interrogar a partir de la pr¨®xima semana a m¨¢s de un millar de personas, si bien la cifra definitiva no ha sido desvelada.
Una defensa tan personalizada e intensa puede agudizar a¨²n m¨¢s sus problemas de coraz¨®n, hecho que el TPIY analizar¨¢ hoy. La posible presencia de un letrado que por lo menos le ayude a llevar el caso ser¨¢ tambi¨¦n evaluada por la sala. Ambas cuestiones de procedimiento prolongar¨¢n esta fase procesal hasta ma?ana. El pr¨®ximo martes se espera la aparici¨®n de los primeros testigos.
Una oficina en la c¨¢rcel
El m¨¢s notorio de los procesados por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), Slobodan Milosevic, dispone de tres recintos en la c¨¢rcel de Naciones Unidas en Scheveningen, enclave mar¨ªtimo del municipio de La Haya. Junto a su celda cuenta con un archivo y, desde que se defiende ¨¦l solo, con una oficina.
Aunque el espacio que ocupa todo ello es reducido y el ordenador que utiliza carece de conexi¨®n a Internet y de correo electr¨®nico, Milosevic recibe frecuentes visitas de sus tres asesores legales. Se trata de Zdenko Tomanovic, Dragan Krgovic y Dragoslav Ognjanovic, que le ayudan a recopilar informaci¨®n y documentos desde el inicio del juicio.
A pesar de que no reconoce la competencia del TPIY para juzgarle, y por eso rechaza que le represente otro letrado, Milosevic ha demostrado que sus leales siguen al pie de la letra sus indicaciones. De los testigos presentados por la acusaci¨®n, ya fueran ciudadanos an¨®nimos o pol¨ªticos, conoc¨ªa detalles privados que utiliz¨® para desacreditarles.
Si los jueces le acaban imponiendo la presencia de un abogado, en inter¨¦s de la justicia y para que no vuelva a ponerse enfermo, el elegido deber¨¢ ser algo m¨¢s que un buen profesional. Deber¨¢ contar con la confianza de un procesado que ha demostrado no fiarse de nadie y que tiene lejos a los suyos.
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