La costa del hach¨ªs
Espa?a es el gran bazar europeo del hach¨ªs. Desde que los narcotraficantes marroqu¨ªes cruzaron el Estrecho e instalaron su mercado del hach¨ªs en el sur y el levante espa?ol, los grupos de delincuencia internacional acuden a nuestro pa¨ªs a proveerse de la droga con que abastecer a sus redes de distribuci¨®n europeas. Es un negocio floreciente que atrae igualmente a tramas del hampa y a reciclados ladrones de guante blanco. Los ¨²ltimos en llegar son criminales de los pa¨ªses del Este, que han introducido las armas de fuego en un comercio tradicionalmente menos violento. La conexi¨®n, descubierta recientemente, entre narcos colombianos de la coca¨ªna y tramas marroqu¨ªes del hach¨ªs que dominan las rutas de paso a la Pen¨ªnsula constituye un nuevo motivo de alarma en un ¨¢rea ya saturada de grupos de delincuencia organizada.
En 2003, la polic¨ªa espa?ola aprehendi¨® un total de 725 toneladas de hach¨ªs, lo que supone el primer puesto en el 'ranking' europeo de las capturas de esta droga
El mapa de la delincuencia internacional asentada en Espa?a ha cambiado desde que los narcotraficantes marroqu¨ªes ponen a la venta su mercanc¨ªa aqu¨ª
"T¨¦cnicamente, no podemos hablar de mafias porque los grupos organizados que act¨²an aqu¨ª no tienen la capacidad de corromper a los poderes", dice Villabona
El comisario Villabona cree que el privilegiado clima de la Costa del Sol es un elemento que contribuye a explicar la alta presencia de la criminalidad organizada
Los delincuentes que operan en esta parte de la costa espa?ola son mayoritariamente espa?oles. De los 4.346 arrestados el a?o pasado, 1.300 eran extranjeros
La conversaci¨®n transcurre en una venta de la sierra malague?a de la Axarqu¨ªa mientras la tarde languidece. La terraza del local es un balc¨®n perfecto desde el que se divisan las laderas pobladas de blancos cortijos que descienden directamente sobre el mar. Con las manos apoyadas en la balaustrada, el joven polic¨ªa echa un r¨¢pido vistazo a la franja mar¨ªtima costera antes de fijar su mirada en un punto indeterminado de los pliegues monta?osos. "Un d¨ªa de ¨¦stos iremos a por las dos toneladas de hach¨ªs que sabemos que ocultan en una de esas casas", dice. "Nosotros seguimos peleando, aunque cada vez me convenzo m¨¢s de que ¨¦sta es una batalla perdida de antemano". El informativo de la radio cuenta en ese momento que un barco cargado con cuatro toneladas y media de coca¨ªna ha sido interceptado en aguas espa?olas. "Cuando entr¨¦ en la polic¨ªa, en 1976", comenta entonces el otro agente sentado a la mesa con el periodista, "me dieron una felicitaci¨®n p¨²blica por haber participado en el decomiso de 80 gramos de coca. En mi servicio, habl¨¢bamos con ansiedad del d¨ªa en que llegar¨ªamos a pillar un kilo".
El a?o pasado, la polic¨ªa espa?ola aprehendi¨® un total de 725 toneladas de hach¨ªs, un r¨¦cord que a?adir a otros anteriores y que sumar al primer puesto en el ranking europeo de las capturas de esta droga. Parece claro que Espa?a hace sus deberes en esta materia, pero a nadie se le escapa que el t¨ªtulo continental viene tambi¨¦n determinado por el hecho de que nuestro pa¨ªs es la plataforma preferente para la introducci¨®n de la droga en Europa. ?Y qu¨¦ parte de la droga es decomisada por los servicios policiales espa?oles? Si un agente local que trabaja a pie de playa y en la calle vigilando los desembarcos y el trapicheo cree que probablemente no llegue al 10%, un responsable provincial de la Costa del Sol eleva ese porcentaje al 30%-35%, y un alto cargo de la Polic¨ªa Judicial sostiene que se decomisa entre el 65% y el 70% de la droga que entra en Espa?a.
Por lo que se refiere al hach¨ªs, la droga reina que con su color arcilloso colorea m¨¢s intensamente la costa sur y el levante espa?ol, los ¨²nicos que podr¨ªan dar una respuesta fundada son, claro est¨¢, los productores y exportadores marroqu¨ªes. Pero todo lo que se sabe es que seg¨²n un estudio avalado por las Naciones Unidas, los cultivadores de hach¨ªs de la zona del Rif ingresaron el pasado a?o 186 millones de euros, frente a los 1.395 millones que se embolsaron los traficantes. Lo que se sabe es que el dinero que los ciudadanos marroqu¨ªes asentados en Espa?a env¨ªan a su pa¨ªs se ha quintuplicado en los ¨²ltimos cuatro a?os, hasta alcanzar en 2003 los 300 millones de euros, sin que ese espectacular incremento responda al aumento del n¨²mero de inmigrantes y a sus ingresos. El hach¨ªs es el primer pilar de la econom¨ªa en el norte de Marruecos.
El caso es que el mapa de la delincuencia internacional asentada en Espa?a ha cambiado sustancialmente desde que los narcotraficantes marroqu¨ªes decidieron poner su mercanc¨ªa a la venta en Espa?a. Tienen razones poderosas: el kilo de hach¨ªs que cualquier peque?o traficante puede adquirir en Marruecos a 150 euros se vende en Espa?a a 500 o 600 euros. "Es un margen de ganancia tan enorme que les compensa los riesgos de traer aqu¨ª la mercanc¨ªa, almacenarla y sacarla a la venta", indica el jefe de una de las secciones de la Udyco (unidades policiales de lucha contra la droga y el crimen organizado) con sede en M¨¢laga.
Atr¨¢s quedaron los a?os en que las potentes lanchas fuera borda de Gibraltar tra¨ªan en jaque a la Guardia Civil costera. "Ahora, los traficantes marroqu¨ªes llegan con la droga a la playa y la almacenan en casas, villas o cortijos alquilados, alquilan o compran furgonetas y coches, contratan en los pueblos de la costa a los gorriones (j¨®venes camellos que vigilan los movimientos de la polic¨ªa), a las burras (porteadores), a los ch¨®feres. Aunque tambi¨¦n tienen redes propias que llegan hasta Italia, Alemania, Holanda y m¨¢s lejos", indica este funcionario policial.
Por tierra, mar y aire
Ahora lo que hay es una invasi¨®n por mar, tierra y aire; una invasi¨®n que ni el celo policial, ni los medios t¨¦cnicos puestos en la lucha contra el tr¨¢fico de inmigrantes y de droga, muy particularmente el SIVE (Sistema Integral de Vigilancia en el Estrecho), un sofisticado dispositivo de visores nocturnos que permite detectar el tr¨¢fico mar¨ªtimo en una amplia banda, consiguen detener.
"La cosa funciona de la siguiente manera", explica un vecino de Nerja, por lo visto buen conocedor del asunto. "T¨² tienes que estar localizable con tu m¨®vil. Te citan en un punto, a una hora determinada de la noche. De all¨ª te llevan en los 4¡Á4 a la playa a la que va a llegar la barca. Nada m¨¢s aparecer, te metes en el agua y a toda velocidad descargas los fardos, que suelen pesar unos 30 kilos cada uno. Como generalmente son unos 2.000 kilos en total y hay otros cinco, seis o siete m¨¢s como t¨², no se tarda ni 10 minutos y puedes sacar, seg¨²n el cargamento, entre 1.800 y 3.000 euros. Los ch¨®feres ganan m¨¢s, claro, pero es que son de la organizaci¨®n, gente de mucha confianza porque se encargan de trasladar la mercanc¨ªa a los escondites".
Bajo la declaraci¨®n inicial del "no s¨¦ nada", "no tengo ni idea", discurren por la Costa del Sol comentarios soterrados sobre las sospechosas actividades de los vecinos. Suelen ser informaciones ap¨®crifas, pero no todas merecen el desd¨¦n de la polic¨ªa. "Algo hay de eso", dice un agente, a prop¨®sito del rumor seg¨²n el cual algunos pesqueros del ¨¢rea de V¨¦lez estar¨ªan implicados en el tr¨¢fico. "Aunque no la descargan en el puerto, eso seguro; lo que hacen es fondear no muy lejos de la costa y echar la mercanc¨ªa al mar para que la recojan luego los buzos" (...). "Es cierto, los traficantes de la zona se instalan detr¨¢s de una gasolinera que hay pasando Algarrobo. Tienen unos puestos de venta de frutas y verduras para disimular, pero venden de todo: hach¨ªs de primera, de segunda y de tercera; coca¨ªna, pastillas y hasta papeles y pistolas de encargo. Lo que pasa es que trabajan por pedidos y siempre tienen gente vigilando, toman muchas precauciones (...) Bueno, s¨ª, parece que los de Almayate est¨¢n siendo se?alados. Ya tuvieron un alcalde detenido con unos kilos de coca¨ªna". Debe de ser ¨¦sta la raz¨®n de que, a la entrada del municipio, alguien se haya servido de un gran panel publicitario de carretera para pintar con grandes caracteres: "Est¨¢s en Almayate, Mafia". El pueblo participa desde luego de un frenes¨ª constructor, extraordinario incluso para la Costa del Sol.
"T¨¦cnicamente, no podemos hablar de mafias porque los grupos organizados que act¨²an aqu¨ª no re¨²nen los requisitos necesarios, como el de la capacidad de corromper a los poderes, para calificarles con este t¨¦rmino", explica el comisario jefe provincial de M¨¢laga, Florentino Villabona. A su juicio, la implicaci¨®n ocasional de algunos polic¨ªas -tres guardias civiles de M¨¢laga est¨¢n ahora procesados- carece de la entidad suficiente como para hablar de mafia.
"Las tramas marroqu¨ªes del hach¨ªs se llevan casi todo el dinero a Marruecos; ya sea en met¨¢lico, como el otro d¨ªa, que interceptamos en Ceuta una furgoneta con dos millones de euros en libras esterlinas, o a trav¨¦s de m¨²ltiples transacciones bancarias de peque?as cantidades, que es un buen m¨¦todo para no levantar sospechas", indica un agente especializado en la lucha contra el blanqueo. Eso puede explicar el vertiginoso incremento de las remesas de dinero atribuidas gen¨¦ricamente a los trabajadores marroqu¨ªes. "Cuando los grandes grupos de la delincuencia internacional invierten aqu¨ª, lo hacen con dinero registrado a nombre de sociedades que tienen sus sedes en para¨ªsos fiscales. Compran grandes mansiones y, tambi¨¦n, viviendas, restaurantes, bares de alterne..., como parte de su infraestructura y tambi¨¦n como inversi¨®n, aunque en seg¨²n qu¨¦ casos, por la necesidad del blanqueo, no les importa mantener durante a?os un negocio a todas luces ruinoso. Sea como sea, esto del blanqueo es muy dif¨ªcil de probar, y de hecho, tenemos muy pocas sentencias favorables. Yo pierdo casi todos los rastros en Gibraltar o en Andorra", reconoce este agente.
"Aqu¨ª queremos, pero no queremos. Como queremos que el dinero se sienta c¨®modo, el extranjero que no declara sus inversiones incurre simplemente en una falta administrativa, y los polic¨ªas necesitamos un mandamiento judicial para consultar cualquier dato de Hacienda o de los bancos. Hay que tener en cuenta, adem¨¢s, que los billetes de 500 euros facilitan mucho la ocultaci¨®n del dinero. Yo creo que en materia de narcotr¨¢fico deber¨ªa invertirse la carga de la prueba, de forma que sean ellos y no nosotros quienes tengan que explicar la procedencia del dinero. La gente alucinar¨ªa si viera las casas de los traficantes forradas de millones".
Si el precio de un kilo de hach¨ªs comprado en Marruecos se multiplica por tres o cuatro al llegar a Espa?a, ese mismo kilo puesto en el Reino Unido o Alemania cuesta ocho, nueve o diez veces m¨¢s. Eso explica que los grupos de criminalidad organizada europea tengan permanentemente abierta la sucursal en nuestro pa¨ªs. La sucursal Espa?a es la encargada de comprar el hach¨ªs a los traficantes marroqu¨ªes y de ingeni¨¢rselas para hacerlo llegar a sus respectivos pa¨ªses. Una de las sucursales inglesas estuvo mandando el hach¨ªs a su pa¨ªs a trav¨¦s de una empresa dedicada a la exportaci¨®n de tomates. Los traficantes compraban grandes partidas de tomates que trataban y enlataban en sus instalaciones, pero las latas de cinco kilos s¨®lo conten¨ªan en realidad dos kilos de tomates. Los otros tres eran bolas de hach¨ªs envasadas al vac¨ªo. "Son gente muy laboriosa y seria. Entraban a trabajar a las ocho de la ma?ana y sal¨ªan a las cinco de la tarde", dice un agente de la Udyco.
El comisario jefe de M¨¢laga cree que el privilegiado clima de la Costa del Sol es un elemento que contribuye tambi¨¦n a explicar la elevada presencia de grupos de la criminalidad organizada. "Muchos extranjeros adinerados han encontrado aqu¨ª su para¨ªso. Por supuesto, la delincuencia se presenta all¨ª donde hay dinero y negocio, pero es que, adem¨¢s, tambi¨¦n ellos aprecian este clima, este tipo de vida. "Hemos tenido que crear una unidad especial para la localizaci¨®n del centenar largo de s¨²bditos extranjeros fugitivos de la justicia y con ¨®rdenes internacionales de b¨²squeda y captura que se supone viven aqu¨ª en la Costa del Sol, camuflados entre millones de turistas". No es f¨¢cil, porque esos tipos manejan documentos de identidad y pasaportes falsos.
Estereotipos y 'habilidades'
Aunque casi la mitad de las bandas tienen un componente mixto -los delincuentes detenidos el pasado a?o pertenecen a un centenar de nacionalidades-, los estereotipos acu?ados en funci¨®n de la nacionalidad exclusiva o dominante en los grupos siguen estando vigentes entre los polic¨ªas.
As¨ª, los b¨²lgaros especializados en robos a la carta de veh¨ªculos de lujo son considerados como los delincuentes m¨¢s completos. "Le pegan a todo y casi todo lo hacen bien: drogas, tr¨¢fico de armas, prostituci¨®n, falsificaci¨®n de documentos, moneda falsa. Se mueven tambi¨¦n por Madrid y Barcelona".
- Rusos. "Empezaron muy fuerte, comprando urbanizaciones enteras y con ajustes de cuentas entre ellos, pero ahora han optado por pasar inadvertidos. Muchos se han largado a Levante".
- Rumanos. "Nos hicieron todas las cabinas telef¨®nicas de la Costa del Sol con taladradoras. Robos de domicilios y tirones, empleo de tarjetas de cr¨¦dito robadas, prostituci¨®n y droga. Nos disparan las estad¨ªsticas de delitos y crean mucha alarma social".
- Estonios. "Estonia debe de tener un mill¨®n y medio de habitantes o as¨ª, pero aqu¨ª tenemos la impresi¨®n de que son 200 millones. Es como si todos los delincuentes estonios estuvieran aqu¨ª. Son h¨¢biles. Funciona la ley del silencio".
- Lituanos. "Como los estonios, son gente que tiene asumida la violencia. No sienten ning¨²n respeto por la vida humana. Muchos cuentan con experiencia militar. El a?o pasado detuvimos a 19 lituanos integrados en la red que secuestr¨® en Marbella a un multimillonario brit¨¢nico. Algunos trabajaban de matones de discoteca en Valencia y Murcia".
Al tr¨¢fico, a la falsificaci¨®n de todo tipo de documentos y, desde luego, a la prostituci¨®n se han sumado igualmente grupos nigerianos, "gente resabiada y con expertos inform¨¢ticos".
Pero si las prostitutas son la avanzadilla de estas mafias, como afirman algunos expertos, ya se puede asegurar que los grupos del Este europeo y los latinoamericanos y africanos tienen proyectos para afincarse en nuestro pa¨ªs. Florentino Villabona cree que, de hecho, hay un "efecto llamada" entre los delincuentes del Este europeo a causa de la legislaci¨®n penal espa?ola. "En mi opini¨®n, estamos construyendo un sistema de impunidad porque ellos piensan que les compensa arriesgarse a venir aqu¨ª a delinquir. No se puede conmutar la pena de dos o tres a?os de c¨¢rcel por la de expulsi¨®n como se ha estado haciendo porque, cuando se les expulsa, ellos vuelven y vuelven a delinquir. Ser¨ªa conveniente que la vulneraci¨®n de la orden de expulsi¨®n conllevara c¨¢rcel".
En todo caso, la relaci¨®n de detenidos a lo largo del pasado a?o muestra que tambi¨¦n los delincuentes que operan en esa parte de la costa son mayoritariamente espa?oles. De los 4.346 arrestados, 1.300 eran extranjeros.
La historia de 'El Bar¨®n'
AL NEGOCIO del hach¨ªs se han incorporado algunos delincuentes cl¨¢sicos que operaban en la Costa del Sol. El comisario jefe provincial de M¨¢laga recuerda al franc¨¦s Bernard Andr¨¦, El Bar¨®n, nacido en Toulouse en 1947. Se dir¨ªa que tiene con ¨¦l esa particular relaci¨®n, psicol¨®gicamente intensa, que hace que a veces polic¨ªas y delincuentes lleguen a reconocerse mutuamente en su condici¨®n de enemigos. "Era el mejor ladr¨®n de casas que hab¨ªa en esta zona. Vest¨ªa como un gentleman y frecuentaba los locales de lujo. Seleccionaba a sus v¨ªctimas por el modelo del coche. Les segu¨ªa hasta sus casas y por la noche entraba a robar. Era impecable en su trabajo, tan sigiloso que desvalijaba a sus v¨ªctimas dormidas. Lo peor era que nunca dejaba una huella. Nos tra¨ªa por la calle de la desesperaci¨®n. Cuando, despu¨¦s de dos meses de trabajo intenso, dimos, por fin, con uno de sus pisos de seguridad, nos sali¨® una mujer que nos dijo aquello de: 'Lo siento, pero El Bar¨®n ha salido'. Era verdad. Pocos d¨ªas despu¨¦s recib¨ª una llamada en mi despacho: 'Soy El Bar¨®n. Est¨¢ dif¨ªcil pillarme, ?verdad?'. No me lo pod¨ªa creer. Le contest¨¦: 'S¨ª, pero yo tengo toda la vida para cogerte'. ?l me colg¨®. Unos meses despu¨¦s me llamaron de comisar¨ªa porque un detenido insist¨ªa en verme. Era El Bar¨®n, le hab¨ªamos pillado con un asunto de tarjetas de cr¨¦dito falsificadas y un Rolex de oro robado. Muy educado y elegante, me cont¨® en un espa?ol perfecto que el robo de domicilios se estaba poniendo peligroso y que hab¨ªa pensado en pasarse al hach¨ªs. Estuvo encarcelado unos meses, pendiente de que le extraditaran a Burdeos, pero nunca conseguimos expulsarlo.
Le perdimos la pista hasta que un d¨ªa me llamaron para que supervisara una operaci¨®n que hab¨ªamos culminado con ¨¦xito. Como se hace en estos casos, se separa la droga incautada, el dinero, las llaves y los tel¨¦fonos m¨®viles. Estaba felicitando a la patrulla cuando empez¨® a sonar uno de los m¨®viles incautados. Lo cog¨ª y vi que en la pantallita aparec¨ªa el nombre de El Bar¨®n. Me acord¨¦ de que me hab¨ªa dicho que iba a pasarse al hach¨ªs y supuse que llamaba para ver si todo hab¨ªa ido bien. '?Estos 11 millones son tuyos?', pregunt¨¦. Hubo un largo silencio y luego dijo: '?Pero qui¨¦n eres?'. 'Soy el comisario Floriano'. No contest¨® y ya no he vuelto a tener noticias suyas".
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