Dispersi¨®n

Poco antes del verano conocimos que se hab¨ªa aprobado el plan para la construcci¨®n de la Ciudad de la Justicia en Sevilla. Ahora sabemos que el presupuesto inicial para esta construcci¨®n es de 85 millones de euros y que, entre las distintas propuestas, se va a elegir la que decidan los ciudadanos. Estupendo. Hay que alegrarse. Vamos a contar con un espacio en el que la concentraci¨®n de ¨®rganos judiciales haga m¨¢s eficaz la atenci¨®n al ciudadano y las tareas de los profesionales. Lo mismo de estupendo y la misma alegr¨ªa debe sentir M¨¢laga. Tambi¨¦n va a contar con una ciudad de la Justicia y con un presupuesto aproximado. Incluso la van a sentir con m¨¢s intensidad. Sin embargo, uno, como es de gran¨¢, se pregunta si se va a realizar otra ciudad en Granada. Parece ser que s¨ª. Que su construcci¨®n est¨¢ prevista en La Caleta.

Unos proyectos que van a evitar la dispersi¨®n de los ¨®rganos judiciales y, posiblemente, hasta con las motos de abogados y procuradores; imprescindibles para estar medianamente a su hora en juzgados y tribunales. M¨¢laga se lleva la palma. Sin embargo, y como sin querer, a veces piensas que falta un punto de racionalidad. Hoy, que no es ayer, han concluido las transferencias para Andaluc¨ªa en materia de Justicia. Est¨¢n en pleno funcionamiento las distintas Salas del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa. En Sevilla, M¨¢laga y las de Granada que coinciden con la propia sede del Tribunal. Adem¨¢s, guste m¨¢s o guste menos, en Sevilla se encuentran las sedes del Parlamento y del Gobierno andaluz. Es posible, tambi¨¦n, que en tiempos no lejanos Andaluc¨ªa pueda contar con su Tribunal Supremo, donde mueran todas las causas que afecten a asuntos directamente relacionados con la comunidad. Pues bien, en este caso no se sabe si el TS estar¨ªa en Sevilla, en M¨¢laga o en Granada o en Granada quedar¨ªa el TSJ y en Sevilla, o en M¨¢laga, el TS. En fin que tal vez, o sin tal vez, ahora que se avecinan tantos cambios -Ibarra ha llevado los palmeros a Las Palmas-, situar las sedes de los tribunales de justicia haci¨¦ndolos coincidir con las sedes del Parlamento y del Gobierno. Una residencia que, am¨¦n de no romper la divisi¨®n de poderes, puede hacer que se gane en eficacia y, sobre todo, en comunicaci¨®n entre ¨®rganos legislativos, administrativos y judiciales.