El hombre aboca a la Tierra a una nueva era
Los cient¨ªficos identifican procesos geof¨ªsicos potencialmente inestables a causa de la acci¨®n humana
Debido a su ¨¦xito como especie, los seres humanos se han convertido en una fuerza geol¨®gica de cierta importancia, sostiene una corriente de estudiosos, que cree que la Tierra ha entrado hace tiempo ya en el antropoceno, la era del hombre. Se refieren a las consecuencias, de todo tipo, de los grandes cambios inducidos por el hombre en los ¨²ltimos siglos, de los cuales el m¨¢s espectacular es el aumento de la poblaci¨®n y el que est¨¢ de mayor actualidad el aumento de gases de efecto invernadero que parece llevar a un cambio clim¨¢tico. En casi todos los fen¨®menos terrestres existe variabilidad natural y en la historia de la Tierra tambi¨¦n hay anteriores cambios clim¨¢ticos, pero esta era "es ¨²nica por la rapidez de los cambios, especialmente desde 1950", en palabras de William Steffen, director cient¨ªfico del programa internacional Geosfera-Biosfera. Seg¨²n este especialista, un ejemplo son los fen¨®menos meteorol¨®gicos: "Existen unos l¨ªmites a la variabilidad natural para fen¨®menos como las inundaciones, y puede que estemos sobrepas¨¢ndolos ya".
El S¨¢hara se convirti¨® en desierto muy r¨¢pidamente hace 5.000 a?os
El mayor desaf¨ªo es incluir la dimensi¨®n humana en los modelos del sistema terrestre
Las consecuencias de estos cambios no son, ni mucho menos, s¨®lo geof¨ªsicas, sino que afectan obviamente a la sociedad y a la econom¨ªa. Por eso, los miembros de este programa interdisicplinar que intenta contemplar cient¨ªficamente la Tierra como un sistema complejo sometido a tensiones, propone un modelo en el que est¨¦n contempladas todas las consecuencias. Algo que recuerda mucho a la hip¨®tesis de Gaia, de la Tierra como un ser vivo. "El sistema terrestre en su conjunto tiene propiedades que no son la suma de las propiedades de las partes", record¨® Steffen. Otro participante revel¨® que Lovelock, el autor de la hip¨®tesis Gaia, est¨¢ preocupado por la situaci¨®n: "Hasta ahora cre¨ªa que la Tierra pod¨ªa cuidar de s¨ª misma, ya no est¨¢ tan seguro", coment¨®.
Queda mucho por saber, sin embargo. "Estamos ahora s¨®lo comenzando a entender las sutiles relaciones entre los distintos elementos del sistema terrestre", coment¨® John Schellnhuber, director del centro brit¨¢nico Tyndall y portavoz del programa internacional. Lo hizo, al igual que Steffen, en Estocolmo, donde reside el secretariado del programa (en la Academia Sueca de Ciencias), con motivo de la reuni¨®n Euroscience 2004, que dedic¨® una sesi¨®n a este tema. "Existen sinergias en el sistema terrestre, procesos no lineales, elementos que act¨²an como interruptores a partir de umbrales cr¨ªticos, de los cuales hemos identificado ya una docena".
El agujero de ozono es un ya cl¨¢sico ejemplo de inestabilidad, una consecuencia no prevista de la utilizaci¨®n de los clorofluorocarbonos, coment¨® el premio Nobel de Qu¨ªmica Paul Crutzen, que revel¨® el proceso por el que se forma este agujero peri¨®dicamente sobre el polo Sur. Tambi¨¦n asegur¨®: "El ser humano est¨¢ aumentando su huella en el medio ambiente y esto no puede continuar para siempre. Los 50 pr¨®ximos a?os ser¨¢n cr¨ªticos". Aunque la del agujero de ozono es una historia de ¨¦xito, llev¨® resolverla inicialmente nada menos que 20 a?os, record¨® Crutzen: "Todav¨ªa no est¨¢ resuelto el problema, que subsistir¨¢ durante 50 a?os por la larga vida de los compuestos emitidos a la atm¨®sfera que destruyen el ozono troposf¨¦rico".
El elemento m¨¢s cr¨ªtico del sistema terrestre es el oc¨¦ano, que cubre el 70% de la superficie. En el oc¨¦ano viv¨ªan las diminutas plantas que hasta ahora eran consideradas la especie que cambi¨® m¨¢s la Tierra, a trav¨¦s de la fotos¨ªntesis, pero incluso ese cambio no puede compararse en rapidez con el que est¨¢ produciendo el ser humano. en opini¨®n de Katherine Richardson, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). El oc¨¦ano, que contiene 50 veces m¨¢s carbono que la atm¨®sfera, se ver¨¢ afectado por el cambio clim¨¢tico, seg¨²n esta especialista, quien recuerda adem¨¢s que no se pueden predecir las consecuencias clim¨¢ticas de un aumento del di¨®xido de carbono en la atm¨®sfera sin tener en cuenta lo que pasa en el oc¨¦ano. Habr¨¢ menos producci¨®n pisc¨ªcola en los tr¨®picos, sufrir¨¢n los ecosistemas m¨¢s vulnerables y pueden interrumpirse procesos esenciales, augur¨®.
De la docena de talones de Aquiles identificada uno bien conocido del oc¨¦ano es la corriente del Atl¨¢ntico norte, cuyo colapso podr¨ªa llevar a un gran cambio clim¨¢tico en esa regi¨®n del globo terrestre. En esa misma regi¨®n se sit¨²a la inestabilidad de la cubierta de hielo de Groenlandia, mientras que en el polo sur se producir¨ªa un fen¨®meno similar en la Ant¨¢rtida occidental.
El estudio del clima pasado est¨¢ siendo una de las principales fuentes de datos para predecir el futuro. Un fen¨®meno clave es la desertizaci¨®n del Sahara. Los datos indican que mientras que hace 6.000 a?os la vegetaci¨®n era de sabana, hace 5.500 a?os hubo un cambio clim¨¢tico abrupto en la regi¨®n que desemboc¨® r¨¢pidamente en la desertizaci¨®n que se puede observar actualmente. En este caso, los estudios indican que la causa fue un peque?o cambio en la ¨®rbita de la Tierra, que llev¨® a una redistribuci¨®n de la radiaci¨®n solar en la superficie, la cual a su vez disparo realimentaciones biof¨ªsicas que desembocaron en el cambio clim¨¢tico. Este fen¨®meno se cita como ejemplo de que existen umbrales que cuando se cruzan dan lugar a cambios bruscos. En la misma zona existe mucho inter¨¦s por el fen¨®meno actual de la producci¨®n de polvo en la depresi¨®n de Bodele, en Chad, que se cree juega un papel importante en el clima terrestre. Otros fen¨®menos susceptibles de r¨¢pidos cambios son los monzones, as¨ª como las anomal¨ªas oce¨¢nicas como El Ni?o o La Ni?a.
Seg¨²n Schellnhuber, no existe suficiente investigaci¨®n en este ampl¨ªsimo campo. "Estamos, en comparaci¨®n, en la misma etapa que los estudiosos del cambio clim¨¢tico antes de que se empezaran a elaborar los modelos clim¨¢ticos. Necesitar¨ªamos de 10 a 15 a?os para obtener respuestas tajantes, pero no podemos esperar", dijo. "Los mismos que han desarrollado los modelos clim¨¢ticos est¨¢n pasando ahora a hacer modelos del sistema terrestre, primero a?adiendo los oc¨¦anos y luego la biolog¨ªa a la atm¨®sfera. Es una carrera contra el tiempo". El mayor desaf¨ªo, sin embargo, es integrar en los modelos la dimensi¨®n humana, incluir los factores socioculturales, econ¨®micos, de forma interactiva para conseguir realimentaci¨®n y que el modelo refleje la realidad.
Algunos de los participantes en la sesi¨®n de Estocolmo se?alaron que es posible que este enfoque est¨¦ te?ido de cierto alarmismo, que la Tierra es posiblemente menos vulnerable -m¨¢s estable y resistente- de lo que piensan muchos expertos. Sin embargo, ¨¦stos coinciden en que la ciencia ahora mismo est¨¢ subestimando m¨¢s que sobreestimando los cambios que se est¨¢n produciendo o se pueden producir a consecuencia indirecta de la acci¨®n del hombre. Un ejemplo, se?al¨® Crutzen es el efecto sobre el medio ambiente de los miles de sustancias qu¨ªmicas producidas en el ¨²ltimo siglo, no s¨®lo sobre la atm¨®sfera o la biolog¨ªa sino tambi¨¦n sobre la salud humana.
El programa Geosfera-Biosfera est¨¢ estudiando el Cambio Global desde un punto de vista internacional y con el objetivo de conseguir que la Tierra sea un lugar sostenible, explican sus responsables, que reconocen que es dif¨ªcil obtener fondos de los organismos nacionales para un programa que no ofrece retornos nacionales. Creado en 1986, ha tomado impulso en los ¨²ltimos a?os y ya implica en sus programas a 10.000 cient¨ªficos.
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