La apuesta maximalista

Jos¨¦ Alberto Pradera (53 a?os), ex Diputado General de Vizcaya, decidi¨® que hab¨ªa llegado su momento para ser presidente del Athletic, un cargo de menos trascendencia pero de mayor impacto que el de dirigir la diputaci¨®n, una figura que en el organigrama pol¨ªtico del Pa¨ªs Vasco le atribuye el mayor poder inversor en Euskadi. Militante del PNV, Pradera fue perdedor en las batallas internas por apoyar las posturas m¨¢s modernistas en el nacionalismo vasco. Acude a las elecciones sustentado en sus apuestas empresariales, exitosas a lo grande -el Museo Guggenheim- y a lo peque?o -el proyecto del equipo ciclista Euskaltel, entre otras-.

A Jos¨¦ Alberto Pradera le acreditaba la pol¨ªtica, su trascendencia de hombre p¨²blico, bien enganchado a la fanfarroner¨ªa positiva del esp¨ªritu bilbaino (aun siendo de Gernika), lo que en el argot se denomina un echao p'alante. Un ex directivo dec¨ªa una vez que "quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa al Athletic le haga falta un presidente como Jos¨¦ Alberto Pradera, que tire para adelante", aunque a rengl¨®n seguido a?ad¨ªa, "tal vez ¨¦ste no sea el momento".

Pradera, en un club tan conservador como el Athletic, ha dado miedo en un sector, y sobre todo en un mundo como el del f¨²tbol, donde las ideas geniales han tenido el aliento de ocurrencias particulares m¨¢s que de proyectos firmes.

Su af¨¢n de distanciarse del resto le ha llevado a planteamientos poco habituales y un tanto estridentes: publicaci¨®n de los contratos de empleados y futbolistas, concurso p¨²blico para los entrenadores de los equipos inferiores, derecho al voto de los socios menores de 18 a?os... Asuntos que confunden el car¨¢cter privado del Athletic con las entidades p¨²blicas.

Pradera fue el primero en lanzarse, hace casi un a?o, a la arena electoral con el af¨¢n de promover la anticipaci¨®n de las elecciones. Basado en la presunta debilidad de la junta directiva (por las deserciones de algunos de sus miembros) sugiri¨® la posibilidad de tener aliados dentro de dicha junta que con su dimisi¨®n podr¨ªan provocar el adelantamiento electoral. Ya candidato, ha promovido una permuta municipal que llevar¨ªa las instalaciones de Lezama a los terrenos de un amigo (cedidos gratuitamente). As¨ª financiar¨ªa el nuevo campo con la venta de la vieja propiedad. Algunos han denunciado el encubrimiento de un pelotazo inmobiliario. Al final, sus propuestas maximalistas le han pasado factura. El atrevimiento no concuerda con el tradicionalismo del Athletic.