Allende, siempre en la memoria
La hija del presidente chileno presenta en el F¨®rum el documental de Patricio Guzm¨¢n sobre su padre"No es posible proyectarse hacia el futuro si uno no conoce su pasado"
Fueron apenas 10 minutos de im¨¢genes, pero los espectadores casi pod¨ªan sentir el bullicio en las calles de Chile tras la reelecci¨®n de Salvador Allende en marzo de 1973. Los ciudadanos abarrotando los espacios p¨²blicos, ora en grandes avenidas con pancartas que lucen lemas a favor de la Unidad Popular, ora en viejas carreteras que se dirig¨ªan al Palacio de La Moneda. Luego la voz del entonces embajador de Estados Unidos en Chile, Edward Korry, parece truncar las aspiraciones del pueblo que ocupa la calle. "?Qu¨¦ sinti¨® al conocer la muerte de Salvador Allende?", le interroga una periodista. El anciano, con una frialdad pavorosa, no dud¨® en responder: "Cada uno recoge lo que siembra".
Isabel Allende, hija del presidente chileno y diputada socialista de la C¨¢mara de los Diputados, permanece muda mientras observa con detalle las im¨¢genes de la pel¨ªcula que, sobre su padre, el director Patricio Guzm¨¢n presentar¨¢ en la pr¨®xima edici¨®n del Festival de San Sebasti¨¢n, de la que ayer se avanz¨® un resumen en el F¨®rum. El filme se queda con la imagen del pol¨ªtico. "A veces, cuando veo un documental como ¨¦ste, me parece que se reduce su figura [la de Salvador Allende] a la de un hombre que llev¨® a cabo un acto heroico. Pero es mucho m¨¢s que eso", coment¨® Isabel Allende, que hoy participar¨¢ en los actos de recuerdo al 11 de septiembre chileno que celebrar¨¢ el F¨®rum. Tras observar las im¨¢genes, Allende asegur¨® que ve a su padre como el hombre que recorri¨® Chile para educar al pueblo y abrir paso al sue?o de llevar al pa¨ªs a un socialismo democr¨¢tico y libre. "Ansi¨® que todo el mundo tuviera acceso a la educaci¨®n, la cultura y la salud. Y ello en la d¨¦cada de 1970, cuando Chile estaba sumido en el subdesarrollo", record¨®. El socialismo de Allende fue elegido por las urnas dos veces. "?l siempre defendi¨® la tradici¨®n democr¨¢tica chilena del voto, el Parlamento y la pluralidad pol¨ªtica, y no siempre se le entendi¨®, puesto que muchos de su partido propugnaban el uso de las armas para acelerar el proceso", asegur¨®.
Si algo recuerda Isabel Allende del Santiago de Chile de esos a?os, dice, es que "el pueblo nunca se ha sentido tan protagonista como en el proceso que arranc¨® en 1970" y que culmin¨® tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. ?ste se ejecut¨® a pesar del rotundo respaldo que la Unidad Nacional liderada por Salvador Allende acababa de obtener en las urnas. "En marzo de 1973,
[el partido de Allende] subi¨® 10 puntos respecto a las primeras elecciones y se alz¨® nuevamente con m¨¢s del 44% de los sufragios", indic¨®. Y todo ello pese a lo que Allende no duda en calificar como "el Vietnam silencioso", y que consisti¨®, sostuvo la diputada, en las m¨²ltiples formas de sabotaje que emprendi¨® Estados Unidos, desde financiar a los partidos y sindicatos de la oposici¨®n hasta apoyar a los golpistas.
No es casual que Allende quisiera destacar la dimensi¨®n pol¨ªtica de su padre. "?l represent¨® la lealtad y la ¨¦tica, valores que hoy no abundan en el mundo", consider¨®. Por ello se enorgullece de que los chavales chilenos hoy se interesen por qui¨¦n fue Salvador Allende, que se emocionen al escuchar su voz entonando discursos y que lo adopten como referente pol¨ªtico. "No es posible proyectarse si uno no conoce su pasado", dijo. Por ello, opin¨®, no es tarde ni peligroso juzgar al ex dictador Augusto Pinochet por las atrocidades que cometi¨® anta?o. "Los chilenos nos hemos sentido burlados demasiado tiempo al verlo caminar por la calle", lament¨®.
Pese a los agravios que ha sufrido, se muestra optimista con la transici¨®n chilena. "La gente lo ha entendido, y hoy en mi pa¨ªs ya hay plazas, calles y avenidas con el nombre de mi padre", se satisface. Un peque?o paso para reconciliar la memoria colectiva de los chilenos, aunque lo que m¨¢s ans¨ªa es que su padre haya dejado huella en la pol¨ªtica mundial. "Al fin y al cabo", asegura, "tenemos derecho a so?ar en sociedades m¨¢s libres, plurales, m¨¢s iguales y tolerantes".
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