Nos echan

Con los inv¨¢lidos toritos de N¨²?ez la fiesta recuper¨® el estado actual en la que la tienen sumida los taurinos. Un parip¨¦ vergonzante que nada tiene que ver con una corrida de toros. El rodar por los suelos de los de N¨²?ez junto a c¨®mo va la feria augura para la pr¨®xima temporada que la media plaza que se ocupa se convierta en cuarto de plaza. Nos echan. Para colmo, Javier Conde, con su actitud pasota, llen¨® de ira los tendidos. No hizo ni una mueca por justificarse. La bronca fue de a¨²pa. Menos guapo, le dijeron de todo.

A C¨¦sar Jim¨¦nez, por simular que toreaba al marmolillo quinto, le dieron una oreja.

La cruz de la tarde fue para Mat¨ªas Tejela. Su disposici¨®n y las buenas maneras que demostr¨® en el sexto de la tarde cautivaron los tendidos. La escasez de fuerza del animal, que le obligaba a defenderse continuamente, fue la causa de una voltereta infringi¨¦ndole un puntazo en el muslo izquierdo que no le impidi¨® terminar la faena. Ni el quinto ni el sexto toro precisaron de la suerte de varas. Los marcaron con un rotulador. Ma?ana llegan las figuras.