Quien tuvo retuvo
Purgando aquel destino cruel que impidi¨® a Guns N'Roses tomar y mantener en Estados Unidos el relevo de Aerosmith, Slash, Duff McKagan y Matt Sorum vuelven al circuito de la furia el¨¦ctrica como sol¨ªan: a lo grande. En Madrid buen n¨²mero de rockeros treinta?eros acudi¨® a contemplar y o¨ªr en vivo la resurrecci¨®n de los citados, esta vez en compa?¨ªa de un guitarrista r¨ªtmico discreto, Dave Kushner, y contando con un solista tambi¨¦n afamado, el ex stone Temple Pilot Scott Weiland.
Ante una audiencia enfervorizada presentaron su primer trabajo, Contraband, que fue n¨²mero uno en las listas americanas nada m¨¢s salir, y lo hicieron con gran aparatosidad: sonido rabioso, aunque no demasiado bueno, luces impactantes, un enorme gong a la espalda del bater¨ªa, Sorum, carreras, contorsiones y extraordinarios m¨²sicos que cumplen las dos leyes b¨¢sicas del rockero que desea permanecer en activo de modo cre¨ªble una vez se acerca a los 40: no perder todo el pelo y no engordar demasiado.
Velvet Revolver
Scott Weiland (voz); Slash y Dave Kushner (guitarras); Duff McKagan (bajo), y Matt Sorum (bater¨ªa). Sala La Riviera. Madrid, viernes 10 de septiembre.
El guitarrista Slash especialmente, ataviado con su cl¨¢sico sombrero de copa, demostr¨® que quien tuvo, retuvo, e hizo saltar chispas a su Gibson en temas como Illegal i song, la solemne Fall to pieces y el primer sencillo Slither. En cuanto al cantante Weiland, aun demostrando que se le ha pasado aquel tono depresivo que impregnaba la m¨²sica de Stone Temple Pilots, muchos espectadores coincid¨ªan en que nunca estuvo a la altura del viejo Axl Rose. Le faltaba picante y no parec¨ªa tan zoquete como el pelirrojo solista de Guns N'Roses. A esta banda m¨ªtica pertenecieron tambi¨¦n los dos mejores momentos de la velada: las interpretaciones de It's to easy y un magistral Used to love her, en el que la guitarra de Slash se deja abducir por el esp¨ªritu del muerto viviente Keith Richards. Fue un concierto de niveles tirando a normales, nunca extraordinarios. Para el grupo fue un modo de decir que aqu¨ª estaban de nuevo y que no pasaba nada, aunque s¨ª haya pasado el tiempo.
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