EE UU vuelve al papel

El sistema de votaci¨®n electr¨®nico que se ha puesto a prueba en varios Estados de EE UU ha demostrado no tener los problemas de las papeletas. Los puede tener mucho peores. El software puede fallar -a causa de un mal funcionamiento, un apag¨®n o del sabotaje de piratas inform¨¢ticos- y borrar de la memoria el c¨®mputo de algunos votos, o de todos. Y salvo que se duplique el registro en papel, mediante resguardos a cada elector, no hay posibilidad de hacer un recuento. Eso sin contar el potencial de manipulaci¨®n del c¨®digo central de los programas.

La negativa de los fabricantes de urnas electr¨®nicas a someter sus c¨®digos a alg¨²n tipo de control p¨²blico ha contribuido a alimentar las hip¨®tesis conspiratorias. Los tres principales empresas, Diebold, Sequoia y Elections Systems & Software (ES&S), rechazan las cr¨ªticas y afirman que el secreto del c¨®digo es una obligaci¨®n contractual contra¨ªda con sus clientes, que en este caso son los gobiernos de condados y Estados de EE UU.

Diebold ha estado particularmente en la mirilla porque su consejero delegado, Walden O'Dell, que es republicano como Bush, declar¨® recientemente que har¨ªa "lo posible por asegurar que el presidente ganara en Ohio". Enseguida le achacaron intenciones fraudulentas, pero la sospecha ten¨ªa un fallo clave: Ohio no va a votar electr¨®nicamente. Lo que s¨ª se ha comprobado son numerosas vulnerabilidades en su sotfware. Dos an¨¢lisis realizados por la Universidad de Johns Hopkins y Raba Technologies detectaron seis puntos d¨¦biles de los programas de Diebold. Pero los problemas no son exclusivos de Diebold, sino que han ocurrido en urnas de todas las marcas.

En una reciente prueba en California, las m¨¢quinas no registraron votos en espa?ol, y tambi¨¦n en ese Estado -en las elecciones del pasado marzo en San Diego-, miles de electores se quedaron sin votar porque no hubo manera de que se encendieran las urnas. Tambi¨¦n en Florida, en 2002, se perdieron miles de votos por fallos del software.

Presupuesto millonario

Tras las controvertidas elecciones de 2000 con las papeletas de perforaci¨®n en Florida que dieron el triunfo a Bush, el Congreso aprob¨® un presupuesto de 3.900 millones de d¨®lares para la modernizaci¨®n electoral en todo el pa¨ªs en 2006. Pero como el sistema electoral de Estados Unidos es completamente descentralizado, s¨®lo 28 de los 50 Estados lo han adoptado hasta el momento y ni siquiera de manera uniforme, dado que la decisi¨®n la toman por separado los 3.100 condados del pa¨ªs.

La fiabilidad de la votaci¨®n electr¨®nica es crucial de cara a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo 2 de noviembre, en las que alrededor de 50 millones de estadounidenses (casi un 30% del electorado registrado) va a votar en urnas electr¨®nicas. Nevada es el ¨²nico Estado en el que las m¨¢quinas emitir¨¢n un recibo al votante; del resto, unos est¨¢n debatiendo si hay tiempo para instalar mecanismos de impresi¨®n y otros ya han decidido no hacerlo. Cada readaptaci¨®n cuesta unos 700 d¨®lares por urna y hay decenas de miles de urnas: s¨®lo en el condado de Miami-Dade hay 7.200.