Alicante y OAMI, diez a?os de cohabitaci¨®n

?Qu¨¦ es y para qu¨¦ sirve la Oficina de Armonizaci¨®n del Mercado Interior (OAMI)? Pocos, muy pocos alicantinos, acertar¨ªan la respuesta correcta a esa pregunta. La inmensa mayor¨ªa de ciudadanos sabe que en el sur de Alicante, sobre un promontorio con vistas al mar, hay un edificio moderno y enorme en el que funcionarios de toda Europa trabajan en asuntos relacionados con las marcas y la propiedad industrial. Y poco m¨¢s.

Han pasado diez a?os desde que la OAMI registrara en su sede de Alicante la primera marca comunitaria, y unos pocos m¨¢s desde que los gobiernos central, auton¨®mico y local, en manos entonces de los socialistas, trasladaran machaconamente a los ciudadanos la idea de que la euroagencia iba ser el nuevo motor de la ciudad, una especie de panacea econ¨®mica para sus habitantes.

La OAMI, diez a?os despu¨¦s, no es el motor de la ciudad, quiz¨¢ porque esta ciudad nunca ha pasado del ralent¨ª cuando ha tenido ocasi¨®n de arrancar. Entre la OAMI y la ciudad hay demasiadas barrerras. Las diferencias de horario laboral, de salarios y de educaci¨®n (los hijos de los eurofuncionarios disponen de una escula propia) no ayudan a la integraci¨®n. En realidad, y en general, la ciudad no percibe que exista la OAMI y la oficina apenas aprecia que exista la ciudad. El presidente de la euroagencia, el holand¨¦s Wubbo de Boer, no comparte del todo esta apreciaci¨®n. "La OAMI ha gastado en proveedores alicantinos unos 70 millones de euros", asegura. De Boer asiste a todos los actos protocolarios de la ciudad. Su relaci¨®n con las autoridades locales es simp¨¢tica y, a veces, se le ve con su familia paseando por la playa de San Juan.

Algunos dirigentes de la OAMI creen que la integraci¨®n es dif¨ªcil, pero posible. Durante las pasadas fiestas de San Juan, la euroagencia mont¨® su propia barraca, un hecho que ser¨ªa totalmente intrascendente si no fuera porque se trata de la primera vez que la OAMI baja desde su enorme y moderno edificio y pisa el suelo de la ciudad. Si no de motor, no hay que silenciar el efecto turbina que la agencia europea ha generado sobre la actividad econ¨®mica de la ciudad. Alrededor de una treintena de despachos profesionales se han instalado en Alicante y colectivos como taxistas, inmobiliarias y hoteles, entre otros, se han visto favorecidos por la instalaci¨®n.

La euroagencia celebr¨® ayer su d¨¦cimo aniversario con la satisfacci¨®n de haber superado sus expectativas (casi 400.000 solicitudes de registro de marcas y un super¨¢vit de 70 millones), con la convicci¨®n, seg¨²n De Boer, de que est¨¢n "empezando y a¨²n hay muchas que hacer", y con la "enorme alegr¨ªa" de que el rey Juan Carlos presidiera una ceremonia a la que asistieron el comisario de asuntos econ¨®micos de la UE, Joaqu¨ªn Almunia; el ministro de Industria, Jos¨¦ Montilla; y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps.