La selva primigenia
Encinares, buitreras y pinturas rupestres jalonan un paseo junto al Tajo por el noreste de C¨¢ceres
Monfrag¨¹e, el Monsfragorum (monte fragoso) de los romanos, el Al-Mofrag (el abismo) de los ¨¢rabes, es un inmenso bre?al de pizarra y cuarcita que se yergue en serrijones de entre 500 y 600 metros de altura y que el r¨ªo Tajo, haciendo bueno su nombre, parte por el justo medio.
Aislado en un oc¨¦ano de encinas, en el noreste de C¨¢ceres, no lejos de la raya con Toledo, Monfrag¨¹e ha visto pasar a cavern¨ªcolas y vetones, a legionarios y visigodos, a moros y cristianos...; todos pasaron por estas soledades sin dejar apenas rastro, como no lo dejaban los reba?os de la Mesta al pasar por la Ca?ada Real Trujillana, entre bandoleros y otros p¨¢jaros carro?eros.
Caminar por Monfrag¨¹e es como irse de paseo al plioceno, cuando el bosque mediterr¨¢neo cubr¨ªa por entero la "piel de toro" y se supone que una ardilla pod¨ªa atravesarla saltando de Quercus en Quercus, ya fuese ilex (encina), suber (alcornoque) o faginea (quejigo), sin echar pata a tierra; 218 especies de vertebrados -entre las que no se encuentra precisamente la ardilla, pero s¨ª rarezas como el lince, el buitre negro, el ¨¢guila imperial o la cig¨¹e?a negra- han sobrevivido en este jir¨®n de la otrora boyante espesura ib¨¦rica: caminar por Monfrag¨¹e es volver a la edad en que la especie 219 a¨²n no se hab¨ªa propuesto reducir a escombros la morada del resto. Para caminar por Monfrag¨¹e hay que llegarse a Villarreal de San Carlos de gran ma?ana, antes de que arrecien el calor y los turistas motorizados.
Es como irse de paseo al Plioceno, cuando el bosque mediterr¨¢neo cubr¨ªa la 'piel de toro'
En este poblado, fundado por Carlos III a medio camino entre Plasencia y Trujillo para amparar a los pastores trashumantes en las noches de lobos y lobatones de la sierra, se conservan como nuevos los chozos donde aquellos albarranes hac¨ªan escueto tr¨¢nsito. Estos cuchitriles de pizarra y cubierta de retama jalonan el inicio de un hermoso garbeo de cuatro horas por el cogollo del parque: un paseo se?alizado con estacas rojas para que nadie se descarr¨ªe por vericuetos que ning¨²n humano ha hollado jam¨¢s.
La senda, que sigue a trechos la Ca?ada Real Trujillana -antes calzada romana-, nos llevar¨¢ en menos de media hora hasta la orilla del Tajo, pasando antes por un mirador que domina la confluencia del Ti¨¦tar (a la izquierda) y el puente del Cardenal (a la derecha).
A menudo ocurre, conviene advertirlo, que las aguas del Tajo, retenidas en la lejana presa de Alc¨¢ntara, suben hasta ocultar este puente que sufrag¨® en 1450 don Juan de Carvajal, a la saz¨®n obispo de Plasencia, pagando a dobla de oro cada uno de sus 30.000 sillares de granito, dineral que se habr¨ªa ahorrado de haberlo sabido. En ese caso, deberemos conformarnos con el moderno puente que surca la carretera un kil¨®metro m¨¢s abajo para cambiar de margen y plantarnos en la fuente del Franc¨¦s, donde un cartel nos invitar¨¢ a seguir la empinada trocha que serpentea hasta la ermita y el castillo de Monfrag¨¹e.
La selva de alcornoques, quejigos, madro?os, durillos y madreselvas que puebla esta umbr¨ªa contrasta con el ralo encinar, los contados acebuches y los cantuesales de la ladera de mediod¨ªa, por la que descenderemos despu¨¦s de habernos encaramado a la torre del ruinoso alc¨¢zar ¨¢rabe y oteado a placer el horizonte sin tiempo ni l¨ªmite de estas sierras prehist¨®ricas.
Prehist¨®ricas son, de la edad de bronce, las pinturas que descubriremos a la bajada -ahora por la solana-, protegidas por una verja en un recodo del camino, muy poco antes de enlazar con la carretera que nos ha de guiar hasta el Salto del Gitano. Y prehist¨®ricas son las muchas aves que pululan en este paraje, inconfundible por el observatorio all¨ª instalado, frente a la mole cuarc¨ªtica de Pe?afalc¨®n: alimoches, cig¨¹e?as negras, ¨¢guilas reales...
Sobre todas ellas se?orea el buitre negro, la m¨¢s grande rapaz de Eurasia, de casi tres metros de envergadura y 14 kilos, que con 250 parejas tiene aqu¨ª la mayor colonia del planeta. Al puente volveremos por la vera del r¨ªo, y a Villarreal de San Carlos, por el camino conocido.
Hoteles r¨²sticos y de dise?o
- C¨®mo ir. Monfrag¨¹e (C¨¢ceres) dista 220 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de Extremadura (A-5) hasta la salida de Almaraz Sur, para luego seguir las indicaciones viales hacia Serrej¨®n, el salto de Torrej¨®n y Villarreal de San Carlos, donde empieza la ruta.
- Datos de la ruta. Duraci¨®n: 4 horas. Longitud: 11 kil¨®metros. Desnivel: 170 metros. Dificultad: media-baja. Camino: sendero se?alizado con balizas rojas. Cartograf¨ªa: mapas 12-25 y 12-26 del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito.
- Alrededores. Villas de Plasencia (a 25 kil¨®metros) y Trujillo (a 42).
- Comer. Casa Paqui (Villarreal de San Carlos; tel.: 927 19 90 02): cocina casera extreme?a -sopa de ajo, caldereta de cabrito, flan de bellota-; precio, 20 euros. Los Sentidos (Torrej¨®n El Rubio; tel.: 927 45 52 45): recetas tradicionales -sopa de tomate, migas, solomillo de retinto...-; 25-30 euros. Puerta Talavera (Plasencia; tel.: 927 42 15 45): milhojas de tomate y mozarella, bacalao confitado con vinagre de miel y helado de torta del Casar; 15 euros.
- Dormir. Hospeder¨ªa Parque de Monfrag¨¹e (Torrej¨®n El Rubio; tel.: 927 45 52 45): hotel de dise?o, con muebles de Le Corbusier y Mariscal, colecci¨®n de arte contempor¨¢neo y piscina; doble, 88-115 euros. La Posada de Amonaria (Malpartida de Plasencia; tel¨¦fono: 927 45 94 46): antigua casa de labradores, con habitaciones espaciosas; 56-84 euros. El Cabrer¨ªn (Villarreal de San Carlos; tel¨¦fono: 927 19 90 02): casita rural en pleno parque; 45 euros.
- Actividades. Monfrag¨¹e Vivo (tel¨¦fono: 927 45 94 75): rutas con gu¨ªa naturalista en veh¨ªculo todoterreno y paseos en canoa por el Ti¨¦tar.
- M¨¢s informaci¨®n. Centro de Visitantes del Parque de Monfrag¨¹e (Villarreal de San Carlos; tel.: 927 19 91 34): abierto de 9.00 a 14.30, y de 16.30 a 19.30. www.turismoextremadura.com
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