La polic¨ªa libera en M¨¢laga a un ni?o chino secuestrado por compatriotas para chantajear a su familia
Agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa liberaron el mi¨¦rcoles a un ni?o chino que estaba secuestrado en Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga). Los secuestradores, de origen chino, pretend¨ªan extorsionar a su padre, due?o de un restaurante en Mairena del Aljarafe (Sevilla). La polic¨ªa ha detenido en M¨¢laga y Madrid a cinco miembros de la red.
La pesadilla de Enrique Wang, de ocho a?os, comenz¨® el domingo pasado. Cerca de las 22.00, cinco chinos entran en su casa de Mairena. Wang est¨¢ solo en casa con su prima, de seis a?os. Los secuestradores se llevan a Enrique envuelto en un edred¨®n y dejan a su prima amordazada y atada. El padre de Enrique, Jiang Fehn Wang, explic¨® ayer a este diario que hab¨ªa dejado a su hijo con su sobrina porque ten¨ªa que trabajar en el restaurante, llamado Gran Muralla y situado a 500 metros. Asegura, absorto mirando a su hijo y a¨²n nervioso, que hab¨ªa cerrado la puerta con llave. Enrique parec¨ªa ayer tranquilo. En la casa, de seis habitaciones, viven los due?os del restaurante, su cu?ado y los empleados. La puerta no est¨¢ forzada, por lo que Jiang Fehn sospecha "de alguien cercano", posiblemente un ex empleado.
Pasadas las 22.00 del domingo, los secuestradores llaman al padre para advertirle del secuestro. Jiang Fehn corre a su casa y encuentra a su sobrina hist¨¦rica. Los secuestradores, seg¨²n el padre, dejaron una nota con un tel¨¦fono m¨®vil y una advertencia en chino de que si llamaba a la polic¨ªa, su hijo morir¨ªa. Jiang Fehn llama al tel¨¦fono y los secuestradores le piden como rescate 150.000 euros que luego rebajan a 100.000. La noche del domingo, el padre duda si acudir a la polic¨ªa y pide hablar con su hijo. El lunes, su cu?ado le convence.
Los secuestradores llevan a Enrique a un chal¨¦ de las afueras de Alhaur¨ªn de la Torre, una casa semiabandonada, y le encierran en un zulo de cuatro metros cuadrados y dos de alto. Es el antiguo compartimento de una depuradora de una piscina.
El lunes, el padre se encuentra ya en Madrid con la polic¨ªa. Los agentes le insisten en que consiga m¨¢s tiempo para alargar la investigaci¨®n. Las conversaciones que mantiene con los secuestradores nunca duran m¨¢s de un minuto. Su mujer recauda dinero entre la comunidad china de Sevilla para no alertar a nadie. Gracias a las llamadas y a dos huellas encontradas en el piso de Sevilla, la polic¨ªa localiza el chal¨¦ del secuestro. El mi¨¦rcoles a las 16.00, los agentes entran en el chal¨¦ utilizando un mazo de una obra cercana. Encuentran al ni?o en el zulo, sentado junto a un camastro, amordazado y con uno de los detenidos. Otro de los secuestradores es arrestado en un supermercado y un tercero es detenido en la casa.
Tras la detenci¨®n en M¨¢laga, el padre acude vigilado por la polic¨ªa a pagar el rescate en Madrid. En su bolsa de pl¨¢stico lleva los 100.000 euros que le ha entregado la polic¨ªa. Primero le citan en Usera, despu¨¦s en Sol y finalmente en los los bajos de la Plaza de Espa?a, en los lavabos junto a un puesto de comida china. Sobre las 21.00, el padre deja la bolsa en una papelera. una hora despu¨¦s, recibe una llamada diciendo que han recogido el rescate. En ese momento, la polic¨ªa se abalanza sobre los dos chinos. Termina la pesadilla de Enrique.
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